martes, 23 de diciembre de 2008

Nos falta mucho aprender como afición a la lucha libre



Fernando Hernández Fernández
El Marcaje
Fotos: Toto

De verdad que después de ver cómo se comporta la afición de la Arena Puebla me dio pena de lo que he visto en la Arena Xalapa cuando nos visitan luchadores del Consejo Mundial o de los nuevos grupos independientes.
Tuve la fortuna de cubrir para AVC Noticias y Avanradio la lucha por el campeonato de Peso Completo del CMLL entre Dos Caras júnior y Último Guerrero. Realmente estamos muy mal educados como público, desorganizados y con pocos niveles de seguridad. Conste que no hablo de la calidad de los luchadores, porque tanto los locales de la Angeolópolis tienen calidad como los veracruzanos, aunque el ritmo es un poco diferente.
Pero desde que se entra al recinto poblano, más allá de que le quepan poco más de dos mil personas más que en la xalapeña, la cuestión seguridad empieza desde la zona de ring general, ya ni se diga en el área de gradas. Además, los elementos de protección cumplen con dejar trabajar a los reporteros gráficos, no como en el coso de Sayago y Clavijero, que en muchas ocasiones fotógrafos y camarógrafos son impedidos para hacer su labor.
Ahora, en cuanto a la gente, no vi para nada a aficionados levantados cuando un gladiador baja a la tarima de protección a darse de mamporros con su rival. Las personas se mantienen en sus asientos, porque saben que al ponerse de pie complican la visibilidad de las personas sentadas atrás.
En Xalapa esto no pasa, a cada rato le tienes que gritar al de enfrente "ahí va el agua" para que capte la atención, y aparte de que comete un acto de irrespeto se molesta y pone cara.
Mientras que las personas ubicadas en las primeras filas no corretean a los luchadores como animalitos y en plena exposición del físico ante un golpe mal dado de los gladiadores; en Puebla me gustó eso, que el público mantiene la cordura y la educación; claro, nunca falta el teporochito que mete la pata, pero de esos nos topamos en todos lados.
Y si eso no fuera suficiente, hay organización hasta en las porras. Hay cánticos, de un lado está el sector rudo y enfrente los técnicos, al estilo de futbol. Se dicen de todo, pero sin llegar a algo más grave. De unas mentadas de madre no pasan.
Xalapa, dicen varios luchadores, es una ciudad de tradición en el arte de pancracio, pero a lo que he visto realmente se desvió en alguna parte su afición. Vamos, hasta por ver una contienda a ras de lona reclaman, sale el ignorante que quiere ir a ver sangre y golpes a lo tonto, cuando la lucha libre tiene otra esencia, salvo en empresas como Triple A, que su forma de pensar es vender luz y sonido antes que deporte.
Es difícil admitir que en Puebla tienen mejor público al catch, más porque mi predilección por los ciudadanos de la Angeolópolis es muy baja, de hecho son muy pocos los que me caen bien, pero en cuanto al comportamiento en una arena debo quitarme el sombrero y admitir que en la capital veracruzana nos falta mucho.
Hasta la vista.

fhernandez1980@gmail.com

Agresiones

Juan Antonio Nemi Dib
Historias de cosas pequeñas

Suponiendo que algún lector paciente y tolerante me regalará unos minutos para ojear estas líneas, el calendario y la lógica me sugieren que las dedique yo a recuperar un poco de los mensajes universales que ofrece la fiesta de Navidad y que, sin embargo, la falta de tiempo para las urgentísimas compras de época y la preparación del relleno del pavo, provocan que se posterguen e incluso, se olviden.
Sorprendería conocer el número de personas que identifican la noche del 24 de diciembre con regalos y jolgorio y que desconocen al festejado y las razones de su fiesta.
Sobre este asunto hay mucha tela de la que cortar –quizá para vestir a una manada de elefantes— y la oportunidad de aparecer espiritual y reflexivo, escribiendo sobre cosas relativamente agradables, aunque posiblemente repetitivas y cursis, se presentará de nueva cuenta hasta dentro de un año, por lo que cuesta trabajo apartarse de la decembrina tentación de usar al niño Jesús y a su pesebre como argumentos para un mensaje espiritual y motivador. Sin embargo, la compulsión por narrar tres estampas de mi faceta automovilística es mayor que mi deseo de aparecer como predicador “quedabien” y supongo que, en cierta manera, serán de mejor provecho que una filípica moralista.
Confieso sin rubores que entre las muchísimas cosas que Natura me negó –literalmente, para no transferir mi reproche a las más altas esferas— está la de conducir vehículos. Y no es que me disguste manejar o que no pueda hacerlo, sino que mi temperamento y la enorme facilidad con que suelo distraerme me obligan a desplegar un esfuerzo adicional para mantener la atención cuando estoy frente al volante, en beneficio mío, de quienes me acompañan y de quienes han de cruzarse conmigo, como peatones y a bordo de otros vehículos.
Por ejemplo, recuerdo bien cuando Talina Fernández, esposa de mi admirado y estimado jefe Alejandro Carrillo Castro me amenazó con bajarse del coche si no dejaba yo de voltear para conversar con ellos y mantenía la vista en la carretera. Por eso y para hacer cosas que me parecen más útiles, siempre que puedo evito ponerme frente al volante.
Cuando tengo que manejar porque no hay más remedio, al mismo tiempo que acciono el interruptor de encendido, hago el firme propósito actuar “sólo por hoy” como el conductor más educado del mundo, concediendo a todos, pero especialmente a los taxistas y choferes de camiones, dosis de tolerancia infinita y una cortesía que, según mi papá, podrán convertirse en generalizada y contagiosa (¿?). Pero –y esta es la segunda y más dolorosa confesión de hoy— me acuso de haber fallado en el intento e incumplido mis intenciones, por lo menos tres veces en los últimos quince días. Este es el recuento de las historias, de menos a más, es decir, dejando para el final la más patética de todas, de la que aún no me repongo. Espero que ponerlas por escrito produzca una catarsis suficiente como para ahorrarme los honorarios del psicoanalista.
Hace un par de semanas mi esposa y yo regresamos de Coatepec poco después de la media noche, luego de cenar con algunos matrimonios amigos. A la entrada de Xalapa cometí la osadía de tocar la bocina del coche para avisar al conductor de un coche que estaba a punto de chocar con nosotros al cruzarse al carril que ocupábamos; si bien el joven chofer se sorprendió y dio un “volantazo” hacia el otro lado para evitar el impacto, reaccionó con una ira propia de mejores causas y entonces pudimos disfrutar de un improvisado concierto gratuito de improperios sonorizados, señas no precisamente afectivas y linduras obscenas para las que se alternan en sincronía las flexiones de uno, tres o cinco dedos de la mano, el codo y el puño, que amablemente nos fueron acompañando por un par de kilómetros hasta que decidí (cediendo también a la presión de mi esposa) que un par de jóvenes imberbes, muy probablemente intoxicados –el conductor y su acompañante— no iban a arruinarme la noche y, seguramente, a convertir en problema mayor una provocación a la que uno podía responder o no. Lo interesante era, y sigue siendo, la energía y la persistencia que los muchachos dedicaron a perseguirnos al sentirse afectados por un incidente que ellos provocaron. Mientras escribo esto, vuelvo a enojarme.
Ir a Las Vigas, específicamente al famoso “Ciclo Verde” para cortar el pino navideño cultivado se ha convertido en una tradición familiar que amerita mejor crónica. Esta vez sólo comento que en pleno domingo al medio día, con cientos de visitantes recorriendo los bosques replantados y decenas de vehículos intentando entrar y salir del rancho silvícola por el único acceso previsto para esa función, uno de los visitantes tomó la decisión de detener su coche precisamente en el crucero en el que confluyen el camino de acceso, la entrada al estacionamiento y la transitadísima carretera federal. Dejó a su familia dentro del coche, apagó el motor y camino hacia las oficinas del rancho, provocando un caos a decenas de automovilistas que en segundos nos vimos envueltos en un nudo que muy pronto se extendió hasta la misma carretera, con enorme peligro para los ocupantes de los coches detenidos en la pista.
El hombre estaba furibundo y poco le importaron las tímidas protestas de quienes pacientemente hubieron de esperar a que retornara, no menos de tres o cinco interminables minutos. Volvió, faltaba más, mentando madres a gritos y advirtiendo también a gritos que, si quería, no movería su coche convertido en muro infranqueable. Pienso que probablemente olvidó que todos, incluido él, estábamos de paseo. Quizá no encontró un árbol a su gusto o simplemente descargó en los demás la ira acumulada durante la semana anterior.
Pero el acabose ocurrió con una señora de unos 50 o 55 años conduciendo un sedán a la que poco le importó circular en sentido contrario por una estrecha calle de un solo carril, que no sólo no se movió ni hizo el menor intento de retroceder cuando nos topamos de frente, sino que apagó el motor de su coche y tomó el teléfono para ponerse a conversar. Lo sorprendente es que en la parte de atrás viajaban dos niñas pequeñas de no más de diez años de edad, probablemente sus nietas, a las que la virulenta chafireta pudo exponer a una agresión proporcional a la cometida por ella pero que, más gravemente, aprendieron de la señora este ejemplo de absoluta descortesía, ignorancia supina de las normas de tránsito y de profundo desprecio por los derechos de los demás. Aunque me costó trabajo tuve que ceder y volverme en reversa, pensando que la señora me ganó, impuso su voluntad y se salió con la suya. Posiblemente las niñas harán lo mismo cuando les llegue el momento, total aquí rige ya la ley de la selva, por lo menos para la abuela.
Pregunta: ¿son las deudas, las penurias, los desamores, las incertidumbres y la crisis explicación suficiente para estas agresiones? A fin de cuentas, las cosas que frustran y producen violencia radican siempre en el interior de cada quien, son asuntos de individuos. Lo que me queda claro es que estas no son las prácticas ni los automovilistas que corresponden a un país civilizado y con calidad de vida como el que todos los mexicanos merecemos; me pesa también, que aún habiendo conductores amables, responsables y pacientes, estas agresiones aumenten día con día, en número y en intensidad. Y es que las frustraciones y la violencia se reproducen no sólo en los coches y en las calles. También entiendo que, para cambiar esto, es poco lo que los gobiernos pueden hacer sin el concurso de la gente.
Pero ni aún esas tres experiencias desafortunadas me privan de la emoción que me producen las fiestas de Navidad y que deseo también para usted. Muchas felicidades; literalmente. De nuevo literalmente: salud, dinero, amor y una crisis leve, sin enojos ni berrinches.

antonionemi@gmail.com

lunes, 22 de diciembre de 2008

¡Por qué odio la Navidad!

Salvador Muñoz
Los Políticos

Antes de entrar a detalles de mi lado oscuro, digo: verde (de Grinch), creo que vale la pena comentar algunas cosas que hacen que la vida valga la pena:
1.- Los ojos de doña Elia Vázquez Guevara.
Sus ojos los descubrí ayer, cuando fui al informe del alcalde de Perote. Allí estaba Manuela Aburto Landa, propietaria de Ópticas Dior y presidenta de la Fundación “Ayúdame a ver”.
Igual, un sinnúmero de alcaldes de la región o distrito, como el de Acajete, Atzalan, Rafael Lucio, Altotonga.
Dos figuras resaltaron en cuanto hicieron acto de presencia en el Salón que sirvió de recinto para el informe de Guillermo Franco: Don José Yunes Suárez y su hijo, Pepe Yunes Zorrilla, cuya mano nunca se cansa de saludar a tanta gente que lo quiere y admira.
Allí, en ese lugar, en primera fila, don Horacio Díaz Galindo, aquel maestro de Ciencias Naturales que impartió clases a Pepe Yunes… “era bueno”, nos comentó.
A su lado, don Juan Zétera, a quien le comentábamos que su apellido pudiera significar “Todo lo demás”.
Y terciando, don Manuel Gonález Landa, a quien Pepe Yunes calificó como “El Cronista”, provocando el ligero bochorno del hombre que fuera compañero de don Pepe Yunes Suárez. Don Manuel hace un libro sobre la historia de Perote que piensa publicar en el bicentenario de la ciudad en el 2010 y con una dedicatoria especial: Para Pepe Yunes Zorrilla.
Américo Zúñiga, a quien le llamó la atención una foto de Mel Gibson con el edil en la fortaleza de San Carlos, ya estaba presente como digno representante del Gobernador Fidel Herrera cuando la Orquesta de Música del Centro Escolar Pedro Anzúrez, entonando “La bamba”, dio la bienvenida al alcalde de Perote, Guillermo Franco, quien saludó a todo aquel que le salió al paso y agradeció de mano propia la asistencia de sus invitados especiales.
A mi lado, Marian Ricardo Vázquez, una adolescente del Centro Escolar citado, llena de nervios, me pedía el lapicero.
En su mano apuntaba parte del juramento a la bandera. Temía que se le fuera a olvidar y no quería pasar una vergüenza. Le comenté que era fácil y que si se ponía nerviosa, le iban a sudar las manos y se le borraría sus apuntes… respiró profundo y asintió. Al pasar, lo hizo bien.
Tras los actos propios a un informe, Guillermo Franco Vázquez tomó la palabra y habló sobre la fuerte inversión a la que apostó su gobierno en este año: Educación y Turismo.
Discretamente, pasadas las seis de la tarde, llegó “El Tuercas”, el diputado Joel Arcos en medio del discurso que daba el alcalde, quien no dejó de agradecer a los Yunes y a infinidad de personas el apoyo brindado durante 365 días de inversión.
Un video mostró el lapso que comprende la tarea de todos los peroteños: Obras, acciones, transparencia con un solo objetivo, el desarrollo del pueblo de Perote.
Al acabar el video, Guillermo Franco presentó la serie de proyectos que se tienen contemplado para este 2009 y fue ahí, que firme como una piedra, descubrí los ojos de doña Elia Vázquez Guevara, orgullosa pero serena madre del alcalde… su hijo ha cumplido su tarea en este año de labores…
Ver esos ojos de madre hacen que esos momentos de la vida valgan la pena…
Ahora, déjenme contarles por qué odio la navidad en un hecho que, sin querer, igual, involucra a la autora de mis días: mi madre.
Creo que tenía cinco o seis años. Faltaba un día para salir de vacaciones navideñas y se preparaba el festival propio de la época.
Salí de la escuela y mi madre me pidió que la acompañara de compras. Íbamos contentos. Yo le platicaba de lo que había jugado en el kínder con Horacio, un gran amigo. Le decía lo que quería de Santos Reyes, le platicaba de que ya venían en camino los Reyes Magos, visitamos almacenes Blanco (ya desaparecido) viendo cantidad de juguetes y no me decidía qué pedir… compramos algunas cosas para ir preparando la cena para navidad, cuando se nos hizo de noche.
Llegamos agotados a casa y ya cuando mi madre me arropó para dormir, ¡me acordé!
–¡Mamá! Tengo que llevar un disfraz mañana…
Mi santa madre estalló de inmediato en cólera:
–¡Por qué no me avisaste! ¡Por qué no me dijiste cuando fuimos al centro! ¿En qué piensas?
Toda la hermosa tarde que vivimos ese día se vino abajo. La felicidad que era ir de la mano de mi madre desapareció. No me golpeó, pero pensé que lo iba a hacer. Pero gritó:
–¿De qué era tu disfraz?
–De Castor… alcancé a balbucear entre un llanto que ahogaba mi garganta que era apretada por la angustia de ir a mi último día de clases sin el disfraz.
–¡Ni modo! ¡Mañana vas sin disfraz! ¡Para que seas más responsable!
Lloré en silencio esa noche hasta que me quedé dormido…
Mientras, mi madre, mi santa madre, como toda madre, entraba en acción. Igualito como en los años venideros que me ayudó a hacer sus pantunflas, su mantel y demás regalos que ella confeccionaba para que sacara diez en manualidades y al mismo tiempo recibiera gustosa un regalo que ella misma se había hecho.
Tomó un mameluco blanco como la nieve y aplicando yodo, le dio ese tinte café a punta de brochazos, con esa misma brocha que utilizaba para pasar yema de huevo a sus hojaldres para que tuvieran ese brillo que antojaba comerlos.
Tomó una gorra y a la visera le puso unos enormes dientes de castor y más arriba, unos ojos hermosos.
Como a las cuatro de la mañana había terminado la obra.
A las siete, con un genio de los mil demonios, me despertó, seca, sin cariño, y sólo ordenó: ¡Pruébatelo!
¡Mis ojos no podían creerlo! Allí tenía el disfraz. Me lo puse y simplemente estaba sensacional.
La abracé y llené de besos su cara pero ella se mantenía inflexible. Ïbamos a la escuela y le pregunté:
–¿Dónde lo compraste, mami?
–¡Ni me preguntes– respondió, seca, cansada, hastiada que le pronunciaban aún más sus ojeras provocadas por el desvelo…
–Mamita… te juro que voy a cantar bonito y fuerte para que me oigas y te sientas orgullosa de mí…
–¿Y qué canción vas a cantar?– me preguntó…
–Una que dice así:
Vamos castores, vamos /
Vamos a Belén /
A ver a ese niño…
La reacción de mi madre hacia mí entonces me hizo odiar la navidad…

Espero les haya gustado el chiste y si no, ¡se aguantan! ¡Feliz navidad!

Mensaje de Navidad de Buganza

Xalapa demanda un gasto transparente

Juan Hernández Santés *

En el recién aprobado Presupuesto para el Estado de Veracruz 2009 en la LXI Legislatura local, se aprobaron los presupuestos destinados para los 212 municipios veracruzanos. Xalapa ejercerá en el 2009 el segundo presupuesto más importante de la entidad, después de Veracruz Puerto, al destinársele $549, 896,273 pesos.
Debido a lo anterior, Acción Nacional hace un llamado a nuestras autoridades xalapeñas para que el gasto del próximo año se realice de manera eficiente, transparente y pronta. Es decir, un ejercicio presupuestal muy alejado de los intereses electorales que estarán en juego. Un ejercicio presupuestal que se ejecute en tiempo y con obra de calidad.
Con ello, se podrá impulsar el fortalecimiento municipal con el que la federación se ha comprometido, pues es necesario mencionar que la mayor parte de los recursos que a partir del mes de enero se aplicaran son recursos provenientes de las participaciones federales.
De igual manera, Acción Nacional pide al Ayuntamiento de Xalapa, como figura administrativa de los recursos de todos los capitalinos veracruzanos, que busque aumentar su brazo recaudatorio para ofrecer más y mejores servicios municipales. Con esto no queremos decir que se aumenten los impuestos, pero si ampliar la base de los contribuyentes que aporten por los servicios que ya reciben. Buscando que se mejoren los servicios en las zonas de reciente creación.

* Presidente del CDM del PAN Xalapa

domingo, 21 de diciembre de 2008

Bursatilización, nuestra llave para crecer

Javier Duarte de Ochoa *

El pasado 18 de diciembre, el Estado de Veracruz vivió un momento histórico al colocar exitosamente en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), certificados bursátiles fiduciarios por un monto aproximado de mil quinientos millones de pesos.
Este movimiento resultó ser la operación más grande de la historia en la BMV debido al número de entes públicos que participaron.
Con esta operación se estarán beneficiando más de 200 municipios veracruzanos ya que el dinero generado se convertirá en más de 1000 proyectos de infraestructura productiva.
Esto nos permitirá impulsar un mayor desarrollo en las comunidades que más lo necesitan al mismo tiempo que mantener los niveles de crecimiento económico en el estado.
La colocación exitosa de estos certificados es la muestra de que la estrategia de bursatilización, promovida por la presente administración desde la Secretaría de Finanzas y Planeación, ha resultado ser todo un éxito gracias al apoyo de los contribuyentes responsables y a la confianza brindada por los más de 200 municipios que participan en el programa.
Es necesario recordar que la bursatilización de la tenencia vehicular es hoy una realidad gracias al manejo responsable de los recursos con los que cuenta el Estado de Veracruz.
En la presente administración, se buscó desde el inicio la manera de incrementar los recursos fiscales mediante la recaudación sobre actividades productivas y no mediante deuda pública.
Así, gracias al saneamiento de las finanzas, al manejo eficiente de la administración pública y a la implementación de innovadores mecanismos que nos permiten modernizar las políticas públicas del estado, se ha logrado generar recursos adicionales a los presupuestados para el 2009 dentro del Plan Veracruzano de Desarrollo.
Esto ha permitido mantener un crecimiento sostenido por encima de la media nacional.
La bursatilización es sin duda un esquema que presenta claras ventajas en su aplicación ya que permite obtener financiamiento a un menor costo al aislar los activos a bursatilizar del riesgo de la empresa u organismo que los maneja.
Como consecuencia, este mecanismo garantiza un incremento en la liquidez del dueño de los activos, que en este caso es el estado de Veracruz y sus municipios.
Este flujo creciente de recursos generará remanentes hacia las administraciones futuras, lo que garantizará una fuente de ingresos que permita la continuidad en la atención a los problemas específicos de cada municipio, incluso más allá de periodos electorales y colores partidistas.
Este mecanismo será una fuente permanente para el desarrollo de la infraestructura de nuestro estado.
Con esto, buscamos potenciar los niveles de competitividad de la región, con miras a mantener un crecimiento económico sostenido, que genere el desarrollo que requiere Veracruz. Por si esto fuera poco, el Gobierno del Estado, con el afán de incentivar la participación municipal en este esquema de financiamiento, se comprometió a aportar un peso por cada peso que se genere.
En consecuencia, la administración estatal estará destinando 1,500 millones de pesos adicionales hacia los municipios, lo que representa el mayor programa de inversión en municipios en toda la historia de Veracruz.
La etapa que la administración pública debe asumir de manera responsable, ahora que se han colocado los títulos en la BMV, es la de vigilar que estos recursos se conviertan en obras públicas productivas que generen resultados concretos.
Por este motivo, de acuerdo con el decreto que autorizó la creación del Fideicomiso Bursátil, estos recursos sólo podrán destinarse para la construcción de obra pública productiva y en su caso, al pago de deuda proveniente de financiamientos contratados para ser aplicado en infraestructura básica de salud, educación, vivienda u obra social productiva.
Con esto se aseguró que los recursos provenientes de la bursatilización se utilicen de manera óptima, eficiente, transparente y productiva.
De esta forma, la estrategia de la bursatilización se presenta como una alternativa innovadora para impulsar al desarrollo, ya que no sólo se generan recursos adicionales, y se fortalece a las cadenas productivas, sino que potencia la competitividad de nuestro estado.
Estamos frente a una política pública modernizadora de la administración pública que nos permite fortalecer las finanzas del estado en el largo plazo.
Al mismo tiempo, la inversión de los ingresos excedentes en infraestructura productiva y el aumento en el gasto público, permitirán en conjunto la implementación de medidas contracíclicas que aminoren los efectos negativos de la crisis financiera mundial y reactiven la economía veracruzana.
Estos elementos nos permitirán convertir a Veracruz en un motor de desarrollo nacional y en un ejemplo para enfrentar las dificultades financieras para que éstas sean transformadas en oportunidades de desarrollo.
La solidez financiera del Estado de Veracruz ha permitido que el desarrollo se mantenga a un ritmo constante, acorde con las necesidades actuales, manteniendo el dinamismo de la economía estatal. Esta estrategia no es un accidente coyuntural ni un paliativo.
Se trata de una estrategia planeada y coordinada.
Es, además, una estrategia que demanda que cada nivel de gobierno cumpla a cabalidad con sus funciones.
Los resultados de la bursatilización de la tenencia vehicular del estado de Veracruz son un ejemplo de las oportunidades que somos capaces de crear.
En términos generales, el completo saneamiento de las finanzas públicas ha brindado al gobierno del estado los recursos necesarios para que podamos seguir invirtiendo en nuestra entidad con la finalidad de avanzar así hacia una sociedad más próspera, productiva y equitativa.
Estos resultados son una victoria conjunta, producto del esfuerzo de los municipios y de una conducción responsable de la administración pública.
Hoy estamos presentando la base sobre la cual construimos un estado más sólido, instituciones más fuertes y políticas públicas de largo plazo.

*Secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado.
jduarte@sefiplan.gob.mx