viernes, 16 de enero de 2009

Luzma y Fidel... Castro!!!


El comandante autografió a Luz María Rivera un póster de su primer libro sobre el carnaval cubano


Lorenzo Franco Aranda

A poco más de veinte años del regreso del comandate Fidel Castro Ruz al puerto veracruzano de Túxpan, de donde partió hacia su revolución triunfante y dado su precario estado de salud, es oportuno recrear lo que pasó tras bambalinas aquel histórico otoño patriarcal del 88, narrado por la reportera que cubrió este evento.
Entre las gratas vivencias que en su fructífera actividad profesional ha tenido la comunicadora cuenqueña Luz María Rivera Azamar, destaca el haber estado en La Habana; en la década de los 80’s para “escuchar y después hablar con Fidel Castro y exponerle mi ‘proyecto’ de entrevista, al estilo del periodista italiano Gianni Miná; imagínate, uno de sus biógrafos, que por ese entonces ya tenía 65 años.
“Qué soberbia. La propia, natural, de la primera juventud. Fidel me escuchó, me hizo dos, tres preguntas; sonreía y asentía. Me dijo: mándame tu proyecto.
“Entenderás que yo era, todavía, una imberbe del periodismo, una atrevida.
“Y al recordar esto, recuerdo a Carlos A. Medina, de Excélsior, otro de mis maestros del periodismo que la vida me regaló muy temprano y muy temprano me quitó y que hubiera estado orgulloso de mí porque contra todos los pronósticos, pude hablar con Fidel Castro en el Palacio de la Revolución de La Habana, en su propia recepción, sin gafete y sin estar invitada.
“Carlos siempre me decía: El buen periodista no tiene sentido de la oportunidad; no teme ser inoportuno. Para él, todo momento, todo instante, es una oportunidad”.
Posteriormente, Luz María estuvo en el puerto de Túxpan, el día en que el comandante Fidel Castro Ruz regresó, 32 años después, al lugar donde embarcó el 25 de noviembre de 1956 para iniciar la revolución cubana.
Castro, como se recuerda, había asistido invitado, junto con otros mandatarios extranjeros, a la toma de posesión del presidente Carlos Salinas de Gortari, el 1º de diciembre de 1988.
No obstante, con la sinceridad que la caracteriza, la periodista Rivera Azamar considera este hecho como su peor experiencia. Dejemos que sea ella misma quien nos diga por qué.
“Fue un logro haber convencido al maestro Pepe Miranda, mi director en Xalapa de la corresponsalía de Diario del Istmo, de Coatzacoalcos, de que me ‘enviara’ a Túxpan a cubrir la llegada, precisamente, de Fidel Castro, invitado por su amigo Fernando Gutiérrez Barrios.
“Todos mis compañeros se rieron de mí porque decían que Fidel nunca iba a ir; que cómo creía semejante locura. Incluso, la prensa nacional ya había informado que Castro había volado de regreso a Cuba.
“Al maestro Pepe lo cansé con mi insistencia y, siempre cómplice y generoso, me envió, casi sin dinero, claro, como era en esa época.
“Yo estaba convencida que don Fernando, ya con todo su poder de recién estrenado secretario de Gobernación, no dejaría pasar la oportunidad de invitar a su legendario amigo a la entidad que acababa de dejar como gobernador.“Y claro, como tú y todos saben, eso exactamente sucedió.
“En la isleta, frente a Túxpan, había una actividad inusual, intensa y yo croniqué esos días previos a la llegada de Fidel Castro al sitio que le vio partir en el yate ‘Granma’.
“Y todas esas notas, entrevistas y crónicas me las publicó Diario del Istmo y, cuando finalmente llegó el gran día y arribó don Fernando acompañado de Fidel Castro y de Gabriel García Márquez, seguidos por una avalancha de prensa internacional y nacional, yo pude, nuevamente, cruzar palabras con el comandante, quien me firmó, de su puño y letra, un póster de mi primer libro sobre el Carnaval de Cuba que había presentado, recién en la isla, en la Casa de la Moderna Poesía.
Terminé ese día radiante. Escribí y envié mi crónica, modestia aparte, una crónica espléndida, que apareció publicada al otro día, destacada y en primera plana, pero no con mi nombre, sino con el nombre, hasta en negritas y punto grande, de la esposa del dueño del periódico. Renuncié, claro. Y el maestro Pepe lo entendió”.

Pie de foto: La comunicadora veracruzana Luz María Rivera, en la entrada del Palacio de la Revolución, en la Habana, Cuba.

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