miércoles, 22 de junio de 2011

Escuelas en ruinas

Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción

Molestia y enojo. Rabia y frustración. Eso es lo que cientos de padres y madres de familia deben sentir cuando observan que a las autoridades poco les interesa la educación.
Peor aún, preocupación permanente sufren a sabiendas de que las escuelas a donde acuden sus hijos a aprender, de un momento a otro pueden sufrir alguna fractura o derrumbe que pondría en riesgo la vida de cientos de alumnos.
Con aflicción, los papás y mamás observan el desinterés de las autoridades al descuidar el mantenimiento a varias instituciones educativas.
La infraestructura de más de 60 inmuebles se encuentra en pésimas condiciones.
Así lo admite el coordinador de Fomento a la Educación Cívica del Ayuntamiento local, Eliseo Islas Chagoya.
De todas, las que ponen en alto riesgo la vida de los jóvenes son el Colegio Preparatorio de Xalapa, mejor conocido como Prepa Juárez, así como las primarias Jesús Reyes Heroles y Josefa Ortiz de Domínguez.
Peor aún, de las más de 600 escuelas que existen en la Bella Xalapa, 10 por ciento no únicamente requiere de mantenimiento sino también de reparación y construcción. Entre las decenas de carencias y necesidades está la construcción de baños, aulas y bardas perimetrales.
Los padres y madres de familia de la escuela primaria Josefa Ortiz de Domínguez tuvieron que manifestarse para denunciar que el edificio está a punto de colapsar. La construcción se encuentra deteriorada, la humedad se filtra por las paredes y las ventanas están dobladas.
En las imágenes publicadas en varios medios impresos y virtuales se puede observar fracturas en las paredes y el piso levantado.
De acuerdo con la presidenta de los padres y madres de familia de esa escuela, Rosa de Jesús Ponce González, el plantel de tres pisos está de lado y aunque colocaron vigas para detenerlo continúa inclinándose.
Es más, los profesores revelaron que varios infantes han tenido accidentes a causa de los asentamientos.
Por ello, oficinas administrativas y varios salones no pueden ser utilizados por los empleados y estudiantes, además de que viven con el temor constante de que en cualquier temblor se venga abajo el edificio.
Lo peor de todo es que desde hace cinco años se ha venido denunciando las fallas en la infraestructura del plantel y las autoridades locales y estatales, hasta el día de hoy, nada han hecho por atender las peticiones.
Como siempre, hablan mucho y hacen poco. Ojalá y no ocurra un accidente de consecuencias lamentables para que actúen.

enriquepompeyo@hotmail.com

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