lunes, 20 de junio de 2011

Milo y familia

Salvador Muñoz
Los Políticos

Sobran palabras para externar a la familia Notiver, a la familia López Solana, a los veracruzanos, cómo conmocionó el deceso de Milo Vela, esposa e hijo.
Sí, suena curioso... pero sobran palabras.
Sobran palabras para decir que hay una extraña sensación en el aire desde esta mañana de lunes, después de saber el triste suceso.
En serio, sobran palabras y entre ellas podemos citar al “miedo”, porque podemos comprobar que el hogar dejó de ser fortaleza y cuando eso sucede, sobran palabras para expresar nuestro propio miedo.
Y entre esas palabras que sobran, igual está la “indignación” que se revuelve en nuestro estómago y por eso demandamos justicia para esta familia y para todas aquellas, que de alguna u otra forma sufren similares circunstancias que hoy nos agobian.
Sobran las palabras para expresar el coraje que hay entre los vecinos, conocidos, amigos, lectores de Milo Vela. Quizás el mismo coraje que se ha externado en otras ocasiones, con otros amigos, con otros conocidos, con otras familias...
Y entre esas palabras que sobran está la incredulidad... ¿cómo es posible? ¿por qué? ¿dónde quedó la compasión? ¿la piedad? ¿la justicia?
Sobran palabras para un “acompañamos a la familia en su dolor”, “nos unimos a la pena” y esos lugares comunes para un hecho extraordinario que aún martilla en nuestro corazón. Sí, sobran palabras pero el sentimiento, el cariño y el afecto allí ganan.
Podemos encontrar miles de palabras para expresar lo que se siente; podemos tomar miles de veladoras para rezar por los que se fueron; podemos gritar miles de palabras en demanda de una justicia, pronta y expedita... y las palabras seguirán sobrando.
Sobrarán palabras, muchas palabras que justificarán lo injustificable...
Sobrarán las palabras que no resuelvan nada...
Sobrarán las palabras que servirán para ser parte de un discurso más sobre seguridad, justicia, leyes que ya hemos escuchado antes.
Así es... cuántas palabras en futuros discursos sobrarán que no han de llenar ni un tanto el extraño vacío que de hoy en adelante habrá de anidar en Notiver... en una casa... en una familia, en un todo al que le falta algo pero que le sobran las palabras.
Porque es factible que nos sobren palabras, pero lo que sí nos ha de faltar es el sentido agudo, crítico, punzante de Milo Vela, su “Va de Nuez”, su bonhomía, su cariño y entrega total a su familia, al Notiver, a sus lectores.
Así es... sobran palabras pero nos falta Milo y su apreciable familia.

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