lunes, 13 de mayo de 2013

Apodos

Salvador Muñoz
Los Políticos

Abuelo. Así me decían en mis años mozos. No por tener cara de viejo o contar con su sabiduría. Simplemente devino del apodo primario tras la observación de Simeón, un amigo de secundaria, cuando una mañana pasó a la casa a verme... salí en un calzón de franela que mi abuelo me había regalado, así como una camisola, a ello agregue que traía el ensortijado cabello todo alborotado, que cuando me vio, me dijo: “¡Te pareces al Tata!”
Por la tarde, en la escuela, Simeón contaba mi apariencia matutina entre los compañeros y empezaron a decirme “Tata... tata... tata”, hasta que Tavo, el prefecto, lo cambió por “Abuelo”.
Cuando entré a la “Prepa” Independencia, única opción que me quedaba por haber reprobado Matemáticas, Química y otra materia que no recuerdo, pensé que me había liberado del apodo que en la secundaria, al jugar futbol, se hizo más conocido, pero no... en mi primer día de clases, apenas puse un pie en el salón, el grito del “Japo”, mi capitán del equipo de balompié, hizo que todos voltearan a verme: “¡Abuelo! ¡Siéntate aquí!” y en la prepa también me conocieron como “El Abuelo”...II
Los apodos tienen historias de suyo interesantes. Algunos son por circunstancias; otros, son más por apariencia. Hablar de la cantidad de políticos con sobrenombres sería dedicarle más de una cuartilla al asunto, así que iré a lo particular, por ejemplo, el Puerto jarocho... ¿ya se dio cuenta que sus tres principales personajes que habrán de buscar la alcaldía tienen apodo?
Sí, mire, tenemos a Rafael “El Loco” Acosta Croda, a Ramón “El Alex Sintek” Poo y a Julio Saldaña... ¡ups! ¡con tres apodos!
Sí, Julio Saldaña goza de esa peculiaridad que obedece a tres circunstancias diferentes (“atípicas”, diría él). Por un lado, empezaron a decirle “El Pedro Infante del Puerto”... a ciencia cierta no sé la razón, quizás por dos motivos: 1) El bigote y 2) la simpatía, que más que del “Ídolo de Guamúchil”, es la propia del jarocho.
También le dicen “El Mil Amores”, que devino de ese tipo de leyendas urbanas que le pintaron, si no mal recuerdo, cuando era diputado local... sean ciertas o no, ambos apodos tenían algo en común: a un tipo alegre, risueño, de carácter amable y ojo alegre (cual jarocho), por eso, cuando pidió licencia, si no mal se recuerda, llevó marimba o mariachi (o ambos) para despedirse de sus compañeros del Congreso haciendo fiesta... ¡así es el jarocho! alegre, pues...

III
Sí, les dije que Julio Saldaña tenía tres apodos: “Pedro Infante”, “El Mil Amores” y hoy, “El Charro Amarillo”, bautizado así por el columnista Manuel Hernández.
La razón de tal sobrenombre obedece a su circunstancia política, pues es el candidato del PRD en el Puerto para competir por la alcaldía.
Podemos entonces decir que tenemos al “Loco”, a “Alex Sintek” y al “Charro Amarillo” en esta contienda...
De estos tres, son dos los más conocidos por los porteños: “El Loco” y “El Charro Amarillo”... mmm (si fuera yo Julio Saldaña, me quedaría con cualquiera de los dos primeros sobrenombres).
Veamos: Al “Loco” se le identifica más por eso, por loco, por ser un político que pareciera no entender la política... en fin, por eso le dicen así, ¿no?
Al “Mil Amores”, “Pedro Infante” o “Charro Amarillo” se le ubica desde que el PAN obtuvo el triunfo en el Puerto con “El Flamer”, Roberto Bueno Campos... y de allí, su paso como diputado federal y local, además del triunfo robado en las pasadas elecciones cuando Carolina Gudiño “ganó” la alcaldía.
Para no ser omisos, “Alex Sintek” realmente es nuevo en estos avatares... el hecho de que su padre sea político no implica que sea genético el asunto. Incluso, dentro del PRI, es considerado un “candidato hechizo”, como el primo del gobernador, Sergio Pazos Navarrete.
IV
Aunque a fuerza de ser sinceros, los sobrenombres de estos tres personajes sólo son ubicados entre los cuates y algunos columnistas y medios. En la población, Saldaña es Julio; Poo es Ramón y Rafael es... ¡el Loco!... no es cierto, se le ubica más como Acosta o “Fallo”, su otro sobrenombre.
La competencia por la alcaldía será de suyo interesante cuando los tres partidos ofrecen circunstancias sumamente “atípicas” (dijera Julio Saldaña) a los jarochos:
Por un lado, la coalición “Vamos para Adelante” tiene un partido con estructura, con dinero y con la mayoría de los medios a su favor, pero con un candidato que no hace “click” con la raza de bronce, con la gente trabajadora, con el porteño pero sí con algunos de la clase pudiente.
Por otro lado, tenemos en el PAN a un candidato que aún no es candidato porque Óscar Lara se resiste a quedar fuera de la jugada, lo que evidencia a un partido desunido, con diferentes intereses y satanizado por el Gobierno por tener entre sus filas, al enemigo de los fidelistas: Los Yunes.
Y concluimos con un PRD que, sin querer, logró la alianza con el PAN que tanto se luchó en el estado para evitarla, al llevar a un panista como a su candidato...
Lo seguro es que en las boletas, el porteño no habrá de encontrar el nombre de “El Loco”, “Alex Sintek” o “El Charro Amarillo”, “El Mil Amores” o “Pedro Infante”... pero de cierto modo, lo único real es que en Julio decidirá su voto, por el mejor candidato, con apodo o sin él.

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