viernes, 2 de agosto de 2013

Resplandeciente indiferencia


Salvador Muñoz
Los Políticos

Me asomo a la ventana y ahí sigue. Lleva más de seis días así. ¡Y con estos calores que han hecho! Lo más curioso es que la gente pasa a su lado y son indiferentes para con ella. ¡Huy! No estuviera en la noche chambeando porque ahí sí, llueven los reclamos, pero como en el día permanece impávida pero resplandeciente, viendo a todos los que pasan a su lado y en las noches continúa con su labor, ¡ni quien diga nada!
II
Hago mi coraje mañanero cuando descubro que en el bote donde deposito lo biodegradable hay otro tipo de basura. La “muina” (hermosa palabra que ya casi no escucho) se me pasa pronto porque sé, que al final, esa basura biodegradable que en casa la mujer y yo separamos, va a juntarse con el resto de desechos sin que mi preocupación haya servido para un comino.
Luego me pongo a pensar en por qué no se inventa un aparato casero que lo biodegradable lo convierta en energía, ya sea para calentar el agua de baño o para suministrar de electricidad a la lámpara que ilumina la cochera. ¿O por qué el gobierno, en lugar de dar láminas de zinc o asbesto, dieran láminas con fotoceldas que permitieran a las personas de escasos recursos, captar energía solar y poder suministrarse de un sistema eléctrico lo suficiente para iluminarse?

El dengue y la perversidad oficial

Roberto Morales  Ayala

Zona Franca

 

En Veracruz, los funcionarios del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, poco o ningún respeto tienen por la sociedad; no responden a un servicio público sino al interés de mantener el privilegio de vivir y lucrar con el erario público.

Si su mando supremo dice que en el estado el dengue esta bajo control y lo que se informa en los medios son especulaciones, no valen muertes ni tragedias, para que con malsano servilismo se conviertan en cajas de resonancia, aunque para ello tengan que mentir y medrar para ocultar la información a la que la sociedad tiene derecho.

El dengue es un enemigo monumental. Va de país en país, enfermando a sectores de la sociedad, los más desprotegidos, los más desnutridos, aquellos que habitan en áreas donde no hay prevención y en cuyos planes de contingencia se respira ya el aroma a fracaso.

Hay brotes en Bolivia, en Colombia, en Brasil, en Cuba, donde fallaron los cercos sanitarios, la fumigación, la abatización, los operativos para deshacerse de todo aquello donde podía proliferar el mosco transmisor, el Aedes Egypti. En Estados Unidos, en Miami, el dengue avanza y no hay cómo controlarlo, algo que simplemente nunca les había ocurrido.

En México ni se diga. Chiapas, Tabasco, Guerrero, el sur de Veracruz, son zonas donde se han encendido los focos rojos, las señales de alerta, y el sector salud advierte que de la contingencia estamos a un paso de una epidemia de dimensiones inimaginables.

El dengue es un problema de salud pública. Afecta a cualquiera, pero no todos tienen acceso a los servicios de salud y en muchos hospitales hay deficiencias para la atención de pacientes, hay valemadrismo y poco aprecio por la vida de los demás.

Para enfrentar al dengue hay que conocerlo, saber cuán devastador puede ser, cómo se inocula el virus, qué medidas de precaución deben tomarse, cómo detectar los síntomas, conocer si es dengue clásico o si se trata de dengue hemorrágico, que puede ser mortal.

De meses a la fecha, el avance del dengue comenzó a preocupar a la sociedad. De oídas, de boca en boca, se sabía que el número de casos aumentaba, que los hospitales y clínicas no se daban abasto para atender al número de pacientes y que a muchos se les diagnosticaba otra enfermedad con la sola intención de contener la estadística y no hacer ver a Veracruz como una entidad avasallada por el dengue.

Así se ha tratado a los enfermos de dengue, pero también a quienes han muerto por ese mal. A menudo se sabe que llegan a las clínicas con todos los síntomas —dolor de huesos, de articulaciones, de ojos, fiebre— y terminan muertos con un diagnóstico de complicación de vías respiratorias o por problemas hepáticos. A ese grado llega la perversidad oficial.

El ocultamiento de información y la desinformación son dos factores que agravan el problema del dengue. Mientras en el sur de Veracruz se minimizan los casos reportados, mientras se suavizan las declaraciones sobre la gravedad, supuestamente para no alarmar, instancias independientes, de las que no controla el gobernador Javier Duarte, advierten que tenemos en las manos un mal que debiera preocupar a todos, pero sobre todo, a las autoridades estatales y municipales, las mismas que hasta ahora han venido ocultando la información.

Coatzacoalcos, Minatitlán, Las Choapas, Agua Dulce, Cosoleacaque, Acayucan y todas los municipios del sur de Veracruz registran decenas de casos al día y la mitad de ellos corresponden al dengue hemorrágico. Los laboratorios encargados de realizar los exámenes clínicos así lo confirman.

Agua Dulce, según las estadísticas, es un foco rojo. La Dirección General de Epidemiología estima que en lo que va del año se han registrado 124 casos de dengue clásico y 42 de dengue hemorrágico, pero la estadística oficial la lleva la Jurisdicción Sanitaria número XI, con sede en Coatzacoalcos, donde siempre minimizan el problema.

Su titular, Javier Reyes Muñoz, es un mentiroso oficioso, cuya misión es restarle importancia al problema del dengue, aunque las cifras reales, las que con tanto afán oculta, ya hayan generado niveles de preocupación en el gobierno federal y en el sector médico.

Invariablemente Reyes Muñoz sostiene que esas cifras no corresponden a la realidad, que el problema es menor, que se está realizando una intensa labor para combatir al mosco transmisor y que la población debe colaborar desechando todos aquellos recipientes donde pudieran servir para que incube el mosco.

La palabrería de Reyes Muñoz es tan variada como indignante. Mientras Erick Saúl Raga Sarabia, un especialista, asesor clínico del Centro Nacional de Prevención y Control de Enfermedades, viene a Coatzacoalcos y advierte que pudiera desencadenarse en el sur de Veracruz una epidemia similar a la de Brasil, Bolivia y Colombia, el titular de la Jurisdicción Sanitaria se sale por la tangente y vuelve a su estrategia de ocultar información.

Raga Sarabia no sólo habla de la magnitud del problema. También explica que el mosco transmisor, el Aedes Egypti, se ha vuelto resistente a los fungicidas usados para combatirlo, lo que representa una parte del problema. La otra es la virulencia con que ataca, su fuerza devastadora que resiste de igual forma a los tratamientos médicos aplicados en los pacientes infectados.

“¿Qué ésta pasando? El mosco se está haciendo más resistente a los insecticidas, el virus se está haciendo más agresivo y entre nosotros hay más diabéticos, más hipertensos; el virus quiere vivir. Hay posibilidades de que esto se pueda detonar más y no lo controlamos con la participación de la población”, dijo con un aire de preocupación.

Raga Sarabia vino a aportar información que es necesario conocer como sociedad para comprender por qué el dengue es una enfermedad que debe preocuparnos y así poder medir su capacidad devastadora.

De lo dicho por el especialista del Cenaprece, se extraen dos argumentos: el dengue es resistente a los insecticidas usados para combatirlo, y también es resistente a los medicamentos usados en la atención de los pacientes infectados.

En cambio, la actitud del jefe de la Jurisdicción Sanitaria es totalmente opuesta. No sólo oculta cifras sino que impide que la sociedad esté informada.

Hace un par de días en Coatzacoalcos y ayer en Las Choapas, Javier Reyes Muñoz fue tajante con la prensa. Vetó su presencia en las pláticas que ofreció Raga Sarabia a médicos sobre el control del dengue y, de paso, le negó a la sociedad el derecho a saber más sobre este mal, los alcances que ha tenido, cómo identificarlo y cómo manejarlo.

El asunto va más allá de la cerrazón de un funcionario, sea por decisión propia o por orden superior. Se trata de un atentado al derecho a la información de la sociedad a conocer los temas de interés público, sobre todo cuando afectan su entorno, su salud y su vida.

En días pasados, se conoció que el producto usado para combatir el dengue no es el más adecuado ni el de mejor calidad. El sector salud usa un producto catalogado de segundo nivel por su precio cuando lo que está en juego es el bienestar de la población. Ese tipo de ahorro es criminal.

Ocultar la información, maquillar cifras o negarle a la sociedad su derecho a conocer la dimensión del problema del dengue, es agraviante y condenable. Bajo ese criterio, si es que así se le puede llamar a la irresponsabilidad, la epidemia de dengue crecerá, el mosco transmisor resistirá y muchos pacientes habrán de morir.

(romoaya@gmail.com)(@moralesrobert)

 

Insuficiencia renal y dengue: Veracruz grave

José Luis Ortega Vidal

Claroscuros

 

(1)

Tienes diez años de edad. De pronto, tu orina cambia. Surge espumosa, con burbujas. Debes levantarte más de una ocasión en la madrugada por los deseos de miccionar; lo que no ocurría antes.

Más aún: la orina tiene presencia de sangre. Tus piernas se hinchan; los tobillos tienen la misma problemática al grado de no poderte colocar los zapatos. También te fatigas aún cuando no hagas ejercicio ni estés realizando alguna actividad pesada.

Tus padres acuden al médico y el diagnóstico es terrible: en la flor de la vida, en tu tercera etapa de la niñez, padeces insuficiencia renal.

Habitas en el municipio de Tierra Blanca. Y allí, en la puerta a la Cuenca del Papaloapan, durante los últimos 13 años se han detectado estadísticas anormales de enfermos renales.

El sector salud ha investigado una y otra vez y no se encuentra una explicación clara sobre la causa de este mal.

Las hipótesis vuelan como las mariposas amarillas de Mauricio Babilonia en los “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez: el excesivo uso de plaguicidas y fungicidas; el empleo de ácidos en la limpieza de pozos; la presencia de diabetes; malos hábitos alimenticios; endogamia; etcétera.

De plano, en Tierra Blanca se invirtió en la creación de una Clínica de Hemodiálisis.

Se disminuyó la cifra de muertos pero no de enfermos.

La falla renal sigue e incluye a niños, jóvenes y adultos; la única diferencia es que ahora pueden vivir más tiempo con una diálisis apoyándoles.

No hay un dato preciso sobre la cantidad de enfermos de los riñones.

Se habla de cientos, incluso de miles de víctimas. Llegó a darse el caso de que en una sola comunidad, “Los Mangos”, más de la mitad de la población –de unas 80 personas- padecía problemas con sus riñones.

A nivel estatal, el sector salud de Veracruz reportó la muerte por fallas renales de 630 personas por año durante el período 2006-2011.

Hoy, Tierra Blanca sigue en las mismas; de su dramática e histórica problemática se habla en los medios de información estatales y nacionales, e incluso allende las fronteras, pero nomás no hay solución.

 

(2)

En este contexto aparece una nueva alerta: en San Rafael, municipio ubicado en la zona centro del estado, junto a Martínez de la Torre, en las faldas de la zona montañosa que vía Misantla conduce a Xalapa o bien te permite viajar a Perote, o asomarte a las playas de Nautla y dirigirte en dos horas a Poza Rica; ahí en una región poblada por grandes extensiones de producción citrícola, se han detectado decenas de enfermos renales.

Se habla de 40, sólo en el sector juvenil.

E igual que en Tierra Blanca, se expone que habría víctimas mortales debido a la pobreza que impide el tratamiento para poder vivir aunque sea dializados.

 

(3)

Ante el escenario de San Rafael el Secretario de Salud, Antonio Nemi Dib, declara sin rubor que las estadísticas de enfermos renales del lugar no exceden la media nacional sobre el padecimiento.

¡Que Dios escuche a Antonio Nemi!

¡Que las palabras del señor Secretario de Salud sean estrictamente apegadas a la verdad y estemos ante una exageración en torno al número de enfermos de los riñones en un municipio del centro de Veracruz!

Recordemos, empero, que en su momento el cardiólogo Mauro Loyo Varela -Secretario de Salud en el sexenio de Miguel Alemán- dijo exactamente lo mismo respecto al caso de Tierra Blanca.

Pero ahí doña muerte, ayudada por doña diálisis y con el respaldo inequívoco de los señores riñones frágiles, desmintieron al reconocido galeno Loyo.

No es lo mismo ser un médico notable que ser un funcionario público honesto y responsable, aprendimos en aquella ocasión.

Destacado cardiólogo, don Mauro Loyo resultó mentiroso y sus falsas afirmaciones se referían a vidas humanas no a las estadísticas frías que se pueden observar desde un escritorio.

 

(4)

El sur de Veracruz padece hoy en día un brote epidémico de dengue: el clásico y una modalidad mutante del hemorrágico.

Las Choapas y Coatzacoalcos son las poblaciones con el mayor número de padecimientos.

Como siempre, los datos oficiales son contradictorios: por un lado se ventila que la incapacidad del sector saludchoapense obliga a canalizar a los enfermos al hospital regional “Valentín Gómez Farías” de Coatzacoalcos y que las camas de este nosocomio son insuficientes para albergar a los demandantes vecinos y los locales.

Y frente a esta versión -muy cruda- del alto número de enfermos de dengue, las autoridades del sector salud y del Ayuntamiento evitan el empleo de la palabra epidemia, en un afán de precisión lingüística que no puede evitar el asomo de la preocupación política.

¡Carajo!

Cómo si las vidas de las personas fueran equivalentes a votos electorales.

Admitir el surgimiento de una epidemia evidencia la ineficiencia de las autoridades para prevenir esta problemática.

Pero ocultar la realidad a la población impide que ésta enfrente con prontitud al mal que le aqueja y que en Coatzacoalcos habría cobrado ya una vida.

 

(5)

En Tierra Blanca el subsuelo cuenta con la presencia -por encima de lo aceptable para el ser humano- del metal pesado conocido como el cadmio.

El metal asesino arriba a los afluentes subterráneos y pasa a los ríos y pozos que surten de agua a la población.

El cadmio es regado con los fungicidas y pesticidas que bañan el campo cañero de la zona.

Los intereses económicos que rodean este escenario constituyen una variable muy importante en el estudio de los males renales terrablanquenses.

Lo de San Rafael es tema nuevo y habremos de estar muy atentos a la información que surja al respecto, para ubicar la realidad de lo que hoy es una alerta desdeñada por el Secretario Antonio Nemi.

Insisto en rezar al respecto, para que al comunicólogo convertido en administrador de la salud le asista la razón.

Lo del sur, finalmente es un caso grave de un brote epidémico, porque el número de afectados por el dengue en Coatzacoalcos y Las Choapas rebasa la estadística común y ha puesto en peligro a la población en general.

Hay que dejar la lingüística en manos de lingüistas. Llamemos a las cosas por su nombre sin afanes pseudopolíticos: el sur tiene un problema de salud respecto a la proliferación del mosco aedes aegypti y a la presencia de una mutación del dengue hemorrágico  que ha sorprendido a todos y está llevando a mucha gente al hospital.

Tomemos las medidas respectivas y obligadas; a menos que morir devorados por las hormigas como el último de los Buendía, nos resulte buena opción.

jueves, 1 de agosto de 2013

Discriminar al que discrimina

Salvador Muñoz
Los Políticos

Hay algo podrido en Veracruz, dijera “Shakespirito”. Bueno, esa es mi percepción cuando nuestro Congreso local aprueba una Ley que elimina la discriminación en nuestro estado.
Y no tanto porque a golpe de “decretos”, “reformas” y “leyes”, de la noche a la mañana se acaben (por favor, a la hora de leerlos, hagan un mohín de asco, desprecio u odio para que tengan el efecto deseado) los prietos, los negros, güeros agrios, los gordos, los indios, las flacas, los jotos, los gays, las putas, las chachas, los Testigos de Jehová, los menonitas, el pobre, el anciano, el ilegal, el albañil, el taxista, el chofer de urbano, el cargador de San José, el carretonero, el inválido, y cualquier otra palabra que en su enunciación, tenga una carga despectiva, peyorativa, que dé lugar a la discriminación.
Una sola cosa: cada palabra, acción o enunciación, para ser considerada “Discriminación”, es que el sujeto de la acción se sienta superior al objeto de su cita, algo así como: “¡Es pinche prieto!”, “es una puta, ni te metas con ella”, “pinche gordo, se fue de vacaciones como si se las mereciera”, etcétera. 
Pero ¿Es necesario hacer leyes contra la discriminación? En un sentido humanista, la respuesta lógica, es no... pero no vivimos en un mundo humanista.
Así que, qué bueno que se tome en cuenta el comportamiento de nuestra sociedad para con sus miembros. Vamos, no podemos negar que somos un pueblo que discrimina hasta por la cosa más pendeja que se nos pueda ocurrir.
Si vio, mencioné oficios y no precisamente el más antiguo del mundo, sino el de “taxista”. Le juro que he escuchado a gente que dice, ante un incidente automovilístico, “¡tenía que ser taxista!” o ésta que me encanta: “¡No pasarás de taxista!”, como si tal empleo fuera peor como aquél que dijo que los mexicanos hacían los trabajos que los negros no querían hacer. Vamos, el hecho de “ser”, te cataloga con otras características que buscan denigrar, como ejercer la prostitución o creer en la Santa Muerte.
Pero, bueno, he de entender que la discriminación a la que se refieren nuestras autoridades legislativas es a la que se podría aplicar en dependencias, empresas, escuelas y otros lugares contra personas “con características especiales” (nótese que al entrecomillar, hago de cierto modo, una diferencia de éstos para conmigo). Y siendo un poco exagerados, creo que YA HAY una ley federal al respecto.
Recuerdo cuando abrió en Xalapa una tienda comercial donde venden artículos al mayoreo y no es Cotsco. Movidos por esa curiosidad malsana que nos inyecta la novedad, fuimos a comprar lo que sea y al llegar a las cajas me llamó la atención los jóvenes, tanto varones como mujeres, que atendían tanto a la hora de cobrar como en depositar los artículos en otro carro: delgados, atractivos y una estatura promedio.
Claro... al mes, cuando regresamos, esos jóvenes habían desaparecido y ya había gente sin características detalladas en las cajas... y a la fecha así sigue. ¿pues qué esperaban los del Sam’s Club al llegar a Xalapa? ¿Vikingos?
Son como las secciones de sociales de los periódicos, donde está “la gente bonita”, aunque estén más feos que la chingada, pero a los demás, los que no aparecemos en dicha parte del periódico ¿qué? ¿somos fenómenos? ¡Es discriminación social! 
Bueno, pero no creo que a ese tipo de discriminación se refieren nuestras autoridades... 
Y tampoco a la otra, a la que se da en la calle, en la escuela, en la colonia, en la oficina, no creo...
Tengo una amiga gorda (perdón, ¿debo decir “obesa” o con “obesidad mórbida”?), y no le digo de otro modo, porque mi reducido vocabulario me concentra en este caso en dos tipos de personas: gordos o flacos. Su sudor lo repelen y hasta cambian la silla donde ella se sienta porque dicen que lo deja oloroso... la verdad, nunca me ha llegado un mal olor de ella pero percibo cierta discriminación, no por su peso, sino por el olor que dicen que desprende.
Me llama la atención la expresión “hablas como albañil” para referir a alguien por grosero, lépero o majadero con las damas.
He conocido albañiles y nunca he escuchado a uno de ellos que se exprese de las mujeres como varios licenciados, empresarios y periodistas que conozco con tanto desdén y desprecio.
Le repito: me da gusto que nuestras autoridades se preocupen por esa discriminación pero más que hacer leyes, debiera educarse, llevar este tema al Plan de Estudios desde pre-escolar, primaria y hasta universidad, de ser posible. Ya los padres están dañados, sólo nos quedan los niños por enderezar.
Mientras tanto, quite el mohín de su cara de asco, desprecio u odio a las palabras pero más a sus acciones, porque realmente no hay personas prietas, blancas, negras, gays, menonitas, inválidos, de la Luz del Mundo o Testigos de Jehová, taxistas o albañiles, gordos o flacos... simplemente al final, habrá personas buenas y personas malas, el chiste es saber de qué bando estás y punto, sin necesidad de tanta ley, decreto o reforma...

  

miércoles, 31 de julio de 2013

Veracruz no extraña al vacacionista Duarte

Claudia Guerrero Martínez

Entre lo utópico y lo verdadero

 

Como si el Estado  necesitara de gobernantes vacacionistas,  el empleado de los veracruzanos  Javier Duarte de Ochoa ha mantenido, en secreto,  su salida del estado para disfrutar de un relax por las pasadas elecciones del 7 de julio. Y medios oficialistas publican notas y fotografías tomadas con antelaciónpremeditada… Lo malo, que el Instituto ElectoralVeracruzano está hecho bolas, pues las cuentas, contabilizadas con un ábaco (PREP) de 18 millones de pesos y no les cuadran.  Y peor, que sus consejeros  hacen declaraciones desafortunadas  defendiendo lo indefendible y justificando su enorme sueldo cobradocada mes… Un escándalo que se presagia es el casodel PRD y PAN quienes exigen al órgano electoral  la copia  de registro de Coalición “Veracruz para Adelante, el cual se asegura, ser inexistente… De ser verdad ésta importante anomalía, Verde Ecologista, PANAL y otros, perderían sus curules en la siguiente Legislatura Local

 

Y hablando del Congreso Local, los casos de  Roberto Pérez Moreno alias “Juanelo” y Ludivina Ramírez, alcaldes priístas electos por Coatepec y Cerro Azul, respectivamente,  no tienen desperdicio. Para poderserehidratar económicamente, regresaron a sus curules, con la firme intención de cobrar salarios, prestaciones y hasta aguinaldos, para el mismo día, volver a pedir licencia. El PAN Estatal acusóque ésta acción violenta el Código Electoral y por “default” pierden la Alcaldía y los suplentes deberán tomarprotesta como Presidentes Municipales de Coatepec y Cerro Azul, si es que el TRIFE ratifica el triunfo del PRI.   Lo interesante es investigar a cuál Ley se acogerán para posibles sanciones, pero no olvidemos la existencia de infinidad de lagunas y beneficiosjurídicos a favor de estos dos desvergonzadospolíticos…

 

Y hablando de políticos sinvergüenzas,  el IVAI estrena nuevo Consejero:   Fernando Aguilera de Hombre, quien se desempeñaba como Secretario de Acuerdos del mismo órgano de presuntatransparencia y su discurso al rendir protesta fue de buenos deseos y futuros compromisos, los mismos y sabemos, ser incumplidos. Y les diremos por qué, pues el IVAI es parte del problema…

 

Recientemente, para ser exactos el 22 de julio del presente, el Comité de Información de Acceso Restringido de la Coordinación General de Comunicación Social, órgano incongruente  con una estupidez inlimitada, cuya presidenta es la “Madame”  Gina Domínguez Colíotitular de la Coordinación de In-comunicación Social del Estado y quien tambiénes la vocera de la administración de Javier Duarte,  restringió como figura jurídica,  la transparencia de los gastos relativos a esa dependencia estatal y reservó información alusiva a la difusión de mensajes sobreProgramas y Actividades Gubernamentales. En la Gaceta Oficial del Estado de Veracruz se publica:Acuerdo mediante el cual se clasifica como de Acceso Restringido en la modalidad de Reservada y Confidencial la información que obra en poder de Coordinación General de Comunicación Social como Sujeto Obligado, en términos del artículo 5.1 fracción I, de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave”.

 

No es un secreto, los excesivos gastos que realiza Gina Domínguez Colío para pagar jugosos convenios con medios oficialistas… Y también,  para los propios. Su imperio informativo va de un periódico impreso, una radiodifusora y algunos Portales en la Internet  autopagados, con muy buenos dividendos y seautootorga inserciones y publicidad gubernamental sin miramientos.   Y cómo no, si la misma Madame Gina consiguió un aumento de presupuesto de más de 80 millones de pesos para la Coordinación a su cargo y así, poder moverse en el bajo mundo de periodistas corruptos y ladrones…

 

Tampoco es un secreto, sus negocios fructíferos, quizá auspiciados desde el erario estatal como son los restaurantes de comida china y el multicitado en la radio, Casa Veracruz, el cual es de su propiedad…

 

La restricción de información sobre el gasto del presupuesto en la Coordinación de In-comunicación Social del Estado es uno de los peores casos de corrupción en el Gobierno del vacacionista Javier Duarte de Ochoa, quien permite que ésta funcionaria estatal disponga de enormes sumas de recursos estatales para mantener “calmados” a mercenarios medios oficialistas y también por qué no,  para uso personal, como ya habíamos comentado en pasadas entregas...

 

Notita 1: Como habíamos externado que  Javier Duarte de Ochoa estaba de vacaciones, en las Redes Sociales circula la imagen de Fidel Herrera Beltrán junto a Rosa Borunda  en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para abordar, afirman los usuarios,  el vuelo que lo llevará a Londres, Inglaterra… No es un secreto que el exgobernador tenga negocios lucrativos en el país europeo y se hablan desde centros comerciales, hasta villas tipo chalet, en el negocio inmobiliario. Debe invertir su dinero, pues de lo contrario, el recurso se acaba…


Pobre de moda

Salvador Muñoz
Los Políticos

La música del acordeón apenas y se escucha. El terrible tráfico del lunes, en vacaciones, en pleno centro de la ciudad, entre Clavijero y Altamirano, hacen un mal chiste al “Un Día sin Autobús”, pues son los que más estorban y ruido hacen para que pueda escuchar el acordeón.
Pero realmente no me llama la atención la música del acordeón, sino el ejecutante y su compañía: una mujer con un niño como de dos o tres años que comen unos tacos. El chaval entonces, con la mano izquierda, le arrebata un pedazo de jamón a quien supongo su madre y ésta intenta quitárselo en vano. El niño lo sostiene con fuerza mientras que en la mano derecha, blande un trozo de taco también. El del acordeón continúa su música... él no come... él toca. La mujer desiste de su lucha por recuperar el pedazo de jamón y toma una bandejita que extiende a todo transeúnte que pasa a su lado... ¡son pobres! No me cabe la menor duda.

¿La papa es primero?

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Voy a intentar ser breve, por aquello de que lo bueno si breve dos veces bueno, aunque alabanza en boca propia es vituperio, pero dije “voy a intentar”, porque generalmente me da por la divagación, la verborrea escrita, la “palabrería hablada” no es lo mío, por eso no soy abogado ni político ni… Bla, bla, bla… Sí, detengo mi carro y al meollo del asunto.
 Pos nada, que da gusto la asistencia y participación entusiasta en la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil 2013, lo malo es que, la verdad, no hay mucha lana para comprar, muchos vamos y nos paseamos como los chinitos, nomás milando. ¡Qué le vamos a hacer! ¡La papa es primero! Alguien diría que primero las chelas…

Fraude en Veracruz congeló el pacto

Roberto Morales Ayala
Zona Franca
Por más lejos que esté del corazón de Veracruz, Las Choapas es hoy un parteaguas democrático. En su arena política se juega la permanencia de un cacicazgo y la dignidad de un pueblo; el afán de un personaje que no sabe obtener el poder sino robárselo frente el sueño de miles de choapenses de elegir libremente a su alcalde, sin el estigma del fraude.
Por más distante que esté de la capital mexicana, Las Choapas tiene un lugar reservado en el contexto político nacional y es hoy un punto a tratar en el conflicto que enfrenta el Pacto por México, congelado como dice el líder nacional del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano Grijalva, hasta que se castigue a los mapaches electorales, entre ellos los mapaches de Veracruz.

De pobres a pobres

Brenda Caballero
Números Rojos

A unos cuantos días de regresar a trabajar, y en virtud de comprar algunas cosas en el centro de la capital, decidimos aventurarnos a tal hazaña. Aun cuando la ciudad en esta época se vuelve intransitable, al grado de que para avanzar una cuadra es necesario que pasen como diez semáforos en verde. Mi hermana comenta ¿no iniciaba hoy un día sin autobuses de transporte público? Es correcto, sin embargo esa medida no parece resolver el problema.
Por fin logramos dejar el auto en un estacionamiento y caminar un poco. A nuestro paso, una familia (papá, mamá e hijo), con aspecto indígena, pide limosna, a un costado de los locales comerciales.
En lo particular, no acostumbro a dar limosna cuando veo que pueden trabajar, pero… ¿en qué? me pregunto, si hasta los que terminan de estudiar una carrera ¡están desempleados!

La violencia del silencio

Erwin S. Bárcenas Oliveros
Un Clavo al Ataúd

“A veces, el silencio es la peor mentira.”
Miguel de Unamuno
Televisión genera televidentes; gobierno desemboca en gobernados; omisión termina en reclamo y violencia genera violencia. Las formas y los contenidos, lo que se dice y lo que es, o puede que era, pero como no lo dijo el noticiero de la 10, así que tal vez no sea; Michoacán y Estado de México (y antes de ellos Veracruz, Monterrey, Tamaulipas, Sonora, Coahuila, Tijuana, etcétera) se encuentran bajo estado de “No sabemos a ciencia cierta qué pasa pero seguiremos informando, ¡oh sí!, hay algunos muertos pero puede que sean narcos”.
Dicen nada para evitar tener que comentar todo, crean suposiciones y generan nubes de “Pué que sí, pué que no, mientras tanto, veamos estos atentos anuncios comerciales”, y se crea una nueva vertiente del consumismo: la violencia genera espacios publicitarios.

martes, 30 de julio de 2013

Doble llave


Salvador Muñoz
Los Políticos

Entro al edificio y me encuentro de frente con él. Me da una mala noticia: Robaron dos departamentos hace unos días y uno de ellos, al costado de nuestro condominio. Es más, me advierte que cada vez que entre o salga del inmueble, eche “doble llave”, no importa si voy a sacar la basura, si salgo a tender la ropa o nada más vaya al coche.
Quien me cuenta y advierte de todo ello no es un vecino directamente, no... es un cartel hecho con plumones sobre hojas tamaño carta unidas por “diurex” que está pegado a la pared.
Si tenía intenciones de salir en estas vacaciones, ese “cartelito” me las ha quitado más rápido que adolescente en su primera vez.

De pagar, lavar y cocinar

Brenda Caballero
Números Rojos

I
Creía que era un ciudadano común, hasta que dijo: “Quiero pagar más impuestos”. Medio incrédula y creyendo que era broma su declaración, le pregunté: “¿Por qué quiere pagar más impuestos?” A lo que respondió: “Porque siento que pago muy poco”.
Ciertamente no era común, ¿cuántas personas dicen que pagan pocos impuestos? Es más ¿cuántas acuden ante una autoridad hacendaria pretendiendo pagar más?
Él era diferente, ¡claro que lo era! su acento extranjero lo constataba: era italiano.

lunes, 29 de julio de 2013

Silencio que enferma

Roberto Morales Ayala

Zona Franca


Veracruz está enfermo. Lo aquejan mil males, las enfermedades sociales, el dengue, la tuberculosis, la desnutrición con todas sus secuelas, pero más, todavía más, la negligencia oficial y el silencio de las autoridades que suponiendo que es mejor callar para no alarmar, dejan inerme a la sociedad.

Los vemos decir, los escuchamos por doquier, con el aparato de prensa a su lado, que el dengue no vencerá a Veracruz, que hay campañas y operativos para enfrentar la proliferación del mosco transmisor y que ya hay conciencia entre los veracruzanos de cómo combatir los criaderos, mientras cientos de casos son registrados a diario, aunque no pasen a la estadística y se les enmascare con diagnósticos de otros padecimientos.

Pasa lo mismo en el campo y en algunos sectores urbanos. La tuberculosis se ha recrudecido por las condiciones insalubres en que viven millones de veracruzanos, por su desnutrición, por el fracaso de las campañas de prevención, por la no aplicación de vacunas.

Bien dicen que cuando los políticos gobiernan, se abaten las enfermedades sociales. Pero desde que llegaron los tecnócratas al poder, esas enfermedades, que se suponían erradicadas, vuelven a amenazar a la sociedad.

Veracruz tiene gobiernos que sufren el síndrome del avestruz. Meten la cabeza en el agujero y creen que nada pasa a su alrededor. Es una forma de autoengaño, de no querer ver la realidad, de suponer que engañando a los gobernados los males desaparecen o no afectan a nadie. De ahí que digan que el dengue, la tuberculosis y otras enfermedades sociales están siendo derrotadas.

El problema para quienes gobiernan a Veracruz es que nadie les cree. Off the record, fuera de cámaras, se justifican con argumentos huecos y hasta estúpidos. Si ocultan la información es, dicen, “para no alertar a la gente”.

Así se oculta el número de infectados, el número de enfermos y el número de muertos. Así se oculta que Veracruz está siendo devorado por las enfermedades sociales y que el gobierno está rebasado.

Lo peor que le puede ocurrir a la sociedad es que quienes ejercen el poder le mientan, que sean negligentes y que además sean incapaces.

El dengue, por ejemplo, es un problema de salud pública. No se le ha atacado con operativos de fumigación ni con programas deabatización, sino con vil palabrería, con el discurso simplón, con las cifras maquilladas y con la opacidad en las acciones y en los resultados.

El dengue está descontrolado en todo Veracruz. Los operativos para erradicar los criaderos han fracasado porque no se invierte lo suficiente, mientras se destinan miles de millones de pesos de origen público para comprar elecciones, para asegurar que la gente de las zonas marginadas, las del campo o las de los cinturones de miseria, les dé su voto, el voto priista, con el que el grupo en el poder no dejará el control del gobierno estatal.

Puede no haber dinero para enfrentar el dengue, pero los políticos nos sorprenden a menudo cuando se les ve estrenar auto de superlujo, presumir de semanas vacacionales en el extranjero, comprar mansiones, crear empresas, adquirir hoteles o hacerse de ranchos de ensueño que en realidad parecen latifundios.

O sea, el dinero destinado a garantizar mejores niveles de bienestar para los veracruzanos, sin dengue, es usado para constituir fortunas personales.

El asunto no se reduce a una mera especulación. Uno de los allegados al poder, el diputado electo Renato Tronco Gómez, de Las Choapas, el segundo municipio con casos de dengue en Veracruz, con tremendo exabrupto y quizá sin medir el alcance de sus palabras, delató al gobernador Javier Duarte cuando reveló que las cifras del dengue se ocultan y que hay muchos, muchísimos casos de enfermos y que la enfermedad está fuera de control.

Las cifras no se ocultan por buena voluntad. Se ocultan porque el político no es amigo de la verdad. Tampoco es amigo de la sociedad, pues si así fuera, le hablaría de frente y encararía la realidad como es.

Ocultar la verdad es una actitud ruin. Su objetivo es ofrecer a nivel internacional una imagen de estado saludable, aunque a diario miles de veracruzanos sufren la enfermedad y cientos mueren en medio de desgarradores dolores.

El problema de salud pública en que se ha convertido el dengue, se combate con educación y cultura, pero son dos cosas que el gobierno que padecemos confunde con eventos para que la realeza política y empresarial se codeen, y no en la promoción y sobre todo financiamiento para mejorar la infraestructura educativa y las actividades culturales de manera popular y no elitista.

El problema de salud pública en que se ha convertido el dengue se atiende con una infraestructura hospitalaria eficiente que en Veracruz no existe, pero que en el fantasioso reino de la prosperidad se le hace propaganda a un estado saludable.

El dengue crece y lejos de reconocer la magnitud del problema, que es el primer paso para llegar a su solución, se apela a la mentira, que sólo contribuye a agravar la situación.

Miles están cama, aquejados por dolores de cuerpo, de cabeza, de articulaciones, fiebre intensa, o en el caso del dengue hemorrágico, con secreciones y a un paso de la muerte, mientras se les diagnostica una enfermedad distinta para que la estadística no se dispare y Veracruz fracase en su intento de ser un estado saludable.

Esa negligencia es criminal. Hace unos días, una joven mujer murió estando embarazada. Ocurrió en el municipio de Las Choapas. Se llamaba Susana Álvarez Rosique. Acudió a la clínica del Seguro Social, donde le diagnosticaron una fuerte infección en la garganta. Su caso se agravó. Fue con un médico particular, quien le ordenó unos análisis clínicos. Le revelaron que era dengue y regresó al IMSS, donde comenzó a enfrentarlo. Una semana después su cuadro se complicó. Era dengue hemorrágico. Cayó en coma y fue operada logrando salvar a su bebé. Ella murió.

Es uno de tantos casos de negligencia oficial. Todos los días, a toda hora, en los hospitales se escucha lo mismo. Los pacientes presentan los síntomas del dengue y las autoridades los enmascaran con otras enfermedades. Así es como funciona la mentira, destinada a que no se diga que Veracruz, Duarte y su equipo de gobierno fueron derrotados por una enfermedad social.

Veracruz está enfermo porque sus instituciones lo están. Su enfermedad es como un cáncer y es terminal. Ese cáncer es la corrupción.

Veracruz está enfermo porque los recursos que debieran destinarse a enfrentar los grandes males, lo que diezma la salud de la población, los que los postra en cama y les quita la vida, son desviados para hacer más ricos a los gobernantes de lo que ya son.

Veracruz está enfermo porque a los veracruzanos, que son lo más valioso, su gran tesoro, los gobernantes no les hablan con la verdad.

(romoaya@gmail.com)(@moralesrobert)

domingo, 28 de julio de 2013

Un día sin autobús

Salvador Muñoz
Los Políticos

Este día ha de iniciar un programa más por parte de nuestras autoridades en aras de resolver o paliar el problema de vialidad que reina en la capital veracruzana: Un día sin autobús.
Son cerca de 300 unidades de lo que eufemísticamente se llama “Servicio Urbano” las que habrán de dejar de circular por día, de lunes a viernes.
A simple vista, pregunto, ¿a quién se busca beneficiar con la ausencia de estas 300 unidades? ¿al usuario? No, no creo, porque para sus prisas, tendrán menos opciones para abordar la unidad que lo acerque a su destino (la ventaja ahora es que son vacaciones)... ¿al concesionario? Pues sólo que ese día que no circula, lleve al taller para una afinación y checada en general a la unidad... ¡ja! ¡Sarcasmo puro! ¿Al motociclista? Digo, quienes hemos tenido la desgracia de conducir detrás de un “urbano”, debemos de pensar en traer un tanque de oxígeno porque los baños de monóxido de carbono ¡son fabulosos! (sí, otro poco de sarcasmo)... Yo creo que a quien se pretende beneficiar en un momento dado es al dueño de un vehículo de uso particular en aras de que no tenga tantos armatostes circulando y estorbando su tránsito en nuestras demasiadas y estrechas calles xalapeñas.