miércoles, 1 de octubre de 2014

Las marchas y plantones de unos cuantos




Miguel Angel Cristiani González
Bitácora Veracruz

Mucho es lo que se ha estado diciendo a favor y en contra, durante los últimos días, luego de que el diputado local Adolfo Jesús Ramírez Arana, integrante del Grupo Legislativo del Partido Revolucionario Institucional presentara una iniciativa con proyecto de Ley de Tránsito y Seguridad Vial para el estado de Veracruz, ya que entre otras muchas cuestiones, aborda el tema de las manifestaciones en la vía pública.
Quienes ahora son defensores de los manifestantes, aseguran que se trata de coartar la libertad de manifestación-expresión que todos los ciudadanos tenemos para expresar nuestras ideas.
Pero por otra parte, los representantes de las cámaras de comercio, principalmente en la capital del estado que es el escenario casi diario de todo tipo de manifestaciones, argumentan que las manifestaciones y plantones frente al palacio de gobierno, les ocasionan pérdidas en sus negocios que van desde el 40 al 85 por ciento.
Es bien sabido y sufrido por todos los xalapeños, que cuando no son trabajadores, colonos, campesinos, taxistas, vecinos, sindicatos, que han encontrado ya una forma de venir a exponer sus demandas, haciendo un plantón frente a palacio de gobierno estatal, aunque en muchas ocasiones –la mayoría- no sean más que unos cuantos, que para llamar la atención, deciden bloquear el tránsito en la calle de Enríquez y con ello desquiciar todo el tráfico vehicular en el primer cuadro de la capital.
Aunque bien vale la pena apuntar, que todos ellos caben perfectamente en la explanada de la Plaza Lerdo, sin ninguna necesidad de bloquear el tráfico de vehículos particulares, taxis, servicios urbanos, ambulancias, servicios de emergencia y todos lo que tienen la necesidad de cruzar por ese sector de la ciudad.
Posiblemente, si luego de instalarse en la Plaza Lerdo, las autoridades estales no bajaran a iniciar el diálogo y la respectiva negociación, tal vez, se podría justificar una medida que afecta a la mayoría de los habitantes de Xalapa, porque el caos vial se extiende no solo al primer cuadro, sino que se alcanza hasta otras arterias y avenidas.
Los manifestantes, tienen todo el derecho a ser acarreados, para que unos cuantos líderes, sean los que negocien los beneficios, pero no se vale que con el pretexto de llamar la atención o demostrar una “fortaleza” de determinado grupúsculo político, se afecte la vida de toda una ciudad capital.
Se tiene que hacer algo, pero desde ya, para que no se siga permitiendo que Juan de las Pitas, venga cada vez que se le ocurra, a cerrar el libre tránsito –que ese sí es un derecho de las mayorías- para plantarse frente al palacio a “exigir sus demandas”.
La solución es muy sencilla y no requiere de tantas leyes y reglamentaciones, la autoridad correspondiente, debe de aplicar la sentencia existente: los derechos de las minorías terminan donde comienzan los de las mayorías, no se puede permitir que unos cuantos, vivan fregando a toda una comunidad.

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