miércoles, 11 de junio de 2014

La represión se matiza

Ricardo Vázquez Salazar
Esfera Política

El mecanismo de la represión aparta a la representación de la conciencia, dando lugar a la formación de un grupo psíquico separado, verdadero cuerpo extraño interno, que actúa como agente provocador y como causa patógena permanente. Freud describe la represión como esencial de la escisión originaria entre los sistemas consciente e inconsciente en el aparato psíquico. Es un mecanismo de defensa típico de neurosis histérica; uno de los fenómenos psicopatológicos. Afirma que emana del yo y se levanta contra agresiones internas de tipo pulsional, contra las representaciones inconciliables con el yo, displacenteras o penosas.
Algo al respecto está ocurriendo en diferentes regiones. Varios son ya los casos de represión a ciudadanos indefensos, desde niños hasta adultos que han sido víctimas de actos represivos por parte de supuestos servidores públicos, por discriminación o abuso de autoridad.
El caso más patético e indignante que sigue circulando en el ciberespacio a través de un video, es el que se observa a un vigilante agredir física y verbalmente a un invidente, al no permitirle el ingreso con su perro guía –sus ojos- a una clínica del IMSS, hecho ocurrido el pasado 23 de mayo en la ciudad Orizaba.
La absurda agresión a una persona que no puede ver por parte de una mujer guardia de seguridad, pese a que éste le pedía que le hablara al director de la clínica, se traduce como un mal síntoma, es verdaderamente preocupante. Puede interpretarse como una especie de contagio; una acción irracional de quienes tienen en sus manos la responsabilidad de resguardar la integridad física de las personas. Un mal indicio porque curiosamente en Orizaba se han vuelto cíclicos los actos represivos contra indefensos ciudadanos.
En marzo de 2013, también en Orizaba policías municipales golpearon a un menor de edad por vender mercancía en la vía pública. Un grupo de ciudadanos enardecidos obligó a los “guardianes del orden” a liberar al niño detenido.
En aquella ocasión, el influyente portal Sinembargo.mx hacía referencia a este caso: “El incidente toma relevancia porque no es la primera vez que las llamadas Fuerzas Municipales (policía) de Orizaba es acusada de excesos contra vendedores ambulantes. Apenas hace unos días, locatarios del mercado “Emiliano Zapata” se manifiestan en la Plaza Lerdo de la capital. Acusan al Alcalde Hugo Chahín de “cometer actos de represión y abuso de autoridad” en contra de comerciantes dedicados a la venta de frutas y legumbres.”
En marzo del presente año, muy cerca de Orizaba, en Córdoba, el jefe de inspectores de la dirección de Comercio Municipal, un sujeto de nombre Aníbal Olivares, arrebató a Simitrio García Cruz de 49 años, una persona discapacitada que para subsistir se dedica a vender chácharas en la vía pública (peines, lentes, relojes). Simitrio se quejó de que además de que le quitaron la mercancía, el gordo, Aníbal Olivares, me recalcó: “que si yo tuviera dos tiros en la cabeza si me dejaban trabajar, me dijo que la credencial del DIF le valía madre". Como estos, muchos casos más se han presentado.
Tuvo que ser directamente la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, que interviniera e iniciara una investigación sobre la agresión a la persona débil visual que pretendía ingresar con su perro guía a la Unidad Médica Familiar No. 6 del IMSS en Orizaba el pasado mes; porque al parecer la Comisión Estatal de Derechos Humanos, CEDH, a cargo de Fernando Perera Escamilla prefirió hacer mutis.
La represión se ha vuelto una patología de fácil transmisión como en la región Córdoba-Orizaba. Se expande; se oficializa al mismo tiempo que la protesta se criminaliza. La represión no se emplea únicamente para acallar inconformidades. Lo grave es la represión a ciudadanos que tratan de ganarse honradamente el pan de cada día; lo cruel es que ahora a discapacitados también los agreden.
Para cerrar este tema, aunque a muy pocos interesa, vale la pena comentar que las paradas de autobuses urbanos sean cada día más distantes. Los espacios de estacionamiento marcados para discapacitados siempre ocupados. Las escasas rampas de acceso en las banquetas obstruidas permanentemente, sin que la dirección de Tránsito ni nadie haga algo al respecto.
Nuestro más sentido pésame al diputado Francisco Garrido Sánchez, presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado, por el sensible fallecimiento de su señora madre, Doña Guadalupe Sánchez Bravo.

rvazquez002@Yahoo.com.mx

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