El Hijo Pródigo
Claro que estamos hartos de los 400 pueblos, hartos del “diputado diabético” y sus cardenistas, hartos de los antorchistas que se valen de la inocencia de los niños y los ponen a marchar para conseguir fines políticos y económicos, nunca sociales; estamos hartos de esas manifestaciones sociales ilegítimas que sólo buscan sacar una buena tajada del Subsidio para expresiones ciudadanas que maneja la Secretaría de Gobierno, pero una ley para reprimir estas expresiones sociales ilegítimas no es la solución.
Y no es la solución por muchas razones de peso, pero uno de los puntos de esa ley, justo el artículo 61 señala: “tienen el derecho de utilizar las vialidades, quienes habitan o transitan en el Estado de Veracruz, por lo que los particulares o autoridades no podrán limitar el tránsito de peatones y vehículos, a menos que exista causa que lo justifique. Una vez acreditada dicha causa la Secretaría emitirá una autorización por escrito”. Esto quiere decir que el gobierno tendría, a su libre albedrío, el criterio para aprobar o no aprobar las manifestaciones sociales.
Si recordamos que en alguna ocasión los 400 pueblos de César del Ángel, junto con su abogado Reynaldo Escobar, consiguieron que Erick Lagos, secretario de Gobierno, bajara su oficina a la Plaza Lerdo para negociar con ellos, entonces podemos estar seguros que los 400 pueblos, razón por la que algunos apoyarían la ley para reprimir manifestaciones sociales, siempre tendrían permiso del gobierno para manifestarse, pues ellos son un instrumento del gobierno.
Ahora bien, recordemos también que el 18 de septiembre de este año el procurador de Justicia acudió al campamento de los 400 pueblos para entregar el resolutivo de los siete puntos exigidos por la Comisión de la Verdad; es decir, otro que bajó su oficina y se puso a las órdenes de los 400 pueblos.
Los 400 pueblos estuvieron manifestándose el día 13 de septiembre en la Plaza Lerdo, evitando con esto que el magisterio conmemorara el primer aniversario de la represión que sufrieran en esa fecha en el 2013. Pero a los 400 pueblos no los sacó la fuerza pública, a ellos se les permitió que se manifestaran libremente.
De modo que la propuesta del estulto diputado Adolfo Ramírez Arana merecía correr la suerte que tuvo; ese tipo de ocurrencias sólo pueden tener un destino: el bote de basura.
Además, la mentalidad de los que viven a expensas del gobierno es severa y en ocasiones agresiva en contra de las manifestaciones sociales legítimas. En su estulticia, la burguesía que posee un cómodo cargo en alguna dependencia gubernamental hace que aflore su mentalidad fascista. Lo anterior lo digo por el comentario de Luis Manuel González García, quien trabaja en la Secretaría de Educación, muy cerca de la subsecretaria Xóchitl Osorio. En su muro de Facebook tuvo la osadía de publicar lo siguiente: “La muerte de presuntos estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en Iguala, muestra la cara más horrenda de la izquierda radical, asesina y pendenciera de México. Parece que eso busca con sus métodos de lucha, provocar, presionar, tener mártires (…) Me pregunto como se dialoga con la violencia, con actos extremos, el mismo intelectual invitaba a las armas para no ser exterminados, que poético que de izquierda radical suena eso, ojalá la violencia sea exterminada la del Estado cuando es excesiva y la de los grupos de protesta radicales como los presuntos normalistas de cualquier edad cuando dañan los derechos de otros que no tienen vela en sus reclamos (sic)”.
El comentario me llamó la atención no sólo por la violencia verbal de una persona que ha pasado su vida viviendo de la educación y para la educación, sino porque por ahí apareció el comentario del nuevo presidente del PRI municipal del puerto de Veracruz, el estulto Raúl Díaz Diez, quien celebró de esta manera ese comentario: “Sí al estado de derecho! El derecho del prójimo llega hasta donde inicia el mío. La violencia solo genera más violencia. Muy acertadas reflexiones mi Luis! Saludos!”.
¿Nadie ha dicho a este improvisado líder partidista, que precisamente el PRI es quien ha formado, cobijado y utilizado a esos grupos sociales y que en su labor como dirigente de ese partido tendrá que lidiar con las huestes que ahora detesta? Pero no es nueva la estulticia de este impuesto dirigente, en 2012, en el auge de las manifestaciones de jóvenes del #YoSoy132, Díaz Diez retwitteó el comentario de alguien que solicitaba cárcel para los jóvenes manifestantes; “es lo menos que merecen”, celebraba entonces el dirigente del PRI en Veracruz puerto.
Sabemos que la solución al problema de los bloqueos de los manifestantes no está en una ley que reprima las expresiones sociales, sean legítimas o ilegítimas. Entendemos que parte de la solución al problema de las manifestaciones sociales ilegítimas sería que el gobierno se fajara con sus propios recursos para lograr sus propias victorias electorales sin tener que acudir a esos “frankensteins” políticos que el mismo ha creado.
aortiz52@hotmail.com
Claro que estamos hartos de los 400 pueblos, hartos del “diputado diabético” y sus cardenistas, hartos de los antorchistas que se valen de la inocencia de los niños y los ponen a marchar para conseguir fines políticos y económicos, nunca sociales; estamos hartos de esas manifestaciones sociales ilegítimas que sólo buscan sacar una buena tajada del Subsidio para expresiones ciudadanas que maneja la Secretaría de Gobierno, pero una ley para reprimir estas expresiones sociales ilegítimas no es la solución.
Y no es la solución por muchas razones de peso, pero uno de los puntos de esa ley, justo el artículo 61 señala: “tienen el derecho de utilizar las vialidades, quienes habitan o transitan en el Estado de Veracruz, por lo que los particulares o autoridades no podrán limitar el tránsito de peatones y vehículos, a menos que exista causa que lo justifique. Una vez acreditada dicha causa la Secretaría emitirá una autorización por escrito”. Esto quiere decir que el gobierno tendría, a su libre albedrío, el criterio para aprobar o no aprobar las manifestaciones sociales.
Si recordamos que en alguna ocasión los 400 pueblos de César del Ángel, junto con su abogado Reynaldo Escobar, consiguieron que Erick Lagos, secretario de Gobierno, bajara su oficina a la Plaza Lerdo para negociar con ellos, entonces podemos estar seguros que los 400 pueblos, razón por la que algunos apoyarían la ley para reprimir manifestaciones sociales, siempre tendrían permiso del gobierno para manifestarse, pues ellos son un instrumento del gobierno.
Ahora bien, recordemos también que el 18 de septiembre de este año el procurador de Justicia acudió al campamento de los 400 pueblos para entregar el resolutivo de los siete puntos exigidos por la Comisión de la Verdad; es decir, otro que bajó su oficina y se puso a las órdenes de los 400 pueblos.
Los 400 pueblos estuvieron manifestándose el día 13 de septiembre en la Plaza Lerdo, evitando con esto que el magisterio conmemorara el primer aniversario de la represión que sufrieran en esa fecha en el 2013. Pero a los 400 pueblos no los sacó la fuerza pública, a ellos se les permitió que se manifestaran libremente.
De modo que la propuesta del estulto diputado Adolfo Ramírez Arana merecía correr la suerte que tuvo; ese tipo de ocurrencias sólo pueden tener un destino: el bote de basura.
Además, la mentalidad de los que viven a expensas del gobierno es severa y en ocasiones agresiva en contra de las manifestaciones sociales legítimas. En su estulticia, la burguesía que posee un cómodo cargo en alguna dependencia gubernamental hace que aflore su mentalidad fascista. Lo anterior lo digo por el comentario de Luis Manuel González García, quien trabaja en la Secretaría de Educación, muy cerca de la subsecretaria Xóchitl Osorio. En su muro de Facebook tuvo la osadía de publicar lo siguiente: “La muerte de presuntos estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en Iguala, muestra la cara más horrenda de la izquierda radical, asesina y pendenciera de México. Parece que eso busca con sus métodos de lucha, provocar, presionar, tener mártires (…) Me pregunto como se dialoga con la violencia, con actos extremos, el mismo intelectual invitaba a las armas para no ser exterminados, que poético que de izquierda radical suena eso, ojalá la violencia sea exterminada la del Estado cuando es excesiva y la de los grupos de protesta radicales como los presuntos normalistas de cualquier edad cuando dañan los derechos de otros que no tienen vela en sus reclamos (sic)”.
El comentario me llamó la atención no sólo por la violencia verbal de una persona que ha pasado su vida viviendo de la educación y para la educación, sino porque por ahí apareció el comentario del nuevo presidente del PRI municipal del puerto de Veracruz, el estulto Raúl Díaz Diez, quien celebró de esta manera ese comentario: “Sí al estado de derecho! El derecho del prójimo llega hasta donde inicia el mío. La violencia solo genera más violencia. Muy acertadas reflexiones mi Luis! Saludos!”.
¿Nadie ha dicho a este improvisado líder partidista, que precisamente el PRI es quien ha formado, cobijado y utilizado a esos grupos sociales y que en su labor como dirigente de ese partido tendrá que lidiar con las huestes que ahora detesta? Pero no es nueva la estulticia de este impuesto dirigente, en 2012, en el auge de las manifestaciones de jóvenes del #YoSoy132, Díaz Diez retwitteó el comentario de alguien que solicitaba cárcel para los jóvenes manifestantes; “es lo menos que merecen”, celebraba entonces el dirigente del PRI en Veracruz puerto.
Sabemos que la solución al problema de los bloqueos de los manifestantes no está en una ley que reprima las expresiones sociales, sean legítimas o ilegítimas. Entendemos que parte de la solución al problema de las manifestaciones sociales ilegítimas sería que el gobierno se fajara con sus propios recursos para lograr sus propias victorias electorales sin tener que acudir a esos “frankensteins” políticos que el mismo ha creado.
aortiz52@hotmail.com
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