¿Votar por Rafael Hernández Villalpando?

Raúl Abraham López Martínez*
Coyuntura Política XXI

La expresión de la crisis política que vive el PRD en Veracruz es profunda. Esta crisis se manifiesta en sus prácticas políticas, en su falta de discurso, en su falta de vinculación con los movimientos sociales y en la estrepitosa corrupción que involucra a la mayoría de sus dirigentes.
Envuelto en una crisis que se despliega como un espiral que parece no encontrar fin, la candidatura de Rafael Hernández Villalpando, lejos de contribuir al fortalecimiento del proyecto histórico del Sol Azteca, se suma al índice de atrocidades promovidas por Rogelio Franco Castán en su personal afán de destruir por completo las débiles estructuras, si es que queda alguna, del PRD en la ciudad de Xalapa.
Sin lugar a dudas, Franco Castán merece un reconocimiento público, una mención honorifica, un trofeo de varias miles de despenas para repartir en estos tiempos electorales, ya que él y su pandilla, han logrado lo que en su momento no pudieron concretar Patricio Chirinos Calero y Miguel Alemán Velasco, hundir al PRD hasta el fondo del pantano.
Ahora, los pocos perredistas activos que rondan en la ciudad de Xalapa, se tienen que tragar con acido, la presencia de Rafael Hernández, un político cuya palabra “oportunista” lo define a la perfección. Ahí esta su historial a la vista de todos, el historial de un oportunista que lo mismo le da haber sido colocado como presidente municipal (1997) siendo postulado por el PRD por mediación de Dante Delgado, para luego traicionarlos a ambos.
Un oportunista que lo mismo le da haber estado en el 2005 en varios eventos con López Obrador para buscar una candidatura que él no le dio, para luego aparecer como uno de los oradores principales en el cierre de campaña de Calderón en Xalapa (2006).
En el PAN, Villalpando también fue a hacer de las suyas, en el 2007 trató de obtener la candidatura de presidente municipal, disputando el registro contra la guapa Cinthya Lobato, al no lograr su personalísimo propósito, dejo tirado a Acción Nacional para ser postulado por el PT.
En está postulación, por un partido hambriento de votos, porque siempre se encuentra al borde de la inanición, Villanpando no logró el registro legal de la candidatura, debido a que ya había un acuerdo electoral entre el PRD y PT para postular al mismo candidato.
A Villalapando, poco le importó no contar con el registro legal de su candidatura, aprovechó el espacio que un grupillo del PT le abrió y se ocupó de presentarse falazmente entre la prensa como el “candidato” y a descalificar al candidato de la coalición PRD-PT Atanasio García Durán.
Ahora, promovido por un grupo político que se encuentra en estado de descomposición (Rogelio Franco Castán y sus secuaces), Villalpando ha regresado para terminar de enterrar al PRD, de concluir la misión que inició cuando fue presidente municipal.
Partiendo de estas especiales características, de Rafael Hernández Villalpando, me queda claro que un buen sector de afiliados y simpatizantes del PRD, van a pensar dos veces si otorgan su voto a este personaje anclado en un abominable estilo de hacer política.
En lo personal, considero que votar por Rafael Hernández Villalpando representa un acto que da validez a las corruptelas de Rogelio Franco Castán y otorga de facto la aceptación de las prácticas políticas a las que Hernández Villalpando está acostumbrado a desempeñar sin ningún pudor.
En consecuencia, advierto que por esta ocasión, me niego otorgarle mi voto al PRD que ha postulado a un político que carece de los meritos para llegar a la curul.

*Director de la Revista Digital Voz Universitaria www.vozuniversitaria.org.mx

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