lunes, 19 de marzo de 2012

Suspiros


Salvador Muñoz
Los Políticos

El anuncio se me hace absurdo. Dice más o menos así: “Precaución. Zona de accidentes por alcance”. Y digo “absurdo” porque es evidente que para que haya un alcance automovilístico debe haber la falta de precaución.
Íbamos para la plaza, después de haber pasado a “Starbucks”. La mujer quería ir a ese lugar. Le dije que yo quería desayunar, que la invitaba a Sanborns. Pero ella decía que no, que quería “Starbucks”. Y dígame: ¿Quién discute cuando a la mujer se le atraviesa una idea? ¡Nadie! Porque es seguro que de cualquier modo, uno pierde aunque gane.
Llegamos. Yo vi de inmediato qué podían ofrecerme para “desayunar” y sólo vi unos fríos panes con queso y quizás lechuga... eso no era mi plan para desayunar. La mujer se compró un capuchino al igual que mi suegra y entonces, satisfecha su curiosidad, me preguntó que a dónde quería desayunar... y volví al punto: Sanborns.
II
Fue en el trayecto que vimos ese anuncio a la altura del parque de Doña Falla. “Precaución. Zona de accidentes por alcance”. Y me parecía absurdo.

Llegamos a la Plaza, entramos a Sanborns y entonces le dije a mi mujer... ¿y si vamos a ver si abrieron otro restaurante? Avanzamos y para mi suerte, estaba abierto “Italianni’s”... y lo mejor: ¡casi vacío!
Adoro un buen restaurante cuando tiene poca gente: Si el servicio es bueno, en esa condición es excelente.
Cada quién pidió su desayuno y yo me dejé llevar por esa costumbre de poner a prueba al mesero: “¿Qué me sugieres?” y la respuesta fue inmediata: “Huevos al Forno”.
El mesero no se equivocó. Tienen que probar esos huevos... a esa delicia se agregó otra... al exterior del restaurante, en la parte superior, me llamó la atención otro letrero: “Ponte dei sospiri”... sí, la réplica del famoso puente veneciano. Quién sabe qué tiempo ha estado en esa plaza y esa mañana, sentado, saboreando mis huevos (y no por reflejo perruno o gatuno), descubría esa belleza barroca.
“Puente de los suspiros”. Venecia. Góndolas. Enamorados. De inmediato mi mente creó el escenario perfecto de una pareja, al susurro de un “ti amo”, pasando por debajo del pontón, dejando escapar un suspiro en señal de amor eterno...
¡Chasco que me llevo!
Los suspiros que refiere la historia de este puente no son de amor... son de tristeza...
Cuenta la historia que dicho puente era atravesado para llevar a los prisioneros a un calabozo y al pasar por allí, lo último que veían era el mar y por ende, su libertad... entonces suspiraban.
III
Viendo las noticias, me entero que el Complejo Penitenciario federal 3, lleva un avance del 90 por ciento. Tendrá capacidad para albergar a dos mil 500 delincuentes de alta y muy alta peligrosidad.
Pero a como van las cosas y a como se estila, júrelo que hasta se junten hasta cinco mil maleantes.
Me sorprende que se haya quintuplicado la población interna en Ceresos y que sea necesaria la edificación de ocho penales más porque se puede pensar en tres cosas: Que las autoridades están haciendo ahora sí su trabajo o que no haya oportunidad de vida para un alto porcentaje de mexicanos que la buscan en el crimen organizado... o ambas.
IV
Antes de salir al trabajo, acompaño a mi mujer a dar la vuelta con Harry al parque, por precaución... hace unas semanas, a doña Olivia, un mozalbete le robó una cadena de oro ante la presencia de varias personas que ninguna de ellas acertó a detener al ladrón. En el parque nos encontramos a otra vecina, a quien le externamos nuestra preocupación por los robos, atracos y actos de vandalismo que se viven en nuestro vecindario. Ella tiene una historia nueva: El vecino de los perritos Pug, una noche, oyó el cristalazo. Se asomó y vio a un individuo en su camioneta. Presto, bajó, aun descalzo y todavía vio cuando el mequetrefe salía de la camioneta y empezó la persecución. El vecino además de detener al ladrón, lo sometió a golpes y la policía llegó sólo que... ¡oh oh! no podían llevarlo detenido porque a pesar de haber sido sorprendido en flagrancia, no se le encontró el objeto robado: el estéreo, lo que se presume que pudo haberlo tirado en su huida. Sí, hubo daños, robo, flagrancia, detención pero no hubo objeto. Así que lo dejaron ir. Hoy, ese vecino, vive con más precaución gracias a nuestra Seguridad.
V
Nos encontramos al amigo Frederick. Llega superatrasado a su trabajo. La razón: Justo por el parque de doña Falla, hubo un fuerte accidente por alcance... sí, donde está el anuncio que les cuento.
La precaución no sirve. Vaya, hasta estoy pensando en poner un anuncio cerca de donde vivo que diga: “Precaución, zona de robos constantes”. ¿Y acaso servirán más cárceles en el país? es evidente que en las noticias, tal anuncio sea como mi primera impresión del “Ponte dei sospiri”: No deja de ser romántico, aunque la realidad no deja de ser exactamente igual a como marca la historia del puente veneciano: un suspiro, porque creo que estamos perdiendo algo más que nuestra libertad... ya no creo en los políticos... he perdido la fe.

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