Las tarifas del transporte público

Fidel Pérez

De Poder a Poder

El problema del transporte público en Veracruz tiene sus prietitos en el arroz.
Lo grave de ello es que no se soluciona por los grandes intereses que hay.
Y, mire usted, que el problema es grave.
Harto grave.
Son, a la ligera, dos: las tarifas y la, tan llevada y traída, modernización, que jamás llegará a su fin.
Para solucionarlo las autoridades deben despojarse de amiguismos, compadrazgos y compromisos políticos.
Y, la neta, la neta, para quitarse esos “trajes”, esa ropa, ese cáncer, está canón.
Muy cañón.
¿Sabe usted por qué hay invasiones de rutas, por qué hay chatarras, por qué las tarifas las imponen los “reyes” del transporte que amasan fortuna porque son concesionarios de un gran número de carros?
¿Sabe usted por qué, en ocasiones, no se aplica la ley contra quienes atropellan y dan muerte a transeúntes, como; verbigracia, el papá del buen amigo Luis Antonio Pérez Fraga, El Pollo?
¿Acaso usted atina a comprender por qué hay tanto carro viejo, que se anda desbaratando por las calles de la ciudad y echando humo sin piedad por todos lados?
¿Me puede explicar usted por qué todos los años, a cada rato y en cada momento se habla de la modernización del transporte público pero jamás se llega a un buen término?
O, ¿por qué, por ejemplo, esta vez los concesionarios subieron primero las tarifas y después las hicieron oficiales?
Y, además, ¿por qué se logró sancionar a todos los que aumentaron ilegalmente esas tarifas?
Bueno.
La respuesta es simple y, como dicen los argentinos, sencichita.
Y se disipó el pasado lunes 14 de abril, durante la conferencia de prensa que ofreció el mandatario veracruzano en el palacio de Veracruz, por cierto, habrá que aplaudir esa estrategia dispuesta por Alberto Silva Ramos, coordinador de Comunicación Social del gobierno del estado.
Pues, ahí, cuando la instruida, diligente e inquieta periodista Luz María Rivera preguntó al gobernador que el problema del transporte público radica, en gran medida, en que sus concesionarios son periodistas, amigos y compadres, muchos se espantaron, otros con caras de sorprendidos y los menos con indiferencia y el mandatario veracruzano replicó con un “conste que yo no lo dije”, todos constatamos, en efecto, cuál es el problema.
Y, es cierto.
La autoridad no puede someter a un Guillermo Ingram, quien tiene una flotilla de autobuses del servicio urbano porque es quien manda en el periódico El Dictamen.
O al “Pollo” Boussart porque es quien tiene amasado la mayor parte de los autobuses del servicio de transporte público, junto con Ignacio Quijano, de las rutas Circunvalación-Bahía, los Costera y otras más.
Es decir, si las autoridades deciden despojar de esas concesiones a estos personajes, por supuesto que tendrán mayor poder y así tendrán a su libre albedrío el ordenamiento de este servicio.
¿O no?

Tips...tips...tips
Una casa, un vehículo y 50 mil pesos, fueron los premios que ganaron policías veracruzanos durante el festejo de su día, en el World Trade Center. En efecto, lo que hay que aplaudir al secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, es el rostro humano que ha dado a la corporación. Desde su llegada ha cambiado totalmente el elemento policíaco. Ya se ve más alejado aquel trato prepotente de los policías, ya se ve cómo se está deshaciendo aquel estigma del policía panzón, amenazador con pistola en mano y con cara de delincuente. Hoy, con las estrategias impulsadas y activadas por Bermúdez se siente ya un policía más humano, más educado y más cercano a la gente... Vaya desde aquí un fuerte abrazo y todos mis parabienes a la destacada, inteligente e inquieta periodista Rosa María Hernández Espejo, quien recién acaba de iniciar un programa de noticias de 7 a 9 de la mañana en el 101.7 de FM y, por supuesto, felicidades a la siempre atinada decisión de don Félix y Franklin Malpica. Hasta pronto. Si usted gusta enviar un comentario o tiene una duda, favor de enviarla a redaccion-dpoderapoder.mx@hotmail.com. También puede seguirnos en Twitter: @fidelps.