viernes, 10 de octubre de 2008

¡La crisis según Fidel, Duarte y yo!




Salvador Muñoz
Los Políticos

En un discurso pronunciado por el gobernador Fidel Herrera, llama mi atención su referencia al ideograma chino “crisis”, que se traduce al español como reto y oportunidad.
Hay quienes también traducen la palabra “reto” como “peligro” pero muchas veces al “peligro” lo tomamos como “reto”.
Buscando en el Scriptorium de Adso de Melk, menciona a la palabra “crisis” tras unos sucesos terribles (que no son propicios de comentar en este momento) en una abadía al norte de Italia.
A la palabra “crisis”, Adso de Melk la cataloga como algo que se rompe, que se separa o yendo a otros extremos, puntos de decisión, de acuerdo a su etimología griega (krinein).
“Crisis” es algo que se rompe y a su vez, hay que analizarlo, dice el viejo abad en su Scriptorium.
Hoy, la palabra “crisis” espanta a cualquier edad. Hay una generación que nació con la crisis en la boca.
Aunque si hay una “crisis” que teme cualquier padre en su sano juicio y sana economía, es la “crisis de la adolescencia”, cuando los chamacos se pintan ojos, se dejan cabello largo, se atraviesan las narices, se hacen hoyos en las cejas, se paran los cabellos, y sobre todo: ¡Son unos rebeldes insoportables!
Pero si eso les parece poco, también hay “crisis sentimentales” ¡y ésas! Las padecemos todos, desde chiquitos hasta grandotes: ¡No puedo vivir sin ella (o él)! ¡Por qué me dejó! ¡Es el amor de mi vida! ¡Quiero morir si no está conmigo! Y una cantidad de cursilerías que uno se sorprende y se avergüenza cuando recuerda al viejo amor.
Y en las mujeres disfruto en cantidad la “crisis de la edad”… Primero, quieren cumplir 15 años; después, los 18; empiezan a sufrir a los 25; se resisten a los 30; se amargan un poco después de los 30 pero se van haciendo sabias… ¡a los 40 ya se sienten ancianas!
La crisis que a nadie le deseo es la de la enfermedad, tan común y resumida en una frase como “¿Por qué a mí?” y uno se pone a pensar: No te pusiste condón, te dije que con dos chelas se te volteaba el calcetín, te advertimos que no tragaras como cerdo, etcétera, etcétera…
Pero quizás la que más nos espanta es la “crisis económica” a la que se refería el Gobernador y también el secretario de Finanzas, Javier Duarte de Ochoa, quien por cierto presidió este fin de semana la ceremonia de entrega de Constancias del Diplomado en Evaluación Financiera y Socioeconómica de Proyectos impartido por el ITAM.
(Allí, en el auditorio de Finanzas, Duarte de Ochoa comentó que esa constancia, era una prueba fehaciente de que ante las dificultades, los veracruzanos están dispuestos a responder con mayor calidad, con interés en generar y producir proyectos cada vez más eficientes, sustentables y sobre todo, que redunden en el bienestar general de la sociedad.
Duarte no niega su escuela: Comparte la visión del gobernador, ante esta etapa de huracanes financieros, son necesarios profesionales mejor preparados para responder en todos los niveles de gobierno.
Para los presentes, la entrega de diplomas y constancias del Diplomado en Evaluación Financiera y Socioeconómica de Proyectos, representa un motivo de orgullo y entusiasmo: Veracruz cuenta con más profesionales de mayor calidad, mejor preparados, con mejores herramientas para responder a los retos que como estado y sociedad, estamos (sí, en plural) obligados a solucionar desde todos los frentes)
Entre los personajes que cursaron este diplomado pude ver al diputado Manuel Rosendo Pelayo, a Vicente Benítez, secretario técnico del titular de Finanzas; Marcos Theurel, titular de Comunicaciones; José Luis Poceros Luna, administrativo de Sedesma, entre otros…








Da gusto que nuestros funcionarios se preparen, verlos más eficientes, interesados en estar al día, con mejores herramientas para hacer e innovar, pero eso sí, como dijera Javier Duarte de Ochoa, terminar este diplomado no es para hacer más grueso su currículum, sino implica cuatro cosas: Responsabilidad ética, profesional, personal y que lo apliquen de a de veras. Ahí está el verdadero asunto. Ojalá y les haya calado las palabras del secretario de Finanzas… ¡felicidades!
Aunque, volviendo al tema de referencia, uno, tan viejo como Adso de Melk, nostálgico por un pasado que siempre cree que es mejor, prefiere una crisis: La de Chico Che… ¡Quién pompó! ¡Los nenes con los nenes! ¡De quen chon!
Digo, si nos va a tocar bailar con la más fea, ¿A poco no hacerlo mejor con Chico Che y la crisis? ¡Macorina pon pon, ponme la mano aquí!

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