viernes, 5 de diciembre de 2008
El hijo de la changada
Salvador Muñoz
Los Políticos
Nuevamente el alcalde de Catemaco, Jorge González Azamar, da de qué hablar cuando lo señalan de haber mandado a destruir el Arco emblemático de la ciudad que gobierna.
Por supuesto, era inevitable la entrevista al presidente municipal para conocer los motivos de su acción y ahí lo encontramos, cincel y martillo en mano, con las huellas de la batalla aún en la cara, bañada en sudor.
–Don Jorge… ¿qué le pasó al arco?
–Queremos darle otra cara a Catemaco… y decidimos cambiarlo…
–¿Y para dónde lo pasaron?
–Pues nos lo pasamos por el arco del triunfo…
–Quiero decir que a dónde se cambió…
–Si todavía no me cambio… no ves que todavía estoy sudando…
–¿A poco usted también trabajó para quitar el arco?
–¡Claro! Nada me dio más placer que ello…
–¿Le dio placer destruir el arco?
–Jejejejeje… conste que eso tú lo dijiste… aunque yo me refiero que me da placer trabajar…
–Oiga, y si quiere darle otra cara a Catemaco… ¿quitando el arco cree que funcione?
–Claro…
–Pero, ¿cuáles fueron los motivos para quitarlo?
–Por seguridad y salud…
–¡Explíqueme!
–Mira, por “seguridad” porque “de seguro” Tomás Montoya, que quiere ser candidato a diputado federal, va a decir: “¡Esta obra yo la hice!”
–¿Y por salud?
–Por mi colesterol…
–¡Su colesterol! ¿Qué tiene que ver?
–Muy sencillo… ¿por dónde entra mi colesterol?
–¿En los huevos que se come?
–Así es… por mis huevos…
–¿Qué?
–Por mis huevos que me como…
–¿No será más bien un acto de revancha política contra Tomás Montoya?
–Por supuesto que no… todo lo hago pensando en mi pueblo… quiero darle una obra que perdure para que me recuerden…
–Pues por el momento ya se la recordará Tomás Montoya, quien hizo esa obra…
–A ver, pero ¿para qué sirve?
–Bueno, la mayoría de las ciudades tienen una obra o estatua que las emblematiza, por ejemplo, allá en el Puerto, están “Los Jarochos”… en Xalapa está la “Acacia” y en Catemaco está (o estaba) el arco, que era considerada la puerta de esta ciudad.
–Pues yo les voy a dar un monumento…
–¿Y de qué va a ser?
–Ahora que venga Dulce María, la del RBD, por los Tuxtlas para filmar parte de la telenovela “Verano”, le voy a pedir que sea mi modelo…
–¿Y cómo piensa llamar a su monumento?
–Pues si veo que hay chance, le diré: ¡Cosita! o ¡Mijita!
–¡Oiga! Me refiero a la estatua, no a la actriz…
–¡Ah! ¡Será “Los changos”!
–¿No se ofenderá la actriz?
–¿Por qué? ¡No ves que es bien mona!
–¿Pero en plural?
–Es que le vamos a poner su chango…
–No sea vulgar con la dama… ¡merece todos nuestros respetos!
–No seas grosero tú… ¡Es que yo también voy a modelar con ella! ¡Voy a ser su chango!
–Entonces por qué no pone un changuito entre ustedes dos…
–Ah perfecto, ¿para representar la fertilidad y fecundidad que hay en Catemaco?
–No, para que en lugar de “Los Changos” mejor se le llame “El hijo de la Changada”…
Fue toda la entrevista… porque al que mandaron a la changada fue al reportero.
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