Claudia Guerrero Martínez
Entre lo utópico y lo verdadero
Algunos temas que hemos expuesto en esta columna, han levantado ámpula y descontento, pues son temas restringidos por varios seudo-periodistas.
Ahora, a éstos nos vamos a referir, pues los tildamos como proyectos truncados de periodistas y como acertadamente los nombró una periodista reconocida como texto-servidores, pues a la luz aparentan ser reporteros y en lo oscuro, logran venderse al mejor postor obteniendo placas de taxi, casas y departamentos, autos lujosos y una que otra plaza en alguna dependencia educativa estatal.
Gracias a su habilidad para las matemáticas, saben sumar sus cobros y restar amigos, pues estos textos-servidores no permiten que nadie los quiera opacar, ni tampoco que peligre su estatus.
También es nula la preparación en una carrera académica periodística y sólo han aprendido las malas mañas como reporteros empíricos.
Los nuevos funcionarios, aquellos que prefieren hacer bien su trabajo, ya no están dispuestos a pagar 100 ó 200 pesos a todo texto-servidor que quiera extorsionarlos por alguna información maquillada y manipulada, y tenían la constante visita de estos texto-servidores como si fuera una obligación implantada, de darles su cuota cada quincena, para no ser golpeado en medios de comunicación plagados de corruptos y servilismo.
Las nuevas agrupaciones y alianzas entre periodistas logran al final, que algunos "abusados" obtengan beneficios lucrativos y hasta puestos en partidos políticos y dependencias de gobierno, vendiendo la idea de fidelidad y trabajar para un bien común, muy al contrario, cuando hay algunos políticos con mucho dinero, que contratan a estos fieles reporteros para que sean informantes en el bando contrario y tener beneficios de salud y bienestar social.
Lo que aquí exponemos es "la punta del iceberg", de las corruptelas, traiciones y uno que otro que haya vendido su alma al diablo, con tal que les den un mil 300 pesos, cantidad irascible para quienes se dicen tener la fuerza en la pluma, pero no en la inteligencia y en el compromiso de escribir la verdad.
Con este contexto, es triste la vendimia de conciencias, en las que están estos textos-servidores, pues nunca llegarán a tener el reconocimiento del gremio y ni tampoco llegar a ganarse el dote de ser llamados periodistas...
Para leer más.. www.periodicoveraz.com
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