martes, 20 de mayo de 2014

Diputados reforestadores

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

¡Atención, niñas, niños, jóvenes, adultos, adultos mayores! Mujeres, hombres, machitos, marimachos, lesbianas, gays, personas todas de cualquier género, mezclado o no, aquí no hay discriminación, todos somos iguales, ¡tomad las armas y todos unidos por la reforestación! ¡A cuidar el medio ambiente¡ En el éxito de estas acciones, depende nuestra salvación. ¡Tomad conciencia! ¡Fortalezcamos la cultura forestal!
Sería suave que así fuera todos los días y no nada más una semana. Pero he aquí que muchas veces nos duele algo y apenas sanamos poquito, lo olvidamos y recaemos en el vicio. No nos cuidamos permanentemente. 
En fin, mucho se menciona eso de la deforestación y reforestación, pero pocos sabemos lo que implica. Vayamos a la escuelita, para empezar. Según la Semarnat la deforestación “es el cambio de una cubierta dominada por árboles a una que carece de ellos. Es la eliminación de la vegetación natural”. Ah, ‘ta güeno.
Las causas de la deforestación, son, entre otras, la tala inmoderada para extraer la madera; generación de mayores extensiones de tierra para la agricultura y la ganadería; incendios; construcción de más espacios urbanos y rurales; plagas y enfermedades de los árboles.
¿Y sus consecuencias? Erosión del suelo y desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez provoca las inundaciones o sequías; alteraciones climáticas; reducción de la biodiversidad, de las diferentes especies de plantas y animales; calentamiento global de la tierra, porque al estar deforestados los bosques, no pueden eliminar el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera.
De acuerdo con la Semarnat, en México la primera causa de deforestación es el desmonte agropecuario, seguido por la tala ilegal y los incendios forestales.
Tons, la reforestación “es establecer vegetación arbórea en terrenos con aptitud forestal. Consiste en plantar árboles donde ya no existen o quedan pocos; así como su cuidado para que se desarrollen adecuadamente”. Ahí ´ta. Pero se nos olvida y lo complicamos.
No se trata nomás de plantar arbolitos. Hace falta concientizar y actuar de veras. Hay que considerar la reforestación con participación de la sociedad. Por eso celebro que los diputados del Congreso de Veracruz le entren a la Jornada Estatal de Reforestación Educativa y Social, con el sector educativo estatal y federal, la Comisión Nacional Forestal y el gobierno del Estado, en el marco de la Semana Nacional de la Divulgación de la Cultura Forestal que se realizará del 26 al 30 de mayo del año en curso.
Es bueno que los diputados pongan el ejemplo y se apliquen a reforestar, pero que también divulguen, porque la finalidad es acercar a la sociedad información de los valores ecológicos, económicos y culturales de los recursos forestales de las distintas regiones de la entidad, motivar la participación activa para lograr su conservación y aprovechamiento sustentable. Así de fácil, ¿no?
Evitemos que Greenpeace, como hace algún tiempecito, venga a decirnos que la reforestación realizada “no es la estrategia adecuada para detener la pérdida de bosques y selvas de México”, y que “es un despilfarro de recursos que sólo tiene éxito mediático pero que no sirve para recuperar la cubierta forestal que hemos perdido en los últimos años”. Hay que echarle montón en el cuidado del medio ambiente, hoy y siempre.
Desde este espacio, va para el diputado Alfredo Gándara mi más sentido pésame por el fallecimiento de su hermano Gabriel. Dios lo tenga en su gloria, y a la familia le dé pronta resignación.
Por lo pronto, ahí se ven.

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