domingo, 25 de mayo de 2014

Participación responsable

Rodrigo Montoya Rivera
Ideas

Cuando se es funcionario público, se corre el riesgo de ser blanco de críticas las cuales muchas veces fundamentadas o no se hacen presentes y tienen algún tipo de repercusión para la persona señalada. Si bien es cierto que al tener la responsabilidad de, gobernar, legislar o administrar, las personas se hacen acreedoras a críticas y señalamientos por las responsabilidades que desempeñan y llevan en hombros, también el que critica debe actuar con el mismo sentido de responsabilidad y defender su postura con los argumentos y no con los sentimientos de malestar, ira y encono.
La protesta sin propuesta muchas veces no lleva a nada bueno, cuando la crítica es constructiva se hace un ejercicio de sensibilización hacia el responsable de algo, sin embargo las protestas infundadas en las cuales se persiguen intereses particulares de dudosa legitimidad, solo afectan a terceros que no saben si lo expresado es producto de una realidad o un capricho.
Sin lugar a dudas para hacer ciudad debemos generar ciudadanía, es necesario que la sociedad se involucre y participe responsablemente, que el que critique proponga y el que se oponga argumente, con hechos validos que sean dignos de debate y no solamente acusaciones que demeritan por parte de quien nunca ha hecho algo notable en favor de su comunidad.
Es necesario que las instancias gubernamentales hagan sentir a la población identificada y la inviten a participar en las políticas públicas para el desarrollo de su comunidad, es cierto, el gobierno debe poner de su parte y dar el primero paso, mientras que los ciudadanos responsables deben prepararse y conocer que hace cada una de las instancias de gobierno para señalar con clara fundamentación los errores o las omisiones que se ven en la administración pública con conocimiento de la problemática y no solamente por un capricho no cumplido.
Hoy en día, resulta muy fácil criticar sin proponer desde la comodidad del anonimato, son esas críticas las que se deben regular, y no es una cuestión de censura a la libertad de expresión, sino una forma de premiar a quienes si analizan, observan y opinan con los datos duros en la mano. A través de las redes sociales por ejemplo vemos hoy en día ataques que muchas veces hasta ofensivos resultan hacia él o la referida, cuando cuestiones físicas o emocionales no deben ser el origen del ataque o la diatriba por encargo. Todos somos responsables de hacer sociedad, quienes en 140 caracteres atacan y señalan o los que a través de Facebook denuncian y señalan tienen la responsabilidad moral y ética de probar que lo que comparten con los miembros de su red es de carácter verídico.
Hay algunos que escudándose bajo el membrete de miembro de la sociedad civil, “académico” o “empresario” buscan a través del ataque y la presión que sus caprichos personales sean tomados en cuenta. El gobierno y el que lo encabeza debe ser atento, sensible y abierto a las demandas de todos, pero nunca dejar que los “líderes” de ciertos sectores aprovechen su calidad de representante llámese empresarial, social o político para sacar raja de sus berrinches personales. Es más no permitir que quien critica sin argumentos pero si con intereses peculiares que se escuden bajo las siglas de un sector con representatividad para obtener beneficios monetarios y particulares, son esos casos los que tanto daño le hacen y causan descomposición dentro de nuestra sociedad.

Nota 1. Ahora con el nombramiento del nuevo delegado de la PROFECO en el estado, sería importante revisara las grandes empresas que no hacen su trabajo de forma adecuada como es el caso de IUSACELL sucursal Murillo Vidal, quienes son campeones de recepción de quejas por su pésimo servicio y deben poner a funcionar una oficina de correspondencia negativa.
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