domingo, 1 de junio de 2014

Las Choapas: escupitajo a la dignidad política veracruzana

José Luis Ortega Vidal
Claroscuros

Una variable fundamental que describe al México, hoy en descomposición, es la impunidad.
Las estadísticas describen a unas entidades con mayor o menor violencia que otras pero el escenario delincuencial abarca todo el territorio nacional.
Veracruz -lamentablemente- se ubica en los primeros sitios tanto en el índice de delitos como en el rezago en procuración y aplicación de justicia.
Concurren múltiples aspectos en torno a los temas de las Procuradurías y los Tribunales: a) muchos delitos, sobre todo el de secuestro, no se denuncian entre otras cosas por temor; b) de los delitos denunciados, tanto a nivel federal como estatales, el índice de aquellos que son investigados con éxito y terminan con un responsable preso y una víctima satisfecha, es bajo, debido entre otros factores a la corrupción; c) de los casos que terminan con delincuentes presos y ubicados frente a un juez, la inmensa minoría es debidamente castigada y por lo contrario, la mayoría sale de la cárcel otra vez por razones acreditables a la corrupción.
He aquí un elemento medular de la problemática que vive México en materia de justicia: en nuestro país el crimen sí paga y el Estado no castiga en las condiciones idóneas, apegadas a derecho, con eficacia jurídica, en forma expedita a quienes deciden delinquir en detrimento del resto, aquellos mexicanos que optan por no hacerlo.
Es decir, el delito no se previene como debe ser y tampoco se castiga como la sociedad lo reclama y la teoría -que da vigencia a la existencia del Estado- lo establece.

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¿Cómo disminuir la cantidad de secuestros, asesinatos, asaltos, si quienes los cometen entran y salen de la cárcel con una facilidad tan espantosa como eficaz?
¿Cómo abatir el rezago en órdenes de aprehensión ante una notable escasez de recursos humanos, materiales, financieros, en la Procuraduría de Justicia?
¿Cómo integrar en forma adecuada una Investigación Ministerial con Fiscalías que operan en condiciones inadecuadas, con escaso personal, en espacios reducidos, prácticamente amontonados y sobrecargados de trabajo?
¿Cómo combatir la corrupción de un sector oficial cuando este cáncer lo abarca todo: desde el corazón mismo de la burocracia hasta la entraña misma del poder?

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La elección extraordinaria realizada este domingo 1º de junio en Las Choapas retrata –sin que haya sido ése su propósito- la descomposición que vive Veracruz, desde la perspectiva de un todo pero en particular desde un ángulo político.
Los problemas de violencia están ligados inevitablemente a la corrupción en el ejercicio del poder.
El cinismo de los poderosos contagia la estructura de la justicia y la sociedad termina pagando un círculo vicioso que de no ser tan sangriento resultaría patéticamente circense.

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Sin darse cuenta un sujeto como Renato Tronco Gómez exhibe las fallas medulares de nuestro sistema político.
Alfabeta apenas -en términos básicos- Renato Tronco pasó a lo largo de 20 años de la pobreza absoluta a la riqueza mediana como resultado de una carrera política exitosa.
¿Cuál es la clave del éxito de un hombre que tras llegar montado en un cuaco al Congreso veracruzano ha faltado a 13 Sesiones y ni la Presidenta de la Legislatura ni el titular de la Junta de Coordinación Política se atreven a darlo de baja y llamar a su suplente?
Hay muchos factores que explican el éxito tronquista pero en esencia su trayectoria se fundamenta en la impunidad.
Basta con hablar fuerte, gritar si es necesario, entrar en complicidad política con quién y bajo las condiciones que sean, para obtener lo que se desea en un sistema político que todo lo permite, todo, apenas con una excepción: patear el pesebre.

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En Las Choapas murió un regidor y nada pasó en términos de procuración y aplicación de justicia.
En Las Choapas hallaron a un periodista asesinado y a los pocos meses la casa que servía de refugio a sus asesinos ya estaba ocupada por otros delincuentes.
En Las Choapas los partidos políticos pactan la entrega de la plaza al grado de que tras la renuncia del candidato priista a tomar parte del proceso electoral –Miguel Tronco se retiró de la contienda bajo argumentos de iniquidad en su contra- el partido tricolor evitó nombrar sucesor.
¿Así o más descarado el acuerdo con el PRD?
En Las Choapas lo único que termina es el territorio veracruzano al iniciar los de Tabasco y Chiapas. Por lo que toca a la desaparición de personas, el resguardo de delincuentes, el surgimiento de aprendices de cacicazgos, todo sigue igual.

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Haya ganado quien haya ganado en las elecciones dominicales choapenses, la historia reciente de este pueblo envía un escupitajo muy penoso al rostro veracruzano y la LXIII Legislatura avala tan vergonzante situación.
Anilú Ingram y Juan Nicolás Callejas comparten la responsabilidad en esta lamentable historia.

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