jueves, 6 de marzo de 2008

¡Feliz cumple! ¡Feliz limpia!


Salvador Muñoz

Los tuxtlecos estaban insoportables. Parecían guajolotes, ¡todos esponjados! Desde San Andrés Tuxtla hasta Hueyapan, ¡nadie los aguantaba! Se sentían las divinas garzas… ¡y cómo no! Si el mero mero chipocludo de Veracruz, iba a pasar su cumpleaños por estas tierras verdes de Dios.
Pero mejor que eso, iría a una ceremonia en Catemaco para que le hicieran una limpia especial… ¡El triángulo rojo! Para inyectarlo de energía, según dice, para el 2012…
Así que sin más, nos acercamos al Gober Preciso, entre la numerosa gente que se acercaba a felicitarlo, y tratamos de entrevistarlo con una pregunta crucial:
–¿Qué quiere de regalo, en este su día?
–Mi reportero, cosas sencillas, como las que me gustan…
–¿Cómo cuáles?
–El amor de mi familia…
–¿Y de sus funcionarios?
–Depende de qué funcionario…
–Pues como Rey…
–Le pediría nada más silencio… nomás que guarde silencio…
–¿Y eso?
–No me deja oír a veces al “Ticher” Dóriga ni a Loret de Mola…
–¿Y a Ricardo Landa?
–Trabajo…
–¿No trabaja?
–Digo que trabajo me da pedirle algo porque después del caballazo, ya no sabe ni quién es su jefe… Tonicho o yo…
–Oiga… ¿y a Luz Alicia Moreno Brizuela?
–¿Quién?
–La del Consejo Estatal de Población…
–Carvallo… ¿a quién tenemos en Coespo?
–Permítame…
Mientras se retiraba Carvallo y preguntaba a medio mundo quién estaba en Coespo, seguimos preguntando al Gobernador…
–Bueno… ¿y a Tonicho?
–¡Decisión!
–¿A poco es indeciso?
–No, sino que se decida: Protección Civil o su “candidatura sin paracaídas”…
–¿Y a Tomás?
–¿Qué Tomás?
–Una chela bien fría… pero nada más termino la entrevista…
–Pregunto a cuál Tomás te refieres… Carrillo o Montoya…
–A Montoya…
–No, ésa montó ya y se fue…
–No, señor, digo Montoya Pereyra. ¿Qué espera de él?
–¡Nada!
–¿No espera nada de Tomás Montoya? ¿A poco es muy codo?
–No, quiero decir que realmente no espero ningún obsequio material, te insisto.
–Ok, ya entendí, usted pide buena vibra…
–Así es, por eso vengo a que me hagan una limpia en Catemaco…
–¡Ah! ¿Entonces va a Palacio Municipal?
–No, ¿por qué?
–Dicen que González Azamar dejó limpio el ayuntamiento la primera vez que estuvo como alcalde…
–No, yo voy con los brujos buenos, ¡con los de a de veras!
–Entiendo… ¿y a quién va a ver para que le haga la limpia?
–¡Al indio!
–¡Por fin! ¿Va a ver o no al alcalde?
–Me refiero a Luis Cipriano… ¡El Indio! Así le llaman al brujo, que como todo buen brujo que se respete, tiene un sobrenombre…
–¿En serio?
–Sí, por ejemplo, ahí tenemos a Tito…
–¡Ah! ¡Ese sí me sé su apodo!
–A ver… ¿cuál es?
–¡El dipu-tito!
–No me refería al legislador panista Delfín Cano, quien merece todos mis respetos, sino a Tito Gueixpal, quien estará con su hermano Pedro…
–Oiga… y además del Indio, me podría recomendar a otro brujo…
–¡Cómo no! Ahí está Héctor Betaza, el cuervo…
–¿Ese no sería para Pepe Yunes?
–¿Por qué?
–Pues con eso de que no quiere dar luz verde a la expulsión del alcalde de Catemaco, dicen que anda criando cuervos…
–Mmm… mejor voy a ver a mis brujos…
–¿A que le hagan la limpia?
–No, voy con mis alcaldes de San Andrés y Santiago, que me los dejaron bien brujos…
Y se retiró mientras un grupo de priístas de Catemaco preguntaban a Apolinar Gueixpal, el del Salto del Tigre, si era capaz de hacer una limpia en su partido… ¡y expulsar al Cachetón! Porque con Yunes Zorrilla ¡no ven claro!

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