jueves, 15 de mayo de 2008

¡Las clases de funcionarios!

Salvador Muñoz

Habrán de disculpar los lectores por el atraso de esta nota correspondiente al día del maestro, pero espero comprendan que las festividades se nos atravesaron desde el pasado 3 de mayo, día del “maestro albañil”.
Lo prometido es deuda. Así que va un pasaje en la vida de nuestros funcionarios, servidores públicos y animales… políticos, que quede claro.
Imagine el caro lector un salón, lleno de la bullicia clásica de los párvulos. Una maestra llamando al silencio hasta que lo consigue para de inmediato iniciar la clase:
–Vamos a ver, niños, ¿qué quieren aprender hoy?
El clásico niño ñoño que alza la mano de inmediato:
–A ver, Miguelito… dinos:
–¡Trigonometría!
–¡Ohhh! Qué interesante… ¿y por qué quieres aprender trigonometría?
–Es que quiero que nos enseñe a sacar el seno, maestra…
–¡Ay, Miguelito! Está muy complicado… ¿Quieres ser matemático?
–La verdad, no, maestra… quiero ser como usted, normalista…
–¿Te gustan los niños?
–¡Me encantan, me gustan mucho!
–Pues entonces podrías ser pediatra… ¿Hay otro niño que nos quiera decir su sueño?
–Yo, maestra…
–¿Qué te gustaría hacer a ti, Juan Betito?
–Quiero ser ingeniero petroquímico…
–¡Ohhh! Muy interesante… ¿y en qué te especializarías?
–En el crudo… quiero conocer las propiedades del crudo…
–Muy bien, Juan Betito… Si no hay otro alumno, vamos a entrar en materia… ¡niño Fito! ¡Qué está tomando! le he dicho que no se toman alimentos en el salón de clases…
–¡Ay! maestra… es que lo tomo para hacer realidad mi sueño… ¡quiero ser torero!
–¿Y qué toma?
–¡Gatorade! (Traducción: Gay-torei)
–¡Ay! niño Fito… ojalá se componga… a ver si estudió español… dígame una palabra grave:
–¡Marica!
–¡Muy bien! Ahora, una palabra aguda…
–¡Puñal!
–¡Perfecto! ¡Juan Betito! ¿Usted también está tomando en clases? A ver, dígame una palabra grave si no, se queda sin recreo…
–¡Crudo!
–¡Otra!
–¡Borracho!
–¡Otra!
–Beodo…
–Muy bien… a ver… ¡una más!
–¡Ebrio!
–Me sorprende… ¿y usted niño Marquitos? Cómo anda en matemáticas…
–Más o menos maestra…
–Pase al pizarrón… Resuelva el siguiente problema: Si Marcelito fuera el 15, Fito el 18 y usted el ocho… si se juntan, ¿qué serían?
–¡41!
–Muy bien niño Marquitos… seguro usted será ingeniero y hará muchos puentes… ¡es usted un tesorito!... A ver si aprende algo, niña Iresine, la veo muy distraída desde hace tiempo…
–No me regañe maestrita… es que como estoy chiquita, no veo bien desde aquí…
–Pues debería comprarse unos gemelos…
–¿Unos niños?
–¡Unos gemelos! ¡unos prismáticos! para que vea mejor…
–¡Ahhh! ¡lentitos!
–¡Hablando de lentitos! Tengo que ver cómo van los niños de lento aprendizaje…
La maestra sale y observa a los pequeños angelitos metidos en sus tareas. La maestra siente feo. Sabe que Erick y Christian siempre le hacen la chamba a Jorgito, pero… ¡Albertico no hace nada! Indignada, le grita:
–¡Albertico Silva!
–¡¡¡Fiutu-fiu-fiutu-fiu!!! ¡¡¡Fiutu-fiu-fiutu-fiu!!!
–¡Cállese, escandaloso!
–¡Pues usted me dijo que silbara!
–¡Ah! Se quiere hacer el chistoso… ¡usted sí se me va a quedar castigado! Debería aprender a Feyito, él si hace su tarea…
–¿Qué tarea hace?
–Hace bolitas…
–¡Pobrecito… ¿y no le duele?
El jalón de patillas y ponerlo en la esquina fue suficiente para calmarlo y dejar de molestar a Feyito, que nunca se metía con nadie…
Así eran las clases (no de alimañas) de nuestros funcionarios en su niñez… ¡Ah! Si algunos no se mencionaron en la columna fue por falta de espacio o porque sencillamente es increíble que hayan pasado por la escuela…

e-mail: dor00@hotmail.com

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