viernes, 29 de agosto de 2008

La Marcha... ¿ya marchó?

Antonio Williams
Coatzacoalcos, Ver.

Antes que nada, advierto que no tengo el mínimo interés en que la llamada marcha ILUMINEMOS MEXICO fracase, pero ante lo evidente, no puedo cerrar mi razón.
Tengo alguna experiencia en la organización y participación en marchas ciudadanas de protesta, por lo que me atrevo a efectuar un análisis de ésta progamada para el Sábado 30 de Agosto de 2008.
Hace varios meses se efectuó en el Distrito Federal una gran marcha ciudadana en protesta contra la inseguridad. Que yo sepa, esta marcha ha sido la de mayor participación de que se tenga memoria. Minimizada por las autoridades (en especial “el Peje”) y magnificada por los organizadores, finalmente coincidieron los criterios en que al menos un millón de ciudadanos habían participado en élla.
Sin embargo, a muchos meses de distancia, los ciudadanos nos preguntamos: ¿de qué sirvió? y no precisamente nos hacemos esta pregunta por obtusos, porque no veamos los alcances de la expresión ciudadana, sino porque de esa fecha a la presente, la inseguridad de ha multiplicado, sin que los organizadores se hayan vuelto a manifestar.
Tuvo que suceder el lamentable caso del niño Martí para que despertaran de su letargo y volvieran a alzar la voz, pero la alzaron para volver a lo mismo, para participar antes que en la marcha, en una reunión en la que fueron utilizados para rubricar una serie de acuerdos tomados que únicamente fueron copiados de las minutas de reuniones anteriores. Recuerdo que con el presidente Zedillo se efectuó una, con el presidente Fox se efectuó otra y ahora con el presidente Calderón la última (hasta hoy), pero analicemos qué ha pasado en la semana transcurrida desde que se efectuó esta reunión:
-A nivel nacional han ejecutado a más de diez personas diarias en acciones del crimen organizado.
-Han aparecido “narcomantas” en puntos tan extremos del país como Monterrey, Veracruz, Coatzacoalcos, Cancún, etc. acusando y desafiando a la autoridad.
-A nivel nacional se siguen cometiendo secuestros, extorsiones, robos, homicidios, etc. no casos normales ni “hechos aislados” sino eventos claramente atribuibles al crimen organizado.
Aunado a esto, los grupos que se han erigido como organizadores y “dueños” de la marcha, pretenden enfocar la expresión ciudadana a actitudes timoratas y cursis.
-Pretenden que la gente marche en silencio.
-Prohiben que el ciudano lleve mantas de reclamo.
-Quieren uniformar a la gente vistiendo de blanco, llevando globitos blancos, veladoras y los niños para que no se quemen, lamparitas. ¡Qué fresas!
-En muchas ciudades, las autoridades municipales han anunciado su participación en su modalidad de ciudadanos. Esta dualidad no existe, ó están en un bando ó en otro. Al ser autoridades dejan de ser parte de la ciudadanía común y corriente, son ciudadanos, pero ejerciendo un cargo de autoridad. No pueden ser ciudadanos reclamantes cuando son autoridad reclamada.
-Los “dueños” de la marcha ( al menos en mi Ciudad: Coatzacoalcos, Ver. ) son organizaciones cuyos dirigentes tienen nexos de negocios y amistad con las autoridades municipales y estatales, esto es de sobra conocido y comprobable en las páginas de los medios ( políticos, empresariales y sociales ) entonces, no pueden patear el pesebre, no pueden mamar y dar de topes, es decir, no pueden ir contra sus propios intereses.
La mejor prueba de ello es la carta que dirigieron las fuerzas vivas de mi ciudad a funcionarios estatales, pero sin tocar ni con el pétalo de una rosa a la máxima autoridad estatal y por ende, el responsable del actuar de esos funcionarios a los que se dirigieron: El Gobernador del Estado.
Carta que fué escrita en letra microscópica e insertada en un medio local. Carta que dice todo y no dice nada. Carta en que no hay señalamientos concretos sino simples balazos al aire. Tímida y cuidadosa de intereses al fin. Carta que por única respuesta tuvo el cese de un viejo servidor público, con una hoja de servicios no creo que alba y pura, pero si menos sucia que la de muchos que permanecen en el cargo por ser recomendados ó hijos de familias beneficiarias de la revolución.
De todo lo anterior, colijo:
-No se vale cambiarle el nombre a una marcha de PROTESTA CONTRA LA DELINCUENCIA por el de “ iluminemos México ” con un programa cursi y mamón.
-Esta debe ser una marcha de protesta por la inseguridad y en contra de la autoridad que no es capaz de solucionar este grave problema. Acaso creen que el mensaje del Sr. Martí (pidiéndole a los gobernadores y altos funcionarios que cumplieran sus obligaciones y si no podían renunciaran) tuvo algún efecto? Me imagino al “Gober Precioso” doblado de risa, a Ulises Ruiz ciánico de burla y así a una caterva de personajes de muy buenas familias pero de muy malas costumbres pensando en los términos en que iban a dirigir sus renuncias.
-No se puede invitar a la gente a participar de motu proprio y limitarle su libertad de expresión prohibiéndole manifestarla a través de gritos, mantas, pancartas, cantos, etc.
-No puede nadie ostentarse como organizador ciudadano de una marcha, cuando por otro lado tiene intereses con el gobierno ó sus entidades, ya sea porque recibe fondos, recursos, contratos, prebendas, etc. de los mismos.
-No puede nadie erigirse como “dueño” de un evento ciudadano de la magnitud de una marcha a nivel nacional.
-Debe hacerse únicamente la convocatoria a participar y hasta ahí; Que la ciudadanía participe como mejor le plazca.
Qué va a pasar si un ciudadano asiste con una pancarta donde consigne su sentir muy propio y uno de los “dueños” de la marcha pretenda prohibirle que la exhiba ó peor aún pretenda despojarlo de ella. ¿Se van a liar a golpes en el marco de una marcha pacífica y ordenada por la paz y el alto a la delincuencia?
Todavía estamos a tiempo de cambiar el enfoque y la convocatoria de esta marcha para que sea un éxito.
Ojalá y los afanes protagónicos sean desplazados por la mesura.
Con mis mejores deseos...

antoniowilliams@prodigy.net.mx

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