Sergio Valverde y Camposeco
Aciertos y Resbalones
Cada vez nos asombra menos, los levantones y secuestros sufridos a elementos de la Policía Intermunicipal Veracruz- Boca del Río. La muerte de varios de ellos y recientemente, la sádica ejecución de José Romero Vázquez, esposa y tres menores de edad, baleados y quemados en su vivienda, recrean una atmósfera de terror e impunidad, en la que a Sergio “Mutute” López Esquer, Secretario de Seguridad Pública y Salvador “Chava” Mikel Rivera, Procurador de Veracruz, no han hecho nada por investigar a fondo o tienen la orden de no hacer nada, por miedo a grupos del crimen organizado, quienes son protegidos por extraños personajes del poder estatal.
Con la muerte del Comandante Romero, las ejecuciones habían disminuido, bueno, eso pensamos, pues la encomienda a cualquier policía era levantar inmediatamente los cuerpos de ejecutados sin esperar a los peritos, no molestar a grupos armados en camionetas de lujo y tampoco, entrometerse en negocios de bares, restaurantes y hasta casas de citas, negocios lucrativos para el crimen organizado.
Pero la gota que derramó el vaso, es el secreto a voces de la desaparición, hace una semana, del Comandante de la PIBV, Anselmo Rodríguez, quien no se ha presentado en su hogar, sus familiares han pedido una investigación profunda para encontrar a este servidor público, con una antigüedad de doce años y quien era sobrino del Comandante Simitrio Rodríguez, quien murió en cumplimiento de su deber el 6 de septiembre del 2008, en el municipio de en Alvarado, cuando repelió el ataque de secuestradores, para finalmente, liberar al médico veterinario Juan Carlos Mata, de sus captores.
Cabe mencionar, que tampoco aparece el Comandante Ricardo Rico Machuca y otro más, es el policía con clave Canario, entre otros jefes policiacos, a quienes sus investigaciones están en el congelador de la oficina de Salvador Mikel Rivera.
La pasividad de altos funcionarios de la Procuraduría y Seguridad Pública en esta investigación, ha provocado el desánimo de los elementos de la Policía de la Intermunicipal Veracruz-Boca del Río, quienes expresaron que las ordenes de sus superiores son: “Hacerse pende…, para llegar a policías viejos”.
Mientras, Sergio López Esquer continúa con sus eventos chafas y con niños deshidratados, por tenerlos varias horas, en áreas con poca ventilación durante logísticas mal organizadas y siguen desapareciendo policías y muriendo otros más, ejecutados por grupos delictivos, quienes viven bajo la complacencia de la protección de Seguridad Pública.
Cuánto vale la vida de cada policía muerto. Vale de 100 a 150 mil, cuando mueren en cumplimiento del deber, pero al desaparecer, sin dejar rastro, la SSP deja de otorgarles los pagos de quincenas laborales a las familias, quienes ante su dolor e impotencia, son vejados quitándoles, que por derecho, deben otorgarles.
Triste ver a un Secretario de Seguridad Pública del Estado, no saber o no querer contestar preguntas sobre la muerte de sus elementos, la desaparición de algunos y hasta los levantones sufridos a policías, quienes aparecen visiblemente golpeados, sin que sus superiores hagan algo al respecto, negándoles toda posibilidad de dignidad en la corporación.
Tanta irresponsabilidad, se observaba en la gestión de Juan Manuel “Chupón” Orozco cuando estaba al frente de la SSP, quien informaba en comparecencias, tener controlada a la Policía en Veracruz, pero no decía del control de la “bolita yucateca”, los robacarros y hasta grupos coludidos con el narco y la trata de blancas, del que era cliente asiduo.
Sergio López Esquer, General en activo, en el momento de su nombramiento como titular de Seguridad Pública, ha rebasado en ineptitud y corrupción a Orozco Méndez, permitiendo la tolerancia a grupos delictivos, quienes han tomado las riendas en la seguridad en el estado, usar a los policías como vigías para sus negocios y dictarles lo que debe ver, oír y decir. De no hacerlo, serán merecedores a una paliza, segunda vez una golpiza y a la tercera, ejecutados y envueltos con una cartulina firmada por el crimen organizado.
Queríamos un cambio en la Seguridad de Veracruz y lo único que vemos es a un General Militar que cumple órdenes de grupos con poder económico, paga grandes sumas a sus subordinados, hoteles, comidas y lujosos autos, mientras, Veracruz está sumergido en la inseguridad total.
También contamos con un Procurador General complaciente, a quien le gusta embodegar investigaciones en ejecuciones de policías, de las que hemos perdido la cuenta las decenas de muertes de comandantes, oficiales y elementos, sin que no se aclaren.
La gravedad en las instituciones policiacas no es un asunto que se debe dejar en el olvido, pues la tolerancia y solapamiento en estos asuntos, a la larga, podría caerles una responsabilidad jurídica, por ser copartícipes con grupos delincuentes, que son protegidos por compromisos en el poder estatal.
Dudas, mentadas y comentarios:
sergiovalverde2009@gmail.com
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