El elefante blanco de Tío Fide

Salvador Muñoz
Los Políticos

El Elefante está considerado en la fauna “esopista” o “lafontaineísta” como representación de la sabiduría.
En la guerra eran utilizados como armas de choque siendo el ejemplo más clásico el de Aníbal, quien atravesó los Alpes para enfrentarse a los romanos con estos animales… si bien fue una gran hazaña la del general cartaginés, tuvo sus daños colaterales: 20 mil bajas por el frío… los 37 elefantes que participaron en el famoso cruce, paradójicamente sobrevivieron, pero en el norte de Africa, donde los habían capturado, desaparecieron desde esos tiempos.
Por supuesto que hay otros elefantes inolvidables en nuestra historia particular.
Debe recordar usted el clásico eslogan que rezaba “barrita Tantor, el elefante” para anunciar las novelas de Tarzán. O no me diga que no derramó una lagrimita en las burlas o separación de su madre del pobre Dumbo. Quizá recuerde al “Elefagente Secreto” o los elefantes sicodélicos del “Oso Pooh” que pretenden arrebatarle su miel.
¿Recuerda la obra cinematográfica llamada “El Hombre Elefante”?
En nuestro lenguaje político el cliché “Elefante blanco” que refiere, en lenguaje claro y llano, a que sale más caro el caldo que las albóndigas.
Incluso se habla de que el elefante tiene una excelente memoria: Dicen que jamás olvidan.
En ellos hay una temporada en que están de “mírame y no me toques” y son capaces de arrasar con todo, se vuelven violentos, agresivos y con un apetito sexual que espanta a las elefantes que optan mejor por buscar a un macho menos acelerado antes que ceder a la violencia del trompudo.
Creo que a ese estado de exaltación se le llama en La India “Must” lo que ha originado, dicen los expertos, en grandes tragedias que podemos ver en “Animal Planet”.
Bueno, si Esopo y La Fontaine le daban a los animales personificación, creo que nosotros podemos darle a nuestros políticos la “animalación” si así me permiten escribirlo.
El ejercicio fabulístico obedece a lo ocurrido ayer en la comparecencia de Alfredo Gándara, director de Comunicación Social, quien fue sometido por los diputados locales a una serie de cuestionamientos como el del diputado Delfín (ya animalizado por el apellido), quien lo calificó como más belicoso que Reynaldo Escobar.
La respuesta de Alfredo Gándara no pudo ser más “ad hoc” a esta columna:
“No soy belicoso, tengo la piel muy dura y aguanto mucho”…
Quien lo haya oído es seguro que en ese momento entendió las fábulas… Alfredo Gándara acababa de mutarse en un paquidermo, “el de piel gruesa”…
Fueron más los cuestionamientos que le hicieron al director de Comunicación Social de Gobierno del Estado, como el que cómo le hace para que salga su jefe en todos los diarios…
Alfredo Gándara, si bien no es moneda de oro y no es lo que se esperaba de él como director de Comunicación Social (ausencia de “chayote”, nos quejamos del mismo dolor algunos compañeros), a veces de trato altanero, a veces de trato amable; a veces medio ojeis, a veces bien cuate; no es improvisado… a lo mejor lo recuerdo mal, la edad se me vino encima y me aplasta la memoria, pero en sus inicios como periodista en una revista que ya desapareció (¿Llave?), hizo un trabajo sobre los policías y su diario acontecer ¡haciéndola de policía!
Después se enroló con Fidel Herrera. Junto con Erick Lagos, Alfredo Gándara es de las personas más fieles (vale aquí la expresión) con las que puede contar el ahora gobernador.
Siempre estaba al tanto de lo que se sacara a favor o en contra del presidente del PRI, Senador, candidato a Gobernador… ¡a veces “ya chole” cada noche que hablaba a la redacción para saber si iba o no “madrazo” contra Fidel…!
Estoy seguro que sigue haciéndolo…
Tengo la percepción que cuando llegó a director de Comunicación Social cambió como persona un poco… entiendo… la labor fue más pesada y aunque dice que tiene la piel muy dura y aguanta mucho, a veces tengo la percepción de que no. Pero lo entiendo… es su trabajo y más trabajo es hacerlo bien.
La única duda que tengo es que, si después de lo declarado por el mismo Gándara, ¿no estaremos ante un caso de “Elefante Blanco” en el gobierno de Fidel Herrera?
Dentro de lo que vi, salió bien librado Alfredo… ¡digo! Para cinco años ¡ya era hora!

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