jueves, 5 de noviembre de 2009

Un méndigo brinquito, eso es la muerte

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel


Dicen que para morir nacemos. Pero la verdad, yo no lo sé de cierto, lo supongo. Porque aunque me guiña todos los días la muerte, creo y me obligo a creer que para vivir nacemos. Al menos esto último me resulta más reconfortante. Somos finitos, ni duda cabe. ¿Qué madres se puede hacer?
En todo caso, cualquiera puede morir en un instante. El último suspiro le pertenece a la muerte. Conozco a gente que vive a diario temerosa de su presencia; otras, por el contrario, la desafían. Hay quienes se topan con ella, inesperadamente; muchas más viven a su lado, todos los días, todas las noches. A menudo se le respeta, se le venera; en no pocas ocasiones se le implora, se ansía su llegada. Pero ella aparece cuando quiere, tiene suficientes, en ciertos tiempos abundantes últimos suspiros.
Natalia Toledo, hija del artista oaxaqueño Francisco Toledo, en su libro de cuentos La muerte pies ligeros, relata cómo la muerte convivía con todos sin ejercer su función de quitar la vida, pero un día ya quería ejercer su función, entonces se puso a brincar la cuerda con todos los animales y con el hombre, así a todos los cansó. Vencidos, cada uno fue muriendo, mas el único que quedó vivo fue el chapulín. Este saltaba tanto que cansó a la muerte, aunque ella no murió, más bien lo dejo a él seguir saltando. (El Universal/17-10-09).
Lúdica visión sobre la muerte, como una mirada de niño, que no debemos olvidar. Y sí, somos como chapulines, porque día a día estamos saltando entre la vida y la muerte. “Un méndigo brinquito, eso es la muerte”, dijo Don Cruz Treviño postrado en su cama, personaje de la película La oveja negra, interpretado por Fernando Soler.
Sobre la muerte se ha dicho y escrito mucho. Alguna vez un amigo me dijo que en estos tiempos vivimos como sin vida, basta sólo con mirar alrededor para darse cuenta de ello. Es la muerte la que vive nuestras vidas. Por ahí hay gente todavía que cree lo contrario, son como lucecillas empeñadas en abatir una oscuridad inmensa. Y sí, frecuentemente alumbran, abren caminos. Pero lo cierto y peor de todo es que no se sabe por dónde la muerte llega: ha aprendido, de tan repetitiva, a simular.
A la muerte no le importa si te ríes o no, escribió José Saramago. Sí, ladra, llora, calla, se arrastra el perro, a su lado pasó la muerte, versifica Enriqueta Lunez.
Lo digo con Eliseo Diego, la muerte es esa pequeña jarra, con flores pintadas a mano, que hay en todas las casas y que uno jamás se detiene a ver; es ese amigo que aparece en las fotografías de la familia, discretamente a un lado, y al que nadie acertó nunca reconocer.
Caramba, tienes razón Chavelita Vargas, hay que caminar por la vida de la mano de la muerte. Porque “moriremos cuando tengamos que morir y se acabó... Hay una necesidad de que exista la muerte, porque si no, no podríamos vivir”, sentenció Saramago. Y sí, a mí no me gustaría ser eterno; me aburriría.

Los días y los temas

No cabe duda que siempre hay un pelo en la sopa y, como dicen por ahí, pagan justos por pecadores. ¿Dónde queda la dignidad? Ya no se les cree nada a nuestros políticos. Tanto pelear por la cuota de género en la Cámara Federal para nada, porque ahora resulta que las diputadas Kattia Garza Romo, del PVEM, y Karla Daniella Villarreal Benassini, de Nueva Alianza, siempre sí dejan su curul, dizque están enfermitas –de papitis, solamente-, para dejar el cargo a sus suplentes varones. Kattia, a su esposo, el empresario Guillermo Cuevas Sada; Karla, a Gerardo del Mazo Morales, sobrino del ex gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo. Así, ¿cómo quieren que les creamos?; claro, no todas cometen el mismo pecado. Se parecen a los hombres. O lo que es lo mismo, todos somos iguales.

De cinismo y anexas

* Rita Levi-Montalcini, premio Nobel de Medicina 1984, expresó que vivir y morir es la misma cosa, “porque, naturalmente, la vida no está en este pequeño cuerpo. Lo importante es la forma en que hemos vivido y el mensaje que dejamos. Eso es lo que nos sobrevive. Eso es la inmortalidad”.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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