jueves, 25 de febrero de 2010

¡Nuestros Golem!

Salvador Muñoz
Los Políticos

Siendo niño, una noche me quedé a dormir en casa de una tía. En sueños vi una figura descendiendo por el cerro de San Cristóbal, allá en Orizaba. Por la distancia no alcanzaba a distinguir más que su humanoide figura. Entonces, desapareció de mi vista. Cuando alcé la mirada, ¡ahí estaba! Era un ser terrorífico, de ésos que sólo son capaces de salir de nuestra imaginación infantil, y me observaba con sus blancos ojos que resaltaban entre el pelambre que cubría su cara… ¡desperté y mi mirada se volvió hacia la ventana! ¡Ya no estaba!
Una pesadilla que llevo grabada durante más de 30 años…
Siempre la recuerdo… está entre mis sueños más atemorizantes… la cosa no tenía nombre hasta que me encontré una leyenda.
Hay en Jorge Luis Borges uno de los poemas más bellos que me recuerdan con la insistencia de niño de tres años, a la política, a sus políticos y a mi pesadilla…
Se trata de “El Golem”.
El Golem es un ser hecho por arcilla, que conjuradas las palabras exactas, cobra vida.
¿Les recuerda a alguien? A Adán, verdad.
Dicho ser tenía una función: Servir al Hombre, a su Creador…
La diferencia entre el Golem y Adán es su creador. Al ser hecho por Dios, Adán tiene entendimiento mientras que en el otro, creado por el hombre, hay ausencia de toque divino, de la chispa de vida, la palabra precisa, la idea correcta… como un zombie.
Lo más cercano que me recuerda el Golem es la novela de Mary Shelley: “Frankenstein”.
En el Moderno Prometeo, Víctor Frankenstein intenta crear la vida a través de estímulos eléctricos hasta hacer un monstruo que, curiosamente, no tiene nombre pero en nuestra habitualidad lo llamamos con el apellido de su hacedor: Frankenstein.
A mi pesadilla la llamé Golem porque hay un relato que dice que en Praga, cada 33 años, aparece en una ventana de la sinagoga este ser… cuando lo leí me transporté a ese sueño de nuevo.
Pero les decía que el Golem me refleja mucho a la política, a nuestros políticos.
Para entenderlo, el lector debe ver a su alrededor… los políticos pueden intentarlo pero muchos no podrán entenderlo… a lo mejor son un Golem.
Una vez que vea a su alrededor, detecte a esos políticos que surgieron de la nada, en un previo a cualquier elección, sin pasado, pero eso sí, son mágicos porque tienen por su creador, el soplo divino representado en una palabra hebrea: “Emet” que significa “Verdad”.
Es “verdad” que son inteligentes; es “verdad” que son la nueva generación de políticos; es “verdad” que implican el continuismo de la gran obra; es “verdad” que es verdad que ellos son lo que esperábamos… es “verdad” que cada Golem servirá a su amo nada más, no a nosotros, no al pueblo…
En Veracruz Puerto, por ejemplo, pudiera decirse que Carolina Gudiño es un Golem; en Xalapa, David Velasco…
Lo terrible del asunto es que hay mucha arcilla para seguir creando Golem y Golem y más Golem…
Las leyendas hablan de que el Golem no tiene entendimiento, aprende pero de manera lenta, incluso, puede ser violento conforme pasa el tiempo (igual que el monstruo de Frankenstein)… por eso había que eliminarlo.
Para destruir al Golem, cuentan que el rabino que lo creó (Judá León, refiere Borges), borró una letra de su frente o bajo la lengua que es parte del conjuro mágico, así que a Emet le quitó la primera “E” y quedó en “met”, que significa muerte…
Pero… ¿cómo eliminar a un Golem político cuando son muchas las letras que los rodean?
Puede que unos tengan una “F”… otros una “D”… quizás una “Y”… quizás ésos sean más fáciles de eliminar que los que tengan una “Z” o una “Ch”…
Mientras, intente identificar a su Golem en Orizaba, Córdoba, Papantla, Poza Rica, Martínez, Coatza, Acayucan… están en todos lados… nosotros los hemos hecho, con nuestro voto o abstinencia… son nuestro monstruos, nuestros Frankenstein, ¡nuestros Golem!

e-mail: dor00@hotmail.com

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