martes, 30 de marzo de 2010

Qué vergüenza

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Realmente que sólo en Veracruz pasa esto. Chance en algún país africano que tenga alguna liga amateur se pueden ver cosas como acá.
Hace unas semanas enjuiciábamos que ni en el llano sucede que un dueño-presidente de un equipo profesional deje todo botado a medio torneo, como lo hizo Raúl Quintana, que se hizo humo a unos días de reunirse con el entonces nuevo técnico, Jorge Almirón, y el gobernador Fidel Herrera Beltrán.
Esas coincidencias que tiene la vida.
Ahora, tras jugar un futbol espantoso, que jamás nos hizo olvidar a Joaquín del Olmo, que pareciera dejó su maldición, “El Negro” Almirón decidió irse o lo corrieron o lo que sea, el chiste es que ya no está y con justa razón; además, espero no cobre un solo centavo por el trabajo que hizo, porque se supone que ése era el trato, o metía a los escualos en la liguilla o no había dinero.
Y entró al quite Antonio Carlos Santos, que llegó como fiel escudero del mentado nuevo propietario del club, Mohamed Morales, que hasta el momento se me ha hecho tan tibio que me hace pensar aún más que existe un titiritero, del cual me ahorro el nombre por el momento, porque no es sano “inventar” o dar nombres sin pruebas, como en otros espacios, que juzgan sin saber las realidades.
Una de las verdades es que el Veracruz es una burla en el futbol mexicano, con una inversión fuerte, con la inclusión de Cuauhtémoc Blanco, con un Walter Gaitán por el que se hincaron para que firmara y que volvió a ser el mismo hampón de siempre, al fingir una lesión y aumentar su lista de conflictos en nuestro país.
Los Tiburones Rojos hoy por hoy son señalados, no sólo por la mediocridad que han vivido en los recientes años, sino por el circo que es; de hecho se puede poner a este equipucho en una ánfora junto a Tigres e Indios de la Primera División, y me late que los jarochos se llevarían aún así las palmas de ridiculeces.
Vienen elecciones y ya un candidato dijo que el equipo debería irse, a ver si lo cumple si consigue sentarse en la silla; otro apareció con la mitad de la playera; uno más se fue a danzar con la raza en “El Pirata”; en fin, que hasta en la política los escualos son manzana de las discordias, a pesar de que no han ganado nada importante en demasiados años.
¿Por qué no se fijarán en ganadores?
Y aún espero que la palaba del gobernador se haga, esas palabritas que aún timbran en los oídos de muchos veracruzanos, de que el equipo volvería al máximo circuito antes de acabar el sexenio.

Hasta la vista.

fhernandez1980@gmail.com

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