lunes, 26 de julio de 2010

Educación y maestros reprobados

Luis Alberto Romero

Los avances registrados en nuestro país en materia educativa son incuestionables: la cobertura en esa materia es casi universal en el nivel básico, cumpliendo con ello lo establecido por la Constitución Política; asimismo, el número de docentes empleados se duplicó en las últimas tres décadas y el gasto en educación subió del cinco al 7 por ciento del Producto Interno Bruto.
A la par, el número de alumnos pasó de 21 a 33 millones, mientras que los grupos escolares ahora son más pequeños, ya que en la década de los ochentas había 30 estudiantes por salón de clases, mientras que ahora apenas llegan a 19.
Hoy, por si fuera poco, el gasto que destinan las familias mexicanas en educación es cada vez mayor y alcanza el 11 por ciento de los ingresos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI.
Hoy, también, contamos con la prueba Enlace, instrumento que representa la posibilidad de medir y evaluar el desempeño escolar, lo cual significa un avance importante para mejorar el sistema educativo mexicano.
En contraparte, el saldo pendiente de la educación en México tiene que ver con la gran cantidad de niños y adolescentes que no tienen acceso al estudio. Los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (también del INEGI) revelan que casi tres millones de menores en edad escolar no acuden a clases.
El caso de Veracruz llama la atención porque se registran avances notorios en esa materia. La citada encuesta del INEGI manejaba que en 2005, la cifra de niños menores de 14 años que no acudía a la escuela alcanzaba los 100 mil. Cinco años después, el mismo trabajo de medición revelaba que la cifra no llega a 40 mil niños.
La nota lamentable en el tema de la educación tiene que ver con la preparación de muchos maestros, que en ocasiones olvidan los elevados propósitos de la docencia y se organizan más con fines políticos.
Y es que las cuentas alegres de las instancias responsables de la educación no corresponden con la realidad del nivel del magisterio y para constatar ello, basta observar los resultados del concurso nacional de asignación de plazas docentes 2010-2011, que puso a concurso el otorgamiento de más de 14 mil nuevos espacios laborales para profesionales de la educación.
Los aspirantes a ingresar al servicio magisterial son personas sin la preparación adecuada para asumir el reto de formar a las futuras generaciones de mexicanos. La información difundida este domingo revela que de los 145 mil 983 personas que buscaron plaza como maestros, solo 39 mil 143 fueron consideradas “aceptables”.
Los resultados del Examen Nacional de Conocimientos y Habilidades Docentes 2010‐2011 también indican que, en el caso de Veracruz, de las 6 mil 751 personas que buscaron incorporarse al magisterio, solo mil 233 recibieron la calificación aprobatoria.
Mención aparte merecen los docentes que, estando ya en servicio, buscaron una segunda plaza; en ese rubro, de los 61 mil 776 aspirantes, solo fueron calificados como aceptables 17 mil 390, lo cual indica que el resto, maestros que ya trabajan en las escuelas del país, no cuentan con las habilidades y las capacidades docentes necesarias para estar al frente de un salón de clases… y ahí están, cobrando un salario que no tiene relación con su desempeño.
Lo evidente, en todo caso, es que no es lo mismo gastar en cobertura educativa que invertir en la calidad de la educación.

luisromero85@hotmail.com

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