miércoles, 1 de junio de 2011

Pobres, ricos y jodidos

Salvador Muñoz
Los Políticos

Pobre Cordero... ya tuvo que recular para reconocer que la pobreza sí es un problema en el país. Claro, no faltó el chocholazo al presidente para exponer que se está atacando tal asunto para que un día, algún día, los pobres sean clase media. Sí, pareciera que Ernesto Cordero es un comediante involuntario.
Pobres siempre han existido en México y todo el mundo. Los conocemos. Allí están, en nuestras banquetas, en nuestros camiones, en nuestras calles, en nuestro vecindario...
Claro, a lo mejor nuestros políticos como Cordero, no los ven porque van en camioneta pero son parte de esa dualidad que se hizo con la primera civilización: Para que haya pobres debe de haber ricos y viceversa.
Uno no puede vivir sin el otro.
Sus modos de vida son a veces tan parecidos pero es ligera la circunstancia que los separa... por ejemplo:
Mientras el rico en misa comulga, el pobre se forma dos o tres veces para comer hostias.
Mientras el rico come a la carta, el pobre igual se juega a la carta más alta para ver a quién le toca comer ese día.
Mientras el rico conduce un auto de lujo, el pobre lava un carro de lujo.
Mientras la rica disfruta su embarazo acariciando su voluminoso vientre, la pobre se siente satisfecha por tener la barriga llena.
Mientras los ricos comen carne casi todos los días, el pobre come carne cada vez que se muerde la lengua.
Mientras los ricos disfrutan en Walt Disney al ratón Miguelito, los pobres sufren en casa y en la colonia a las ratas y ratones...
Mientras los ricos son familia acomodada, los pobres son familias acomodadas en un cuarto de tres por tres y si bien les va, en una casa de Infonavit.
Mientras que los ricos tienen el refrigerador siempre lleno, los pobres también lo tienen lleno... de calcomanías...
Mientras que los ricos hacen de comer paella... los pobres no hacen de comer paella, ni pa’ ti ni pa’ nadie...
Mientras los ricos, por educación, se tragan sus palabras; los pobres, por hambre, se tragan sus palabras...
En fin...
Cordero hasta cierto punto tiene razón: No es un país de pobres, sino de jodidos y de ricos, si no, baste el ejemplo con el siguiente cuento:
Un bebé rico, por azares del destino, se encuentra al lado de un bebé pobre... usted se ha de preguntar cómo es esto posible: fácil: En cualquier gira de campaña de algún candidato que, para rozarse a toda madre con la raza, lleva a su esposa con la cría.
El pequeño junior al ver al escuincle prieto, panzón, con un pañal amarillento, le dice:
–O seaaa... ¿por qué estás tan oscuro, wey?
A lo que responde el otro:
–¡Qué te pasa, pendejo!, ¡“oscuro” haz de tener el cuchitril!
–¡Ay, qué naco! Mira, yo buena onda wey, tratando de hacer plática, pero si sigues en ese plan... ¡abur!
–Está bien, pero trankis, no te me aceleres con tus comentarios...
–Ya tengo hambre, wey, y mi Daddy sigue aquí con esta gente tan extraña... wey....
–Pus sí, la neta sí... ya me rugen las tripas...
–¿Y si lloramos para que nos den de comer, wey?
–Pa’ luego es tarde... niña a quien no le salga mocos cuando llore...
Y empieza el lloriqueo. La nana del junior, ante la mirada amenazante de la Señora del Candidato, de inmediato sacó una mamila que puso en la boca del “beibi”. Mientras, la mamá del bebé pobre, con un rebozo, tapaba su pecho y acomodaba al bebé para que succionara la leche...
–¡Qué rica está mi bebida!– dijo el Junior...
–¿Qué es eso?
–Pues es algo que siempre tiene mi alimento calientito, dulce y rico... aunque acá entre nos, deja decirte que en la puntita, primero tienes que morderle bien porque deja un sabor a plástico que después se pierde... creo que le llaman Biberón... pero, ¿tú qué tomas?
–Pues... algo que está bien rico...
–¡No te hagas! ¡Qué es eso!
–Pus le dicen “chichi”...
–¿Y qué tal sabe?
–Mira, la neta acá entre nos, sabe bien rica, es calientita y también es dulzona aunque eso sí, tienes que morderla muy bien porque primero tiene un sabor a Bacardí y a Marlboro ¡pero después se le quita!
A fuerza de ser sinceros, creo que Ernesto Cordero tiene razón: Es posible salir de la pobreza en nuestro México maravilloso, si no, que nos desmientan nuestros políticos y uno que otro “periodista” que hoy sencillamente son más que ricos... ¡jodido uno!
Pero en un juicio muy práctico, hemos de decir que el único pobre que hay en México es el secretario de Hacienda: ¡Pobre Cordero!

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