martes, 2 de agosto de 2011

¿Sabes reconocer a los MISERABLES?

Pedro Manterola Sainz
Hoja de Ruta

Hemos visto y alucinado los diversos parámetros, fórmulas, adjetivos e instituciones que se utilizan para medir la pobreza. Desde el aspecto más elemental que toma como base los ingresos por familia, el desempleo, porcentaje de empleados en la economía informal, tipo y características de vivienda, servicios básicos por hogar, educación, acceso a la canasta básica, medicinas y servicios de salud, hasta los que consideran los niveles de cohesión familiar, espacios comunes de convivencia, tiempo destinado al ocio y el esparcimiento y otros que pueden ser incluso subjetivos. La pobreza tiene también múltiples factores para entender su origen y reproducción, y otros tantos que explican las dificultades de su eliminación. Pero hay un elemento incuestionable y palmario para su erradicación: la corresponsabilidad irrefutable, ineludible en los tres niveles de gobierno, en el Poder Ejecutivo y en el Congreso de la Unión, es decir, el Poder Legislativo.
Impulsar condiciones para la inversión, construir la infraestructura para el desarrollo, es decir carreteras, puentes, caminos rurales e interparcelarios, puertos, comunicaciones, luz eléctrica, introducir servicios básicos en colonias y comunidades marginadas, apoyar a la micro, pequeña y mediana empresa y a los productores agropecuarios de esos mismos niveles, dotar del marco jurídico adecuado a empresas y trabajadores, a inversionistas y sindicatos, garantizar seguridad y estabilidad social y política, son tareas que ningún gobierno hace a cabalidad y nadie atiende más allá del discurso, la foto y el listón.
Ya sabemos, o podemos saber, como se miden los niveles de pobreza. Pero para hacer manifiesta la corresponsabilidad, para que nadie eluda sus compromisos y obligaciones, propongo un mecanismo de Medición de Responsabilidad Pública y Miseria Política, que podría llamarse Medición Interdisciplinaria y Sectorial Equidistante de Responsabilidad en Asuntos de Beneficio y Legalidad Edificante y Sustentable (MISERABLES), mismo que nos permitiría conocer los niveles y grados de miseria política en presidentes, ediles, gobernadores, secretarios, ministros, dirigentes, precandidatos, legisladores, funcionarios y un muy extenso etcétera.
Algunos factores a considerar para medir que tan alto están todos y cualquiera de ellos en la escala de MISERABLES, podrían ser:
1.- Nivel de vida e ingresos antes, durante (y de preferencia después) del cargo que ostenten al momento de la medición.
2.- Relación proporcional de sus ingresos con los niveles de pobreza en su ámbito de competencia, que puede ser municipal, distrital, regional, estatal y/o federal.
3.- Experiencia previa y preparación académica para desempeñar el cargo que ocupan. Otras variables serán la medición de su nivel cultural elemental, su grado de comprensión en la lectura de textos básicos y su capacidad de redactar sus propios discursos y la facilidad para hacerse entender en alocuciones espontáneas.
4.- Nivel de conocimiento del sujeto en su entorno y área de desempeño. (El nivel de conocimiento es distinto al porcentaje de aceptación que tenga el interfecto entre la población de su área de desempeño).
5.- Nivel de aceptación ciudadana del sujeto en su área de desempeño. Se podrán tomar en cuenta dos variables: si es muy querido, carismático y popular, y si es querido, carismático, popular y efectivo en su desempeño.
6.- Nivel de conocimientos del sujeto sobre la problemática de su área laboral, el territorio geográfico, los sectores de población que la habitan, las actividades económicas en dicho territorio, sus características, principales demandas y necesidades, y acciones al respecto en su entorno de responsabilidad, así como el grado de participación que tenga en la búsqueda e implementación de soluciones efectivas y concretas para cada uno de esos problemas.
6.- Tipo de relación entre el sujeto y sus pares, es decir, entre él y otros funcionarios, legisladores, ediles, etc., medición en la que incidirán la transparencia de sus compromisos y relaciones, sus aptitudes para el entendimiento en la pluralidad, y el nivel de diálogo constructivo en la diversidad, entendido “diálogo” como la capacidad para elaborar acuerdos y compromisos viables de beneficio colectivo.
7.- Respeto mostrado por el sujeto hacia las instituciones que representa y hacia otras que determinan y regulan el tipo de convivencia entre los individuos en una sociedad civilizada, o que aspira a serlo. (Por ejemplo, que tanto respetan a los partidos políticos, a la Cámara de Diputados, la Cámara de Senadores, unos a otros y entre sí, al IFE, al ISSTE, al IMSS, a las distintas Secretarías, a los Ayuntamientos, a las iglesias, al Presidente, y a sí mismos.)
7.- Días y horas a la semana que el sujeto dedica a cumplir su responsabilidad, sin contar desayunos, comidas, cenas, encuentros sociales, bodas, viajes de trabajo, comisiones de más de 3 días hábiles en el extranjero, playas, spa´s o sitios turísticos, reuniones cerradas en lugares siempre por confirmar con el personal íntimo y cercano, y otras de índole dudosa o ya francamente obvia.
8.- Número de gestiones, audiencias, iniciativas, minutas, bitácoras, oficios, tarjetas informativas, llamadas, peticiones, mítines y otras de índole similar, así como las respuestas obtenidas y el impacto de cada una de estas acciones en sus niveles de desempeño.
Este recuento es necesariamente incompleto. Es un borrador en el que se aceptan sugerencias, adiciones, propuestas, ideas y corresponsabilidades.
Veamos, pues, como andan nuestros gobernantes de MISERABLES.

pedro.manterola@hotmail.com

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