Monólogo crítico

Arturo Reyes González
Burladero

Cada que veo a través de los medios de comunicación la vapuleada que arremeten en contra de Humberto Moreira diputados, senadores, empresarios de Coahuila y por supuesto el pre candidato panista a la presidencia Mr. Been, Ernesto Cordero, quien no puede ni va a desaprovechar la oportunidad, y hoy hasta el mismo presidente Calderón, vienen a mi mente las siguientes dudas:
¿Había necesidad de esto?, ¿acaso el “gelboy” Peña Nieto y su equipo no tenían idea o no sabían de qué pie cojeaba Moreira?, ¿por qué poner en la dirigencia nacional del PRI a alguien tan vulnerable? Mi auto respuesta es que no fue un error, eso debe ser imposible, ya que de ser así los mostraría ingenuos y torpes, lo cual simplemente no puede ser ya que atrás están el ex presidente Carlos Salinas y otro grupo de políticos experimentados (entiéndase mañosos) con mucho oficio político. Por el contrario, tienen bien medida y montada su estrategia.
Entonces no, la respuesta es no, y continuando con el idílico ejercicio de tratar de encontrar posibles respuestas, pienso que quizá sea una táctica para que las baterías enemigas se centren en el payaso que resultó ser el ex gobernador norteño, quien desde que llegó a la dirigencia nacional tricolor gustó de hacerse el gracioso con sus apodos y comentarios burlones y hasta despectivos hacia otros políticos del ámbito nacional, y hoy gracias a la inmensa deuda que dejo en su estado natal ya no siente lo duro si no lo tupido.
¿Pero qué gana con esto el equipo peñanietista? Pues que se ocupen del bufón Moreira y dejen en paz al ya casi candidato gelboy, tratando de controlar los riesgos colaterales que representan el descredito priista y midiendo que la imagen del partido no se desplome totalmente. Esto es, habrá que cambiar la dirigencia no tardando.
Con esto, la imagen del candidato es la que se mantiene intacta, al menos hasta ahora sin manchas aparentes y apostarían a que sea la que arrastre a las masas a las urnas, pasando obviamente por encima de la institución, del partido, que ha resultado el juguete para que los contrarios se entretengan y que tanto trabajo costó rescatar y consolidar a la ex dirigente Beatriz Paredes, quien a base de un trabajo serio, profesional y de altura había recobrado cierto grado de dignidad lo que le permitió ganar un buen número de elecciones en estados a lo largo y ancho del país.
Lástima, pues, por el excelente trabajo de doña Bety, todo sea por el fin que representa el regreso del PRI a la Presidencia.
El caso Fidel Herrera
Son varios los espacios que se ocuparon la semana pasada del posicionamiento del ex gobernador Fidel Herrera en la memoria de los veracruzanos, al menos de los de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, señalando y destacando que en un sondeo salía “bien recordado” y hasta con simpatías para ser candidato a un puesto de elección popular.
¿Acaso alguien duda que el ex gobernador sea conocido y recordado? ¡Pero cómo no va a ser conocido, claro que debe serlo! Me parece que ese punto no está a debate.
Lo interesante me parece sería pasar a la evaluación de factores concretos, de esos que utilizan mediciones serias realizadas por profesionales, por casas encuestadoras reconocidas y no por cualquier despacho a modo, como solía suceder durante el sexenio pasado, o por un sondeo “ocasional”, como lo fue el que se realizó la semana pasada, del cual no está en duda su intensión de contar en su momento con un retrato del momento político, y que además goza del respaldo de una empresa radiofonía seria y crítica en la zona referida, pero que estamos de acuerdo no fue hecho con otra idea que medirle el agua a los camotes.
Porque planteando preguntas serias y bien hechas acerca de la imagen del ex gobernador, veríamos entonces, estoy seguro, una realidad concreta y probablemente distinta a la que se nos planteó a los ciudadanos de un posicionamiento con una orientación hasta positiva.
En concreto, me parece que el caso de Herrera es como el caso del dirigente nacional priista Humberto Moreira, si no igual, demasiado similar. Así de fácil. Y miren cómo está Moreira hoy. Basta ver ese ejemplo. Aguas.

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