sábado, 28 de abril de 2012

Regina

Salvador Muñoz
Los Políticos

Sé que nada de lo que escriba habrá de devolverme a la Macha, como cariñosamente bautizó Raciel, si no mal recuerdo, a Regina Martínez.
Si había una reportera en toda la extensión de la palabra que cumpliera con ese papel en Veracruz o en el país, ninguna como la Regis.
En una época donde el panismo y el perredismo en pañales no tenían voz, Regina fue el conducto para que sonaran fuerte... lo sabe Uriel, Fidel Robles Guadarrama, el Búfalo Alejandro Cossío, Sergio Vaca Betancourt y César Leal Angulo, entre otros, que vieron en ella, a una reportera valiente que iba en contra de un sistema caracterizado por su arbitrariedad y prepotencia... y a Regina poco le importó eso porque primero estaba el periodismo audaz, valiente, punzante, certero que practicaba y que, por lo mismo, lastimaba y dolía al poder en turno...
Sí, sé que nada de lo que escriba cambiará algo... porque es seguro que Regina no fue el único, el primero o el último caso... por donde quiera que se le vea, por la hipótesis que levanten, por quienes caigan detenidos o presenten indiciados, de cualquier modo, Regina duele.

Duele porque indigna el entorno de su muerte.
Duele porque conociendo a la Macha como era, es seguro que mantuvo su frente en alto...
Duele porque hay lugar a desconfiar de quienes supuestamente deberíamos confiar...
Duele, porque baste cerrar los ojos para verla machacando el teclado, con el cigarro al lado y una taza de café, transcribiendo su nota.
Duele porque se va una maestra del periodismo crítico...
Duele, porque no habrá mujer que haya llevado el trabajo del periodismo y de investigación, a un nivel de orgullo, ética, honestidad y valentía, más allá del que muchos, apenas si logramos imaginar.
Duele Regina, la amiga, la compañera, la reportera, la periodista...
Duele hasta las lágrimas, hasta al miedo, hasta al recelo...
Porque se quiera o no, cada uno de nosotros pensamos un responsable... Porque se quiera o no, los dedos lo señalan...
El “robo” a su casa, aseguraba a amigos, sonaba más a advertencia...
Regina deja en el periodismo un gran vacío que será muy difícil de llenar, pero a su vez, deja una escuela muy fácil de seguir: El de ejercer este noble oficio del periodismo, con un solo objetivo siempre en mente: Investigar para acercarse a la verdad.
¿Molestará? ¡Claro que tiene que molestar! ¿dolerá? ¡claro que tiene que doler! Señalar los errores y demás “atributos” de nuestros funcionarios es el objetivo...
Por supuesto, no es deber seguir esa escuela que dejó Regina... debería ser una obligación que como tal, pocos son los que están dispuestos a ejercer... porque para ello se necesita primero, tener la convicción de ejercer periodismo; segundo, tener “los suficientes” para hacerlo, y tercero, ser la Macha, ser Regina Martínez.
Un abrazo mi querida Regis en espera de que tu caso no pase a ser otro caso más donde no tengamos respuestas... como ya es costumbre.

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