martes, 17 de abril de 2012

¡A volar candidatos!

Salvador Muñoz
Los Políticos 

Bueno, una de mis dudas en torno a cómo se mueven los candidatos a la presidencia de la República, me la aclara en la mañana de ayer “Reforma”, y no me refiero a cómo mueven el bote... tampoco a que los agarren con una “movida” o sin referencia alguna al famoso “muévete como anoche”... no, para nada.
El asunto es a cómo se trasladan de lugar a lugar, de punto a punto, de extremo a extremo del país...
Ya hemos visto en otros casos algunos ejemplos de ello, como cuando Josefina se movió.... bueno, se trasladó en una moto... o inolvidable es el tsuru blanco de Andrés Manuel... ni qué decir de la combi “Misterio a la Orden” de Quadri.
Ahora, “Reforma” nos muestra otra forma de moverse de nuestros candidatos... ¡vuelan!
El asunto es que ante ello, me surgen más dudas que concentro en un “Dime en qué vuelas y te preguntaré de dónde sale”.
Quizás un alto porcentaje de la población desconozca lo que es volar... bueno, no tanto... volamos por llegar temprano a la escuela; volamos por llegar a tiempo al trabajo; nos echamos el volado para ver quién va de volada por los chescos a la tienda; los señores de mi edad de seguro se echaban la coreografía de “Vuela, vuela” de Magneto; los más ruquitos, con brazos de avioncito, cantando “Vooolaréee... cantaré...”; en Veracruz, tenemos a nuestros voladores de Papantla; quién no recuerda los famosos “Volare”; por supuesto, ¿a quién no lo han mandado a volar, paloma?, como a Josefina Vázquez cuando repartía ¡volantes! en las casetas y restaurantes.
Viéndolo desde esa perspectiva, entonces, la raza de bronce sí sabe lo que es volar.
El asunto es que Enrique Peña Nieto utiliza un par de Jets, cuatro helicópteros y si es necesario mover a toda la raza, ¡por qué no un Boeing! claro que a la “perrada” le toca un “Boing” pero de tamarindo.
Mientras que Josefina, más discretona, utiliza un Learjet 45 alquilado a la empresa “Programa Millas”. Es decir, renta la aeronave por 200 horas aunque en el DF, al igual que el priista, también le da por rentar helicóptero.
Por su parte, López Obrador viaja por vuelos comerciales, dicen que unas tres veces por semana y como cualquier hijo de vecino (con lana, digo, para poder viajar en avión aunque sea comercial), espera en la sala, pasa por el detector de metal, deja sus cositas en la charola, y aborda el avión. Eso sí, dicen que mientras espera, no falta uno que otro que se acerque a pedirle un autógrafo (esa necedad de volver a nuestros políticos en rockstar) o tomarse una foto con él a la que accede gustoso... ¡claro! dicen que por una foto de AMLO, otra de Josefina y una de Quadri, ¡dan una de Peña Nieto!
Ah, ya que citamos a Quadri, dice que sólo en dos ocasiones, por extrema urgencia, ha tenido que hacer uso de dos privados... ¡ejem! quise decir dos vuelos privados y los demás, han sido en vuelos comerciales.
Se entiende... tienen mucho menos de 70 días para dar a conocer sus propuestas a lo largo y ancho del país, pero eso no le quita a uno de la cabeza el hacerse esa pregunta: “Dime en qué vuelas y te preguntaré de dónde sale”...
¡A volar candidatos!

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