lunes, 7 de mayo de 2012

Democracia con escote

Salvador Muñoz
Los Políticos 

Es absurdo el IFE al ofrecer disculpas por el atuendo de la edecán más famosa de Mexico.
Digo “absurdo” porque se le está dando más importancia al mal gusto y buen busto de una edecán que vino a echar abajo la teoría warholiana de quince minutos de fama para ubicarla en ¡quince segundos de fama! Es el tiempo en que dicen, aparece en escena la famosa edecán.
Y digo mal gusto por aparecer ¿en un vestido de coctel acaso? cuando la solemnidad del evento te pedía mínimo un traje sastre.
Y digo buen busto porque el escote evidenció dos de los grandes atributos de la joven playmate y nadie puede negarlo.
No obstante ella, el ejercicio democrático entre los cuatro candidatos dejó ver algo más que curvas y un busto tan generoso como el escote... permitió ver a los candidatos un poquito más en su papel.
Por ejemplo:
Gabriel Quadri sin duda alguna se pudo haber llevado la noche de no ser por Julia Orayen. El candidato del Panal fue claro, atinado, con idea precisa de su intención, vamos, una persona preparada y además, con sentido del humor al declarar que la presencia de la edecán “lo puso nervioso”.
Andrés Manuel López Obrador se mostró como siempre: con perfecto dominio sobre las tablas, conocedor de los temas que abordó y punzante, ácido en sus comentarios y hasta ocurrente con sus comparaciones y analogías históricas.
Josefina Vázquez Mota quizás fue la misma. Si bien fue incisiva en sus señalamientos contra el candidato del PRI, le falta la emoción que contagie y la chispa que provoque una explosión masiva en sus dichos. No obstante, no me dejó mal sabor de boca.
Es Enrique Peña Nieto quien sorprende. ¡Vamos! Si usted vio el debate, dígame si no esperaba verlo resbalar, cometer una estupidez, decir una pendejada. Se defendió como pudo y sin ser palero, he de reconocer que no es el mismo Enrique Peña Nieto de la FILU al del debate. Quizás le falte analizar que no está bien eso de que “le faltaba tiempo” para responder a las críticas porque sencillamente es el mismo tiempo que tuvieron los demás participantes o eso de que “lo estaban atacando”. El papel de víctima es bueno sólo en las telenovelas...
Las propuestas, para mí, salen sobrando porque no son más que buenas intenciones en los cuatro. Del dicho al hecho... Aquí, en el debate, es más para mí, un juego de ideas, de confrontación de pensamientos, de esgrimir argumentos y pudiera decir como ciudadano, que estuvo bien, pero puede estar mejor...
Quizás debiéramos valorar ese juego de palabras que hubo entre ellos y exigirle más el IFE que rompa su acartonado procedimiento donde los temas y preguntas fueron estudiados con tiempo.
Por eso, si ofrece disculpas el IFE, creo que no debe ser tanto por el atuendo de Julia Orayen, la edecán, sino por acartonarse demasiado en sus métodos de debate... al menos yo quiero verlos más fuertes, más agresivos, más naturales, con sus propios errores y defectos ante preguntas y temas, que no esperen ni imaginen, que los agarre de sorpresa...
Mientras, tenemos las siguientes dudas en torno al próximo debate:
a) ¿La edecán participará el diez de junio en el otro debate?
b) ¿Playboy será patrocinador del siguiente debate?
c) ¿Habrá un nuevo refrán: jalan más un par de tetas que un debate?
d) ¿Alguien vio qué feas estaban las zapatillas de la edecán o soy el único fijado?
e) ¿Por qué decían que la edecán con ese escote parecía rusa?
f) ¿El escote de Julia era una especie de vaticinio de que uno de nuestros candidatos vivirá de la ubre presupuestal?
g) ¿Alguien creyó que llevando a esa edecán se le vendría abajo el ratting a Salinas Pliego?
h) ¿Tendrá el mismo éxito el debate del diez de junio si no va Julia?
i) ¿Los quince minutos de Warhol serán sustituidos por los 15 segundos de Orayen?
j) ¿El IFE pondrá una agencia de edecanes?
Éstas y otras preguntas se quedan en el limbo mientras esperamos el próximo encuentro de nuestros candidatos en un debate donde es claro que hoy por hoy, nuestra democracia tiene escote.

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