martes, 1 de mayo de 2012

Regina Martínez, reportera excepcional

Sergio Vaca Betancourt Bretón

En octubre de 1998, debido a que entonces fui Diputado Local por primera vez, conocí a Regina Martínez, reportera del periódico “Política” que cubría la información proveniente del Poder Legislativo Veracruzano.
Me sorprendió su físico (muy bajita, delgada, de voz suave), la manera en que entrevistaba (a fondo, con preguntas inteligentes e incisivas) y la forma en que reporteaba (con apego a la verdad y sin temor a las represalias, aunque se tratara del Gobernador en turno).
Nos caímos bien desde el principio y así nació una amistad que se consolidó a través de 14 años, durante los cuales aprendí a admirarla y respetarla profundamente por su desempeño profesional limpio, honesto y con valor ilimitado.
Escribía muy bien, con lenguaje claro y directo. Aunque su estilo era crítico no utilizaba palabras ofensivas. Nunca derramó alabanzas ni se valió de su columna para granjearse simpatías con los funcionarios públicos de más alto nivel.
Jamás publicó algo que careciera de respaldo. Exigía la documentación que confirmara los datos e investigaba con otras personas el tema hasta cerciorarse de la verdad. Sólo entonces, estando convencida de que la información era cierta, la difundía en su columna.
Nunca aceptó dádivas, como hacen muchísimos reporteros del ambiente político, para ocultar información, calificar de funcionarios ejemplares a los servidores públicos ineficientes, convertir en honestos a los corruptos y a los tontos en inteligentes. Y por supuesto no escribía ridiculeces.
Su compromiso, de periodista responsable y seria, fue siempre con el medio de comunicación en que trabajaba y con sus innumerables lectores. No aceptaba recibir “línea” de sus patrones, aunque eso significara quedarse sin empleo. Por esta manera de actuar salió del periódico “Política”, donde se formó al lado del inolvidable Lic. Angel Leodegario Gutiérrez Castellanos, quien siempre le permitió, y hasta alentó, que escribiera con absoluta libertad.
Cuando el sábado por la noche recibí una llamada telefónica de otra reportera para avisarme del homicidio de Regina Martínez, mi primera reacción fue de incredulidad. Me comuniqué con otros colegas de ella que confirmaron su asesinato, y aunque jamás he sido “lagrima pronta”, se me escurrieron las lágrimas.
Regina Martínez no era rica, nunca le interesaron ni tuvo bienes materiales. Vivía modestamente dedicada 100% al ejercicio de su profesión. Robarla no puede ser la causa de su homicidio.
Creo que Regina Martínez fue asesinada por motivos de venganza de algún ex funcionario o funcionario, de quien ella ventiló sus malos manejos, a través de sicarios.
Creo también que su homicidio, como tantos otros, aunque se diga “será investigado a fondo”, “llegaremos hasta las últimas consecuencias” y “será designado un Fiscal Especial” nunca se aclarará. Ojalá me equivoque.
Concluyo afirmando que Regina Martínez, reportera excepcional y ejemplo del periodismo libre, no ha muerto. Seguirá viviendo en la mente de sus lectores, quienes añorarán sus reportajes, y sobre todo en el corazón de sus amigos.
Hasta la vista, Regina, con la admiración de siempre.

No hay comentarios: