Un debate aflojado en terracería

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Brenda Caballero
Números Rojos 

Por fortuna, no tuve que volver a chutarme la sonrisa de Lupita, es más agradable Javier Solórzano, un tipazo. Pero no me lo tome a mal, no tengo nada en contra de la moderadora del debate anterior, simplemente su sonrisa se me hacía muy forzada y sin lugar.
En cambio, el moderador de este debate fue más ad hoc con el tipo de evento, más firme, conciso y preciso, ¡sabía su chamba! ¡Hasta las canas se le veían bien, un toque interesante y maduro! Creo ya me estoy saliendo de contexto.
Así que regreso al Segundo debate que se llevó a cabo el pasado domingo en la noche, ahora sí, en los canales de mayor audiencia televisiva! ¿No que no?...Gracias ¡Yo soy 132!
Aunque por cierto… a pesar de la difusión, hubo varios indiferentes a verlo argumentando más de lo mismo u otros se durmieron, pues dicen, no salió la edecán.
Pero entrando al debate con formato nuevo, hubo variación en los tiempos de respuesta, oportunidad hasta de contestar descalificaciones, incluso, juego de cámaras, ¡luego, luego se notó el cambio de producción!
Aunque no fue el único cambio: las estrategias de debatir de los candidatos presidenciables también cambiaron a excepción de Gabriel Quadri, que se quedó en lo mismo. Un Quadri que se encuadró en “Los políticos de siempre”, y que trató de mantenerse ciudadano, cuando poco a poco sufre el mismo cáncer de poder que los demás políticos al ser cómplice de la maestra más querida de México, Elba Esther Gordillo; y del respaldo a su partido de designar a su hijo Luciano candidato suplente plurinominal, como lo escribía precisamente en mi columna de ayer.
Un Quadri que más parecía moderador que candidato, pues se dedicaba a lanzar preguntas para que los demás candidatos las contestaran. Incluso al iniciar el debate “predijo” descalificaciones hacia su persona ¿sentirá cola que le pisen?
A Josefina se vio más agresiva, aunque realmente no me convenció del todo, a veces parecía forzada, otras poética con el México que yo quiero y conozco y otras dizque imaginativa y chistosa al convertir a Cuadri en una candidata que obedece a su mamá, un Peña en una mujer muy fashion pero con mañas y malas compañías y una fémina López Orador bipolar.
Lógicamente, ella era una simple mortal, como todas las mujeres que luchan día a día, aunque se le olvidó que también gasta día a día grandes cantidades en ropa y joyas exclusivas de diseñador.
Ahora que siendo sincera, he de reconocer la labor de investigación de candidatos, cual Centro de Espionaje y el valor de hablar y decir lo que muchos mexicanos querían oír, pues sin su sal y pimienta, el debate hubiera estado más plano que unas nalgas sentadas diez horas al día.
Lógicamente, era la obligada a descalificar por su tercera posición, a buscar entre lo más recóndito de Peña y López Obrador, con el fin de cuestionarles hasta la primera vez que se orinaron en la cama. ¡Puntos son puntos! ¡Y hay que ganarlos a cualquier costo!
Enrique Peña, fue prudente, aunque le faltó pasión para hacerse más deseable; se limitó a dar sentido a sus propuestas aunque se comportó como puntero, y sobrevivió al debate… lástima que le faltó abundar un poco en el movimiento ¡Yo soy 132!, pues era una oportunidad para reconciliarse con los jóvenes.
Mi sorpresa fue Andrés Manuel López Obrador, quien se ve que después del primer debate, fue a clases de yoga y practicó ejercicios de respiración, paciencia y tolerancia evitando verse intransigente, irascible o ¿será que el domingo se levantó amoroso?
Sea lo que fuere, lo que le falta a López Obrador es una calculadora o un asesor matemático que le oriente sobre cómo hacer operaciones básicas de suma, resta y división, pues con esos números, ni la misma maestra Gordillo podría ayudarlo.
Y hablando de números, algo que llamó poderosamente mi atención fue la insistencia de Gabriel Quadri en que los políticos explicaran de donde sacarían recursos, mientras él proponía la creación de la Secretaría de la Vivienda y el Instituto Octavio Paz, con presencia en todo el planeta… Híjole ¿de dónde va a sacar recursos para acaparar el mundo entero? Además de que le falló su estrategia de “los políticos de siempre” pues Peña Nieto y Andrés Manuel, ni se tocaron.
Todos nos preguntamos quién ganó el debate… algunos dicen que López Obrador, pues se vio mesurado y tranquilo, aunque un poco “aflojado”. Otros más dicen que Peña Nieto, pues salió bien librado; otros más mencionan que Josefina, pues dicen que fue la única que debatió y no falta quien le da el triunfo a Quadri, por sus propuestas.
La verdad, dijera el dicho, “cada quien habla de como le va en la feria”, o lo que es mejor, como se divirtió en la feria. En pocas palabras, todos vemos las cosas de forma diferente, no precisamente como es, sino como somos nosotros o como queremos verlo.
Sin embargo, una cosa es ganar el debate y otra muy distinta ¡la elección!


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