Y cuando despertemos

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Salvador Muñoz
Los Políticos

Cuando despertó, el dinosaurio aún estaba allí.
El micro-relato de Augusto Monterroso bien puede servirnos como lección de un evento político-electoral que puede ocurrir pasado el primero de julio: el regreso del PRI a Los Pinos...
¿Dije “el Regreso”?
Bueno, de cierta forma sí, pero por eso hacía alusión a Monterroso... el PRI nunca se fue, siempre estuvo allí... quizás hubo un momento que, al ver el meteorito, muchos de ellos desaparecieron o se desperdigaron, pero al final, volvieron a juntarse, a organizarse y a su vez, consolidarse, al grado que, pasados doce años, tengan una gran pata dentro de Los Pinos y la mayoría de los estados de la república en su poder.
Es claro que en su operativo para regresar a Los Pinos, nunca tomaron a las redes sociales y mucho menos a los movimientos de génesis puros como es #Yo soy 132, pero cuentan con una ventaja: La desidia y/o ignorancia de un pueblo que sencillamente le vale madres la política o peor aún, no lee.
Así, el priismo acepta de cierto modo (porque no sabe cómo contrarrestarlo) estos movimientos apostando al desprestigio de ellos a través de columnistas y articulistas que no dejan de ver a los jóvenes como instrumentos de otro poder...
Por otro lado, las redes sociales se centran en conformación de grupúsculos donde cada fuerza anti-priista arroja su bilis, argumentos, ofensas, razonamientos para que iguales a ella, se deleiten disfrutando el escarnio que se hace del candidato del PRI por Los Pinos...
Cierta ocasión, una maestra que se molestó por un comentario mío en torno a Peña Nieto, aceptó mi argumento pero me remató con una frase: “El voto duro no está en las redes sociales”.
Sinceramente, me sacudió su expresión.
Si bien es cierto, hay un alto porcentaje de individuos que surcan el universo de la web todos los días, ¿cuántos de ellos realmente lo harán para informarse?
El twitter o el facebook sencillamente es utilizado como una forma de vida alterna donde al igual que el chat, podemos ser otros, tener amigos, enterarnos de otras vidas y poner los miles y miles de pensamientos sabios de otras personas porque nunca, jamás, podremos poner realmente lo que pensamos porque hay mediocridad en nuestra vida.
Eso entonces disminuye el poder de las redes sociales, al menos en México... y en Veracruz con más razón, bajo el temor de que cualquiera de los 140 caracteres que pongas, podrá ser usado en tu contra... se quiera o no, una forma de represión, si no, que nos cuente Maruchi Bravo.
Nos quedamos entonces con un sector de activistas en las redes sociales que, si bien apostemos que son personas con argumento, poder de discernir, entender y no llevarse por sus pasiones, sólo se concentran allí, en la web y un grupo aún más pequeño que ellos, realiza actividades ideológicas y de partidismo fuera de la red...
Así que si pensamos o soñamos que el cambio está en las redes sociales y en la juventud, permítanme decirles que entonces estamos equivocados. Las redes sociales aún son eso: redes sociales donde encontraremos y haremos amiguitos pero estamos lejos de conformar una organización que mueva, sacuda y cree conciencia... vaya, creo estamos lejos de que #Yo soy 132 y las redes sociales hagan el cambio.
El cambio está afuera, en cada uno de nosotros y con la gente de a deveras, con la que trabaja todo el día; con ésa que vende de sol a sol sus muebles, sus verduras, es tendero, es empleado, ama de casa, madre soltera, aquél que viaja en camión con cara de muerto, conoce el salario mínimo en su real expresión (mínimo-mínimo), que es posible que vote... o que no, pero si de verdad se quiere un cambio, ¿qué queremos? ¿qué le vamos a ofrecer a esta gente para que razone su voto... o mejor aún, salga a votar? ¿esperanza? ¿buenos deseos? ¿oportunidades? ¿una mejor vida? ¿utopías?
PRI, PRD, PAN y Panal también se los ofrecen... pero está en cada uno obtenerlo sin esperar a que nuestras autoridades lo hagan por nosotros... quizás por eso entendería la desidia de un pueblo que puede tener acceso a la información, pero si no le genera ni tantito cuestionamiento o curiosidad para aprender, saber, discernir, no nos extrañemos que cuando despertemos, Peña, el Peje, Chepina o Quadri, estén allí... porque de cierto modo, todos son dinosaurios... no nada más el PRI.

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