Los Políticos
Más que denuncia o exhibición, el caso de las “casas” (por decirlo eufemísticamente aunque debieran citarse como mansiones) de los Yunes y los Duarte mueve más a presunción de su parte, y de envidia, quizás en algunos lectores.
Dice Gina Domínguez, en su carácter de vocera del Gobierno del Estado de Veracruz que “el gobernador Javier Duarte de Ochoa no tiene ni jamás ha tenido propiedad alguna en territorio de Estados Unidos”…
La respuesta de Gina es lógica… ¡qué chingados esperaban los reporteros que contestara! ¡Ah, claro! Sí, por supuesto… esperaban la declaración patrimonial del Gobernador o ya estando en un plan exigente, el historial patrimonial de Javier Duarte desde que hizo su aparición política a la fecha, lo que a ciencia cierta, no implicaría mucho… unos ocho años.
Eso sí, no podemos exigirle a Gina Domínguez que nos de-muestre de quién es la casa que en su edición de ayer, el diario REFORMA en su primera plana, señala como propietario al gobernador. Eso es competencia del diario, que puso como tal a Javier Duarte.
Pero, se ha de preguntar por qué enfatizo más el señalamiento que se hace al Gobernador que al que se hizo a Yunes Linares y a su hijo Miguel Ángel…
Si bien los Yunes Linares y Márquez igual están bajo la sospecha ciudadana al tener los caserones de dimensiones desproporcionadas (al menos para un simple mortal como su servidor), pues ambos han sido funcionarios públicos y por lo tanto, corrieron por sus manos dineros públicos, en estos momentos, hoy por hoy, Javier Duarte es gobernador, representante popular, el encargado de manejar los dineros de Veracruz…
El ideal es que, ya que ambos fueron balconeados con las que se presumen son sus “casas”, mínimo, por pudor, por transparencia, debieran mostrar realmente cuáles son sus propiedades, así como ponerse a disposición de Hacienda federal para que cheque, centavo por centavo, cómo es que llegaron a sus manos.
Por supuesto, quedan fuera de este ideal la Contraloría y el Orfis que es más que evidente, son estupendas “tapaderas” de sus intereses.
Ahora que si quiere hacer más interesante este asunto de las casas entre funcionarios (conste, puse funcionarios, para no herir susceptibilidades de alguno que otro comunicador), ¿qué tal sacar todas las casas de todos aquéllos que han ocupado cargos en los últimos dos sexenios? Sí, desde el alemanismo, pasando por el fidelismo y lo que llevamos de éste…
Posiblemente nos encontraríamos con que algo ha de tener el servicio público que puedes llegar con una mano atrás y otra por delante, y al cabo de unos años las manos no te alcanzan para contar lo acumulado a través del servicio a tu municipio, estado o país… ¿o acaso conoce a político pobre? Quizás a uno que otro pobre político que no ha visto la suya y sigue en espera de un hueso, de un cargo que le garantice que en su vejez, ha de descansar en una mansión así, como la que dicen que tienen Yunes Linares, Yunes Márquez o Javier Duarte…
Porque el ciudadano común puede joderse el lomo como Burro toda la vida pero jamás podrá hacerse de una o mucho menos de dos caserones allá por el Kilómetro 31 de la carretera federal Xalapa-Veracruz, justamente a mil metros de llegar a Plan del Río, que, dicen, hasta helipuerto tiene… de ser así, es seguro que el Contralor Iván López ya estaría investigándolo…
Mientras, es seguro, tanto las “casas” de Yunes Linares e hijo, así como la de Javier Duarte, quedarán en la pura ostentosidad… ¡pinches presumidos!
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