Sergio Vaca Betancourt Bretón
En diciembre
de 1996, aprovechando que estábamos en Nueva York, fui con mi hijo Sergio a ver
el Christmas Show en el Radio City Music Hall, que concluía con una
representación del nacimiento del niño Jesús en la que aparecían los 3 Reyes
Magos montados en un caballo y un camello de verdad, siendo el elefante de
utilería.
Al entrar nos
entregaron un folleto que en su última página traía en inglés un poema
intitulado “Una vida solitaria” cuyo
contenido es extraordinario por la información que aporta y yo desconocía, pero
además, a pesar de que no soy lágrima
pronta de los que lloran por cualquier cosa, leerlo hizo que se me
escurrieran lágrimas.
Lo traduje al
español para obsequiarlo a algunos amigos. Como este año ha sido singularmente
violento debido a los levantamientos en varios Países Árabes para sacudirse a
sus dictadores, los combates diarios en Siria y la masacre de 20 niños hace
unos días en el pequeño pueblo de New Town, Connecticut, Estados Unidos, que
tiene estremeciéndose al mundo, me parece oportuno reproducir ese poema, cuyo
autor desconozco, con la esperanza de que ayude a quienes lo lean a entender mejor la obra de Jesucristo.
Una vida solitaria.
Nació en un pequeño pueblito y fue hijo de una campesina.
Creció en otro
pequeño pueblo, donde trabajó en una
carpintería hasta que tuvo 30 años.
Después fue un
predicador ambulante durante 3 años.
Nunca formó una familia ni fue propietario
de casa alguna.
Jamás estuvo
en una gran ciudad.
Nunca viajó a más de 300 kilómetros de distancia
del lugar en que nació.
Jamás escribió
un libro ni tuvo una oficina.
Nunca hizo
alguna de las cosas que usualmente
acompañan la grandeza.
Sus amigos le abandonaron y fue entregado a sus enemigos.
Se le sometió
a un proceso ridículo.
Se le crucificó entre 2 ladrones.
Mientras moría los que le ejecutaron se jugaron lo único que poseyó: su manto.
Cuando
falleció se le bajo de la cruz para ser enterrado en una tumba prestada.
Todos los ejércitos que han desfilado.
Y todos los barcos que han navegado.
Y todos los Parlamentos que han existido.
Y todos los Reyes que han gobernado, juntos,
no han
afectado la vida de los hombres sobre la tierra
tan poderosamente como aquél que tuvo esta
vida solitaria.
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