jueves, 11 de abril de 2013

De alta prioridad…

Jorge Arturo Rodríguez 
Tierra de Babel

Lo dice la canción, “porque si Juárez no hubiera muerto…, todavía viviría” Y, quiérase o no, todavía vive, al menos dando tumbos por aquí y por allá, molestando a más de un político y religioso. La historia no debe olvidarse ni repetirse, aunque algunos por ahí gustosos lo volverían a enterrar, y lo harían cuantas veces fuera necesario, con tal que no chingue la cresta con sus planteamientos y reformas… ¿Reformas? A chingaos, ¿Juárez reformista? Ni nos acordábamos. Y a muchos años vista, ¿acaso no se presume realizar ahora reformas y más reformas? Es otra cosa, desde luego, y ni comparación hay. Pero miren ustedes, dice mi presidente Enrique Peña Nieto que “México podrá crecer en los próximos años a tasas superiores del 5 ó 6 por ciento de materializarse las reformas estructurales y cambios que se han definido en la agenda del Pacto por México”. Y, órale, en ese escenario, proyectó que nuestro México lindo y querido podría estar en las primeras 10 economías del mundo, sobre todo con beneficio para la población, con un mayor ingreso.
Qué rico, me huele a un país del primer mundo que hablaban en los años 88 y 94. Bueno, demos el beneficio de la duda, aún hay tiempo, como en todo sexenio, ahí veremos, pues.
Pero volviendo al Benemérito de las Américas. Hace unos días, veo en la prensa la publicación de una foto donde aparecen el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia, quien le entrega la agenda de derechos humanos por parte de los organismos públicos en esta materia, en el contexto de la consulta para el Plan Nacional de Desarrollo (PND). Y atrás, justo atrás, la imagen de Benito Juárez, como presenciando el acto protocolario, incrédulo. ¿O fue mi vista corta? ¿O me proyecté? Pues somos muchos los incrédulos. Hasta no ver, no creer. Porque dijo Osorio Chong: “El gobierno federal le concede una altísima prioridad a los derechos humanos. Los considera una plataforma mínima indispensable, no negociable’’.
Luego expresó: “La ley se cumple y para hacerlo con legitimidad y eficiencia siempre hay que respetar los derechos humanos’’. Bendito Dios y así sea. No esperamos menos. Porque “tengo la persuasión de que la respetabilidad del gobernante le viene de la ley y de un recto proceder y no de trajes ni de aparatos militares propios sólo para los reyes de teatro”, dijera Benito Juárez.
Por cierto, este 10 de abril se cumplió un año más del asesinato de Emiliano Zapata, a quien pocos recordamos también, mucho menos su proceder y sus acciones. No sé si fue él quien dijo que si quieres ser ave, vuela, si quieres ser gusano, arrástrate, pero no grites cuando te aplasten. Dicen que es suya la frase de que es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado. También que dijo: “La nación mexicana es demasiado rica, pero esa riqueza, ese caudal de oro inagotable, perteneciendo a más de quince millones de habitantes, se halla en manos de unos cuantos miles de capitalistas y de ellos una gran parte no son mexicanos”. Chíngale. ¿Acaso no seguimos igual?
En un corrido sobre Zapata se canta: “El oro, no vale nada/ si no hay alimentación:/ es la cuerda del reloj/ de nuestra generación./ Quisiera ser hombre sabio/ de muchas sabidurías;/ pero más quiero tener/que comer todos los días./ Dan la una, dan las dos,/ y el rico siempre pensando/ cómo le hará a su dinero/ para que vaya doblando./ Dan las siete de la noche/ y el pobre está recostado,/ duerme un sueño muy tranquilo/ porque se encuentra cansado./ No quiere ya relumbrones/ ni palabras sin sentido,/ quiere sólo garantías/ para su hogar tan querido./ Es el mejor bienestar/ que el mexicano desea:/ que lo dejen trabajar,/ para que feliz se vea”.
Pero eran otros tiempos; ahora ya no es igual. Ahora contamos con un Pacto por México, ¿o no?
No me digan que están vigentes aquellas palabras del folclórico cacique e ilustre priista Gonzalo N. Santos, cuando expresó que “todo político que se dé a respetar debe violar sus pactos”. En la madre… En México sólo sucede.
Por lo pronto, ahí se ven.
Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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