lunes, 21 de abril de 2014

Migrantes: La doble moral

Roberto Morales Ayala
Zona Franca

La misión del gobierno es frenar a los migrantes a como dé lugar. Y para ello se aplica una doble moral: Los gobernantes se dan golpes de pecho por la violencia y las penurias que sufren quienes viajan en el lomo de “La Bestia”, pero es implacable en las garitas militares y de la Policía Federal, instaladas para detener y deportar, calculadamente ubicadas en el sur del país.
Este domingo 20, los migrantes se hicieron sentir de nuevo. Viajaron desde Tenosique, Tabasco, a Coatzacoalcos, Veracruz. A bordo de 17 autobuses, se trasladaron y detuvieron su marcha antes de la caseta del Puente Coatzacoalcos I. Ahí descendieron. Emprendieron la marcha a pie, cruzaron el río, bordearon la ciudad y llegaron al puente de la Avenida Uno, sitio donde convergen los indocumentados, donde hay albergues, donde les dan de comer y un espacio para dormir.
Fue un Viacrucis a propósito de la Semana Santa. Lo hicieron así para exponer su realidad, las condiciones de riesgo en que transitan por México, la falta de apoyo del gobierno mexicano, la complicidad de los gobiernos estatales con los criminales que los extorsionan cuando viajan a bordo de “La Bestia”, sus penurias cuando caen en manos de los agentes de Migración. Es el Viacrucis de los migrantes. Y no es sólo tres días del año. Su Viacrucis es permanente y constante.
La franja latinoamericana México-Guatemala-Honduras-Salvador tiene como denominador común el alto grado de complicidad de sus clases políticas con los grupos delincuenciales que trafican lo mismo con seres humanos que con drogas. Y a eso es a lo que se enfrentan.
Por fortuna, en su calvario los migrantes no están solos. Su acusa es adoptada por personajes que se han convertido en su voz y que no cesan de denunciar los abusos cometidos y la complicidad oficial que lleva a la impunidad, los que le van midiendo los alcances a este fenómeno social.
Dos voces hablan por los migrantes. Una es la de Alejandro Solalinde Guerra, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado Mexicano y director del albergue “Hermanos en el Camino”. La otra es la de fray Tomás González Castillo, “Fray Tormenta”, director del albergue “La 72” de Tenosique.
Solalinde, un respetado sacerdote católico, cuyos juicios retumban en toda estructura oficial y sacuden al clero, la curia mexicana y al Vaticano mismo, fue galardonado con el Premio de Derechos Humanos 2012, de manos el Presidente Enrique Peña Nieto.
Ahora, en Coatzacoalcos, señala que el gobierno de Javier Duarte es simulador, cómplice, que nada ha hecho por los migrantes; que se deslinda de Fidel Herrera Beltrán, el ex gobernador de Veracruz, pero no le finca responsabilidad. “A Fidel —agrega Solalinde— deberían de juzgarlo y debería de estar en la cárcel. El PRI protege a Fidel. Este gobierno no tiene interés”.
Recuerda que Javier Duarte prometió cuidar la integridad de los migrantes “y no ha hecho nada. Ahora está culpando a Ferrosur, porque los migrantes se suben al tren, pero esa (denuncia) no es la verdadera solución, porque si no se suben al tren van a venir a pie y su seguridad, como quiera, es responsabilidad suya”.
Para Solalinde, el gobernador de Veracruz no puede eludir su responsabilidad denunciando a la empresa ferroviaria. “Es muy fácil poner denuncias contra una empresa ferrocarrilera como cuando la verdad la responsabilidad es de él”.
Habla de Peña Nieto, quien “sabe que en la violencia contra los migrantes el punto neurálgico es Veracruz, pero no hace nada. Al contrario, nos persigue y nos hostiga, no nos permite protegerlos, librarlos de la violencia en su contra, actúan con doble moral”.
Señala que Duarte es mediático. Se toma fotos, paga anuncios en periódicos. “Son anuncios pagados de ¡yupi Veracruz! Yo lo veo todos los días. Y la verdad es muy lamentable que un gobernador tenga que pagar todos los días para echarse porras”.
Tampoco deja libre de responsabilidad a la Iglesia de Veracruz. “Han sido omisos —dice—. Han dado una torta pero no han venido a las vías. No sienten lo que están pasando los migrantes. Si ellos sintieran ese drama que pasa por Veracruz, ya hubieran hecho algo. No es posible que se queden callados. Si Jesús estuviera aquí, estuviera con un chicote, con un látigo, sacándolos del templo.
“Es lamentable en la jerarquía de Veracruz, que no dudo que sean personas decentes, pero son omisos”, agrega.
La otra voz es la de “Fray Tormenta”. Explica que el gobierno mexicano le hace el trabajo sucio a los Estados Unidos, que tiene una política migratoria de exterminio, diseñada para matar y dejar pasar al más fuerte, que les sirva para la mano de obra”.
Detalla que las estaciones o garitas migratorias están en el sur, para frenar el flujo de los más débiles, a los que matan, a los que secuestran o abusan. “Los ataques en el tren están en el sur. ¿Por qué? ¡Porque es una estrategia que si no han provocado ellos, la están permitiendo, tragedia tras tragedia!”.
Fray Tomás González sustenta sus dichos: sólo el 17 por ciento del flujo migratorio pasa por las vías. “El restante 80 por ciento lo hace por tráileres, por aviones, por ríos, porque el Instituto Nacional de Migración está tomado por la delincuencia organizada, está infiltradísimo”.
¿Así o más claro? Estados Unidos tiene una política de exterminio. El gobierno mexicano la aplica en su propio territorio. Migración deporta o entrega los migrantes al crimen organizado. La iglesia ayuda pero es omisa. Javier Duarte simula pero no ayuda a los indocumentados. Veracruz, y Peña Nieto lo sabe, es el punto neurálgico de la violencia contra los migrantes.
¿Así o más claro?

(romoaya@gmail.com)(@moralesrobert)











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