Salvador Muñoz
Los Políticos
Si fuera Evangélico, diría que la Ley de Convivencia está mal desde su Génesis…
Si fuera Homosexual, diría que la Ley de Convivencia está mal desde su Génesis…
Si fuera el Congreso local, diría que la Ley de Convivencia está mal desde su Génesis…
Pero como no soy evangélico, ni homosexual ni diputado, sigo viendo esta propuesta favorable para cualquier ciudadano ajeno a motes, apodos, estigmas o cargos…
Primero, debo de reconocer que en términos cristianos, no entiendo qué hace una Iglesia haciendo propuestas en la casa del César… ¿será que los evangélicos fueron en calidad de ciudadanos, de ésos que pagan sus impuestos, a pugnar por las tradiciones y costumbres? Sí, pretendo creer (ya que estamos en actos de fe) que todo ente puede hacer propuestas e iniciativas de Ley a través de los órganos correspondientes, pero qué pinche bulla me hacen esas palabritas ante este caso: “Estado Laico”.
Lo trato de ver al revés, en supuestos: Que el Congreso dispusiera qué días debieran hacer culto los evangelistas; que en lugar de la Biblia, fuera la Constitución local la base de su doctrina; que sus Pastores dejaran de usar a su rebaño con fines de lucro y electoreros; que Guillermo Trujillo Álvarez dejara de ser “aviador de la SEV” en Espacios Educativos (que ya no lo han visto: ¿Milagro o Ley?); que la Iglesia “Renuevo” fuera registrada; que dejaran de pedir donativos a diputados, funcionarios, gobernadores, para eventos que luego no hacen como el de “40 Días de Fidelidad en su Comunidad” (ouch! cómo sonó a propaganda política, ¿verdad?) y si se descuida Javier Duarte, chance y ahora se llamen “40 días de ir hacia Adelante en su comunidad”... claro, el Pastor es Vicente Hernández, el que mueve al rebaño; el que se mueve en la política es Guillermo Trujillo…
Pero así como los Evangélicos llegaron al Congreso, llevaron su propuesta, rezaron para que Cuauhtémoc Pola se hiciera hombre… de principios, ¿por qué nos deberíamos de extrañar que un día llegaran los Brujos de Catemaco a exigir su reconocimiento como “Asesores” legislativos y hasta como “funcionarios”... al igual que ellos, ¡también hacen “limpias”! ¿O por qué no, hasta la secta de la Santa Muerte exigiendo sus derechos al libre Credo y ser reconocidos como Iglesia? pues al fin y al cabo, pagan impuestos y si son bien recibidos los unos, pues al igual los otros.
Pero el Evangélico Trujillo Álvarez (cual si fuera representante popular… ya ve que éstos piensan por uno, como ciudadano) considera que la Ley de Convivencia está mal desde su génesis… ¿quizás porque encierra en sí una homofobia que le hace considerar que esa Ley es exclusiva para homosexuales?
Pero los Evangélicos (sin pretender generalizar) no son los únicos que tienen una visión corta de esta propuesta… también los Homosexuales…
Se entiende su deseo, su ambición de tener los mismos derechos que los heterosexuales tienen lo que les hace sentirse “medio-ciudadanos”, aunque a la hora de pagar impuestos, no paguen dicha “mitad”...
El asunto es que cuando esta Ley de Convivencia pretende dar derecho a herencia, seguro social y hasta pensión alimenticia, que son los principios básicos de la propuesta, la comunidad homosexual no espera ir paso por paso… quiere todo el paquete incluido aunque ello le dé alas a grupos, “líderes” sociales y alguna gente a distorsionar una buena propuesta.
Si yo fuera homosexual, travestí, transexual, lesbiana y demás, apoyaría la Ley de Convivencia tal como está… se trata de dar pasos, no de correr. A veces perdiendo se gana…
En el caso del Congreso local, políticamente, dio un gran paso por ser parte de la Génesis de esta Ley ¡al darle entrada!
Diputados como Cuauhtémoc Pola, Mónica Robles, Ciro Félix, Jesús Vázquez y Marcela Aguilera han sido receptores de un gran sector de la población que demanda ser tomado en cuenta… no son los únicos… en el PAN, ya se interesan por apoyar esta propuesta; en el PRI, saben que vienen elecciones y las comunidades gays están esperando su respuesta a esta propuesta...
Pero desde que se le da entrada a esta propuesta, hay la posibilidad entonces de que Veracruz legisle sobre el tema como ya lo han hecho Yucatán, Oaxaca y hasta Guanajuato, que tiene fama de mocho. Que conste: se habla de Ley de Convivencia, que es una realidad en Coahuila, Colima, Jalisco (otro mocho) y el DF (este último con el agregado de Matrimonios del mismo sexo).
Aunque hay que citar que en Aguascalientes, Baja California Sur, Hidalgo, Guerrero y Tlaxcala, ya discuten iniciativas en torno a la Ley de Convivencia…
El Congreso local de Veracruz, sus diputados, están en la oportunidad de pasar como reformadores o retrógradas… los homosexuales de Veracruz están en la oportunidad de apoyar la ley de Convivencia tal como está o que no pase nada… y los evangélicos… bueno, los evangélicos primero tienen que abrir los ojos, y no precisamente para ver la Biblia de una forma diferente, sino para ver en realidad quiénes son Guillermo Trujillo Álvarez y Vicente Hernández…
¿Qué gente, en su sano juicio, mental y espiritual, quitaría la oportunidad a un prójimo del derecho a heredar, tener seguro social y pensión alimenticia?
Ni diputados, ni homosexuales ni buenos evangélicos, ni cristianos, ni católicos, ni nadie… pero al final de cuentas, será el Congreso de Veracruz que marque su historia.
1 comentario:
Excelente artículo, felicidades Salvador
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