miércoles, 16 de julio de 2014

El arte de complicar la vida

Brenda Caballero
Números Rojos

Hace unos días, Francisco, un lector de Números Rojos, me escribía un correo electrónico en el que platicaba su historia con motivo de la Reforma Hacendaria, suceso que transcribo a continuación para no omitir nada de lo que él narra.
“El día de ayer, mi CP me remitió la forma para pago vía SIPARE de las aportaciones de seguridad social de este bimestre. Y bueno, todo bien... hasta que… me comenta que por tener ingresos brutos anuales mayores a 2 millones, el pago de las mismas ya no podía ser hecho en ventanilla, sino que debe ser por transferencia electrónica. Al entrar al portal de mi banco BBV resulta que desde la misma cuenta que realizo mensualmente mis pagos al SAT, NO puedo ahora hacer éste, de IMSS e INFONAVIT, si no tengo servicio de banca electrónica avanzada para lo cual (je, je) tengo que tener antes una cuenta de persona física con actividad empresarial, linda cuenta que requiere un saldo mínimo promedio mensual de $12 000.00, lanita que en realidad se queda casi inmovilizada y que al permanecer ahí, a fin de mes, me arriesga a que se considere como remanente y me sea gravada para acabarla de amolar. ¡Caray! todo esto por tan solo querer pagar! Creo que no se vale.
“Armado de paciencia me puse a buscar si alguno de los bancos que dan el servicio de pagos a SIPARE ofrece un acceso más fácil y menos costoso… obvio… ¡ninguno!
“Me pregunto entonces ¿cuántos negocitos resistirán esto?
“Ya a principios de año, con ganas de instalar una terminal electrónica, me animé a abrir una cuenta empresarial. Pasaron casi 4 meses y la dichosa terminal nunca llegó. Lo que si llego fue la comisión de uso de banca electrónica avanzada que nunca usé e increíblemente cargos por saldo menor al estipulado en ese entonces, ¡aunque la cuenta siempre tuvo más! La gerencia del banco accedió a bonificarme estos cargos indebidos y opté por cancelar la cuenta.
“Mi pregunta es: ¿Debo y deben muchos contribuyentes como yo pasar este horrible calvario sólo por querer pagar nuestras aportaciones? Que no la…!”
¡Chinguen!, ésa es la palabra, ante tanto malestar y molestia de muchos contribuyentes que hasta para cumplir sus obligaciones de pago tienen que contratar servicios adicionales o aperturar cuentas bancarias adicionales.
En el caso anterior, del SIPARE (Sistema de Pago Referenciado), a partir de junio, el IMSS se digitalizó y puso a disposición de los patrones este sistema para pagar sus cuotas de seguridad social a través de internet, se supone de una “manera fácil y segura”, aunque viendo lo que dice Francisco, esas genialidades ya no sólo parecen terrorismo fiscal sino aparentan que están en complicidad con las instituciones financieras totalmente para fastidiarnos.
Realmente el pagar los impuestos y gastos pueden significar un gran dolor de cabeza para los contribuyentes, especialmente para los del Régimen de Incorporación Fiscal que al igual que los demás de los otros regímenes están obligados a pagar sus gastos arriba de dos mil pesos con tarjeta de débito, crédito, monederos electrónicos.
Dudo mucho que la autoridad hacendaria haya pensado en las tienditas, los carpinteros, plomeros, jardineros, albañiles, cocinas económicas, taxistas, etcétera, para que paguen sus gastos estrictamente indispensables para la obtención de sus ingresos con alguna de las formas expuestas anteriormente.
Incluso, hasta cuesta decirles a estos contribuyentes del Régimen de Incorporación Fiscal que deben de abrir una cuenta bancaria, cuando la mayoría de ellos en su vida han tenido una, ya que manejan dinero en efectivo que sólo les da para comer al día.
Como dijera Francisco, esas cuentas tienen que tener un depósito mínimo, dinero inmovilizado, de lo contrario nos cobrarán comisiones a lo chino, es decir, cuando tengan algún depósito.
Si bien es cierto, los gastos menores de dos mil pesos los pueden pagar en efectivo, pero ¿Qué pasa con la gasolina?
Según asesores del Servicio de Administración Tributaria (SAT), la gasolina debe pagarse con tarjeta de crédito, débito, cheque o monederos electrónicos independientemente del monto; sin embargo, por el momento, la autoridad ha manifestado que proceden las facturas de gasolina hasta por dos mil pesos con pago en efectivo. Aquí realmente existe una gran controversia, ya que los que realmente saben, sugieren que la factura sea hasta mil novecientos noventa y nueve pesos para tener la certeza de que en una auditoria fiscal no sean rechazados.
Se supone que todas estas medidas son para tener una cultura fiscal, para que dentro de diez años se migre a un Régimen General de Ley; sin embargo, parece que nos quieren aplicar el mismo dicho que dice “La letra con sangre entra”, aunque en este caso serían “Los números con sangre entran” ¡qué manera de complicarnos la vida!

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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