martes, 5 de agosto de 2014

Libramiento que no libra; de ese tamaño es su decencia

Armando Ortiz
El Hijo Pródigo

Ansioso estaba de que el famoso libramiento de Coatepec se abriera al tránsito. Lo habían anunciado mucho tiempo, estuvimos pendientes de la obra; padecimos las inconveniencias. Los que los fines de semana tomábamos camino para Coatepec, Xico o Teocelo sabíamos lo necesario que era un libramiento que evitara que la ciudad de Coatepec se volviera un verdadero caos. Una pequeña calle nos da entrada a Coatepec, está se bifurca en dos y todo el paso vehicular hacia la zona de Xico y Teocelo es transitada sobre dos calles pequeñas de un sentido. Había días en que el sólo paso por la ciudad de Coatepec significaba la mitad del recorrido hacia nuestro destino.
Pero nos enteramos del libramiento y supusimos que una obra de tal envergadura, al costo que nos la cobran, llegaría directo a la ciudad de Teocelo. El libramiento estaba programado para inaugurarse en los primeros días de enero de 2014. Pero, ahí se quedó, al según terminado pero sin inaugurase. La obra se proyectó desde los tiempos de Felipe Calderón; igual Peña Nieto lo sabía y decente no iba a hacer caravana con sombreo ajeno.
¡Ya mero! Los políticos son una fauna que se viste con los méritos de los demás. Si la selección gana, el presidente lo celebra como si fuera una victoria suya.
Hace algunos meses me llevé la sorpresa de que el libramiento ya lo habían abierto. Me dirigía a Teocelo, era domingo, pensé que mi recorrido iba a ser muy corto. Tomé hacia mi derecha y entré al libramiento; me gustó. Transitaban por éste algunos carros, muy pocos por cierto. De no ser por una camioneta de redilas y un Pointer gris hubiéramos hecho el recorrido solos. A los pocos kilómetros, tres y medio, para ser correcto, me di cuenta que el libramiento no libraba nada. Así como está es una mera vacilada.
Pero no hay que ser injustos, sí beneficia a los habitantes de El Grande y a los que visitamos Jalcomulco, así como a los que viven en el fraccionamiento Los Cafetales; ah, se me olvidaba, y sobre todo a Dionisio Pérez Jácome.
Pero no vaya usted a pensar mal. Nada tuvo que ver el hecho de que la planeación, proyección y construcción de ese tramo de libramiento se realizó en la administración calderonista, siendo secretario de Comunicaciones Dionisio Pérez Jácome, claro, el hijo. No vaya usted a pensar que el hijo le regaló a su papi un tramo carretero, de cientos de millones de pesos, nada más para que el ex funcionario fidelista y ex senador pudiera llegar a casa después de visitar a la familia en Banderilla sin que se le hiciera de noche. Sería tan torcido como creer que la familia Pérez Jácome tuvo que ver con los negocios turbios de Oceanografía, en donde se involucra al yerno Martín Díaz y al propio hijo Dionisio Arturo Pérez Jácome Friscione.
No vaya usted a pensar que el dinero de nuestros impuestos es usado para caprichos personales. No vaya a pensar que eso se puede hacer en un país como México.
El martes 5 de agosto, justo siete meses después del primer aviso de inauguración, el presidente Peña Nieto vino a inaugurar el tramo de libramiento. Se hizo acompañar del Checo Pérez, el mismo que salió corrido de la escudería McLaren y que ahora milita en Force India (¿?). Peña Nieto manejo los tres kilómetros y medio, es lo máximo que lo dejan manejar. Saben que para manejar es igual que para contestar preguntas sobre libros que hayan marcado su vida. Cuál no sería su sorpresa de la ridiculez de libramiento que fue a inaugurar. Esperemos que al menos le hayan invitado una barbacoa de hoyo en casa de los Pérez Jácome, ellos son los que más deberían agradecer ese ridículo tramo carretero al que llaman libramiento y que no evitará que los que vayamos de paseo a Xico o a Teocelo, nos enfrentemos al caos.
Un libramiento de tres kilómetros y medio, de ese tamaño es su empresa, de ese tamaño es su mirada, de ese tamaño es su honestidad, de ese tamaño es su decencia, de ese tamaño es su vergüenza.




Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com


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