Insignificante la Copa Fidelidad

Fernando Hernández Fernández

El Marcaje

Cuando subía la escalera hacia los palcos del Parque Deportivo Colón, el sábado pasado, recordé tristemente que apenas hace dos meses el graderío estaba hasta el tope, me atrevo a decir que inclusive tenía sobrecupo. La gente estaba emocionada con el béisbol de la Liga Invernal Veracruzana. Me dio mucha nostalgia eso porque para la Copa Fidelidad El Monstruito Verde lució muy vacío, a pesar de que habría pelota de Liga Mexicana en el diamante.
Platicaba con mi colega, y especialista del rey de los deportes, Christian Pale, acerca de la situación. Él sin tapujos me respondió que se debía a que los organizadores habían exagerado en el precio de los boletos. La entrada se cotizó en 70 pesos para los dos partidos y la gente no estuvo dispuesta a pagarlo. Ante el fracaso en la taquilla, se decidió que se rebajaría para el domingo a 20 pesos y las mujeres entraban gratis. A pesar de eso, la tribuna fue escuálida.
A título personal debo decir que ese error de valoración del costo de los accesos fue parte de un cúmulo de una gris organización para un evento que, supuestamente, sería de lo mejor, tal vez en lo deportivo estuvo bien, a secas, porque el espectáculo fue mínimo y se vivieron partidos muy aburridos.
Pero lo grave fue que la coordinación no fue la adecuada y aquí la duda sería ahora saber quién o quiénes fueron los responsables de los errores, porque desde el inicio la gente del ayuntamiento de Xalapa le echaron la bolita al presidente municipal David Velasco Chedraui, en el sentido de que él había tenido la idea de realizar la Copa Fidelidad y realmente no creo que haya sido el edil quien concibió este cuadrangular, porque si hubiera sido así no se habría retirado en la tercera entrada del partido entre Veracruz y Minatitlán el sábado, o tampoco se habría ausentado a la premiación.
Digo, si él inventó este asuntito, entonces habría que ponerle otro tache al priísta.
La segunda razón por la que no creo que haya sido Velasco Chedraui el impulsor del torneo, es porque a los palcos de prensa entró uno de sus asesores, Hilario Arenas, sí, el ex de tránsito municipal, para decirnos que él era el creador del concepto y que nunca estuvo de acuerdo con los precios estipulados. Lo raro es que sólo esperó que su patrón se fuera, para casi de inmediato salirse del Colón en la primera jornada. A la entrega del trofeo a los Rojos del Águila tampoco fue.
Entonces realmente quién carga con la responsabilidad de dejar a los reporteros sin facilidades para su trabajo, inclusive con un anunció publicitario que obstruía la visibilidad y que tuvo que ser removido porque el juego sería transmitido por Radio Televisión de Veracruz, porque si no hubiera sido por eso ni lo mueven, a quién hay que cargarle la ironía de que Megared fue patrocinador y en el parque no había servicio de Internet, a pesar de que durante la Liga Invernal sí lo hubo.
Cuando la Copa Fidelidad tuvo sus dos presentaciones todo mundo hablaba de la organización, pero ahora que el torneo fue muy por debajo de lo que se pensaba nadie aparece, sólo falta que se diga que las dos directivas veracruzanas, Águila y Petroleros, eran los que debían coordinar el asunto. Bueno, si es así que se notifique.
Conste que la crítica es constructiva y no vayan a aparecer los sentidos, pero las cosas como fueron, el Colón lució muy vacío, la promoción fue pobre, los precios caros, los detalles no existieron y una gran oportunidad de que el béisbol de Liga Mexicana luciera pasó muy desapercibido y volvió a vivirse un festejo de rancho en la capital veracruzana, justo como el que hizo el presidente del Comude xalapeño, Fernando Quevedo, hace ya unas semanas en la Plaza Lerdo.
Hasta la vista.

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