martes, 24 de junio de 2008

¡El Cisne se hace pato!

Salvador Muñoz

Alberto Silva podría ser considerado un fenómeno de la naturaleza en esta fauna política. Llegó como Cisne, aterrizó como patito feo; lo tiraron a Pato Lucas y de nuevo regresó como Cisne… afortunadamente no llegó a Pato Culeco, célebre personaje de Alberto Morales, alias “el Cat”.
Pero… ¿Cómo es que Alberto Silva Ramos compartió radicalmente ese poder de mutación en la forma de pensar de columnistas, articulistas y demás entidades que saben de teclear en una compu? Muy sencillo: El Cisne viene a ser el dedo chiquito (o la plumita) de quien ven hoy como el futuro candidato a Gobernador en el 2010 y por ende, ¡ven “su” futuro!
Hoy, son pocas las voces que hablan de que si nació en Tamaulipas o es tuxpeño… o si la hizo de cónsul para ayudar a una “torta” cubana (dicen que una buena torta) para que, agregándole picante, se volviera “torta” mexicana. Es más: le festejan la autoría del chiste ese que dice que Jorge Carvallo no nació en Lerdo… ¡sino en Lerma!
No… El Cisne es el Ave Fénix que se levantó, no de las cenizas, sino de las madrizas que le acomodaron por todos lados y hoy, a donde quiera que va Javier Duarte, allí está.
He aquí la entrevista al hombre de todas las confianzas de Duarte durante el viaje que se hizo a Orizaba con motivo del aniversario luctuoso del General Ignacio de la Llave…
–Bonito discurso el del secretario…
–¡Gracias!
–¿Gracias? Ni que usted lo hubiera escrito…
–¿Eh? Bueno… te di las gracias de parte del secretario que, estoy seguro, lo hubiera hecho…
–¿El discurso o darme las gracias?
–El discurso… digo: ¡darte las gracias!... ¡ya me hiciste bolas!
–Ah… oiga, qué emotivo el mensaje al General…
–Pues lo motivó su trabajo… estaba chafeando la Seguridad en Veracruz, y eso no lo iba a permitir el Gobernador…
–¿De quién me habla?
–Pues del General Orozco…
–Yo le hablo del General Ignacio de la Llave, del mensaje de Duarte…
–Bueno, pero no me puedes negar que hay ciertas similitudes entre los Generales…
–¿Qué barbaridades dice don Beto? ¿Cómo se atreve a comparar al General Ignacio de la Llave con el Chupón?
–¡Qué ignorante eres! ¡Qué no sabes que los dos renunciaron a su cargo!
–Estoy de acuerdo, pero mi paisano renunció como secretario de Gobierno en protesta al rechazo a la Constitución de 1857 con el que el presidente Ignacio Comonfort comulgaba…
–¿Ya ves que sí hay similitud?
–¡Cómo va a haberla, don Beto!
–Pues al General Orozco lo renunciaron por la cantidad de protestas y rechazo que había para su trabajo…
–En fin don Beto… mejor dígame, ¿qué opina de Salvador?
–Mira, además de que eres medio menso en tus preguntas, escribes de la fregada… ¡yo prefiero a Silva Herzog!
–Me refiero a mi tocayo…
–Manzur es buen tipo, inteligente, sensible, de los pocos muchachos de Tío Fide sencillo… no como los católicos del Quinto Infierno… digo, del Quinto Piso…
–Perdón… me refiero al otro Salvador…
–Ah, explícate, pero de ese Salvador que hable Manlio Fabio o Héctor Yunes… ¡yo no!
–¡Estoy hablando de Mikel!
–Ahhh pues falta ver qué dice Héctor Yunes…
–¿Héctor?
–Sí, a ver si en esta ocasión hace efectiva la mayoría porque no se le ve una…
–Sí, don Beto, entiendo, pero… ¿no es chirinista Mikel?
–También lo fue Duarte…
–¿Duarte? ¿En serio?
–Sí, no recuerdas que fue procurador Rodolfo Duarte Rivas…
–¡Qué chistoso! Por cierto, ¿ya se dio cuenta de que esta ciudad ha dado ilustres personajes al país?
–Pues sí, está Ignacio de la Llave, Gabilondo Soler…
–También Chachita…
–Disculpa pero yo no me llevo así con el director de Comunicación Social…
–Hablo de mi tía abuela, Evita Muñoz… es de esta pluviosilla…
–Ahhh… entonces también eres paisano de Juan Humberto García Sánchez…
–No, señor, Juan Humberto me parece que es de Córdoba…
–Ahhh, entonces es eso, es de Córdoba pero se la pasa en la ciudad de “Las Aguas Alegres”…
–No le quito más tiempo… acá entre nos: ¿Usted le hizo el discurso a Duarte?
–Acá entre nos: ¡Qué te importa!
–¡No se haga pato!
–¡Soy Cisne!
–Ya dígame… acá entre nos…
–Bueno… acá entre nos… ¡sí!
–Oiga: No le parece que se fusiló algo de Luis Donaldo Colosio…
–No… quien se lo fusiló fue Aburto… si no, que lo diga Manlio Fabio…
–Me refiero a que se copió el estilo del discurso cuando Duarte dice:
“Es la hora de Veracruz, es la hora de los acuerdos, del trabajo, de redoblar el paso, de trabajar más, esta es la hora de Veracruz y es la hora de Fidel Herrera Beltrán”.
Y Colosio dijo, más o menos: “Es la hora del gran combate a la desigualdad; de superar la soberbia; es la hora de reformar el poder, de construir un nuevo equilibrio en la vida de la República; es la hora del poder del ciudadano, de la democracia en México, de hacer de la buena aplicación de la justicia el gran instrumento para combatir el cacicazgo, de combatir los templos de poder y el abandono de nuestras comunidades. Es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, a la corrupción y a la impunidad. Es la hora de la Nación, de ser fuertes todos haciendo fuerte a México. Es la hora del cambio con rumbo seguro para garantizar paz y tranquilidad a nuestros hijos, pues sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas; al monopolio de iniciativas; a los abusos, a los excesos. Declaró: ¡quiero ser Presidente de México para encabezar esta nueva etapa de cambio en México!”

–Pero Duarte no quiere ser Presidente…
–Por supuesto, pero recuerde que Duarte es una extensión del Gobernador…
–Por cierto… ¿sabes qué hora es?
–¿Las nueve de la noche?
–No, es hora de que te vayas a la…
Mejor lo invité a echarnos unas tripas con doña Librada y unos chileatoles con chito y algo de camarón, claro que él hubiera preferido un pato a l’orange o de perdis: ¡un gansito!

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