jueves, 7 de agosto de 2008

En entredicho, confianza en el Ceneval

Álvaro Belin Andrade
Hora Libre

Cuesta mucho trabajo y tiempo levantar una torre con naipes, pero un solo soplo puede derrumbarla. Algo parecido está ocurriendo con el Ceneval, institución construida y avalada por la ANUIES como instancia evaluadora imparcial cuyo prestigio, al menos en Veracruz, ha caído en cuestión de horas con su funesto error a la hora de calificar a los aspirantes a ingresar a la Universidad Veracruzana.
Sólo faltaba eso para que decenas pusieran en entredicho todos los procesos amparados en ese acrónimo. Ya no digamos los aspirantes que no fueron aceptados en éste o en anteriores años, para quienes el error ajeno puede ser la causa de sus desgracias, sino para políticos de toda laya que, ante micrófonos y grabadoras de la prensa, no han tenido empacho en criticar, anatemizar y, en no pocas ocasiones, proferir sandeces.
El tema ha sido el caldo de cultivo para muchas manifestaciones honestas, orientadas a alertar sobre el riesgo que continuar con el examen de Ceneval le puede acarrear a la UV. Muchos han manifestado que las consecuencias en aspectos financieros deben ser compartidas por la instancia que los provocó, y otros han puesto de relieve los enormes esfuerzos que en materia organizativa y de calidad educativa deberá realizar la casa de estudios para que los mil 600 estudiantes adicionales no sólo tengan una oportunidad de estudiar una licenciatura sino que su formación sea de calidad.
Muchos actores políticos se han alegrado porque esta crisis les está permitiendo minar la credibilidad lograda en la última década por la UV, gracias precisamente a un proceso de selección de alumnos de nuevo ingreso por la vía de un examen imparcial aplicado por una instancia que no tiene relación con los postulantes.
Desde mi punto de vista, esta crisis debiera ser dimensionada en su justo término. En efecto, son lamentables las circunstancias que ha generado la pifia del centro evaluador, pero debe analizarse con la cabeza fría si en el término de un año (de aquí a cuando se realice el próximo proceso de ingreso) será posible construir una alternativa de calidad para el filtro que requiere la UV.
Y es que desde que el entonces rector Rafael Hernández Villalpando se propuso que el proceso de ingreso tuviese al examen de admisión como único argumento para ingresar a las aulas universitarias, el proceso fue manejado por manos interesadas de la propia institución que volvieron mero discurso la iniciativa de las autoridades universitarias.
No fue sino hasta que se contrató al Ceneval cuando se pusieron los cimientos para un proceso creíble. No se trata de minimizar el error de dicho organismo, pero la pifia, hay que reconocerlo, afectó a menos del 10 por ciento de toda la lista de aceptados, y no fue motivado por un espíritu inescrupuloso que buscara beneficiar a ciertos aspirantes sino un error técnico.
Ha habido voces que piden crear un organismo evaluador de carácter estatal. Una de ellas, la del dirigente magisterial universitario, Enrique Levet. Pero dicho organismo difícilmente podrá ser erigido en lo que falta para el siguiente proceso, y la UV tendrá que analizar si hay o no otras opciones que permitan una evaluación objetiva que dé certidumbre en el verano de 2009.
Por lo pronto, ciertamente, el Ceneval está en el ojo del huracán.

¿Y el presupuesto, apá?
En ese clima crítico, la Universidad Veracruzana por fin recibió una buena noticia, la autorización del Congreso para su petición de ampliación presupuestal por 51 millones de pesos, aunque ahora debe iniciar otra lucha: la gestión de más recursos adicionales para hacer frente al reto de brindar educación en sus aulas a mil 600 jóvenes adicionales que no estaban presupuestados.
Aunque la oposición en el congreso local alertó de que vigilarán con atingencia para que estos recursos aprobados (una vez sean otorgados por el gobierno estatal) se destinen a los rubros señalados por la Universidad Veracruzana en su petición, lo cierto es que pese a innumerables dardos mediáticos contra el rector Raúl Arias Lovillo, este acuerdo ayudará a paliar las múltiples necesidades que enfrenta la casa de estudios.
El hecho de que la decisión se haya tomado por unanimidad da cuenta del convencimiento de los diputados de que es necesario apoyar la educación en Veracruz. El desempeño tanto de la UV como de la Secretaría de Educación han dado certidumbre a los representantes populares, y es claro que la población del estado, según revela la encuesta aplicada por la empresa Consulta Mitofsky, también percibe que este renglón, el educativo, es uno de los más destacados en la gestión del gobernador Fidel Herrera Beltrán.

Selección de profesores, un avance en Veracruz
Cuando se dio a conocer que, en el marco de la Alianza por la Calidad de la Educación, se había acordado que la asignación de plazas magisteriales se daría por medio de un examen y no a través de los mecanismos tradicionales de corrupción, en que se jugaban muchos millones de pesos que iban a dar a los bolsillos de dirigentes magisteriales y funcionarios, Veracruz ya se aprestaba a realizar ese procedimiento por cuarto año consecutivo.
El que este año, en respuesta a ese acuerdo SEP-SNTE, la Secretaría de Educación de Veracruz esté preparada para concursar mil 289 plazas magisteriales federalizadas y estatales, constituye uno de los puntos que le han permitido al gobernador Fidel Herrera Beltrán no sólo altas calificaciones en la percepción de los veracruzanos respecto a que el sector educativo (además del sector Salud) genera la mayor confianza en la población de que se hacen bien las cosas; también le ha generado importantes reconocimientos nacionales e internacionales de que su gestión educativa es eficiente e innovadora.
Con el apoyo del equipo que encabeza el secretario Víctor Arredondo, Veracruz se anticipó tres años a lo que al gobierno federal le ha costado múltiples negociaciones con la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo. Cuando finalmente se sentaron a signar el documento que busca la transformación educativa del país, el gobierno estatal ya había logrado establecer un mecanismo transparente de asignación de plazas, con el apoyo de los ocho sindicatos magisteriales, entre ellos, el SNTE a través de sus secciones 32 y 56.
En esta oportunidad, en apoyo a la Convocatoria Nacional para el Ingreso al Servicio Docente, anunciado por la SEP, en Veracruz se concursarán 735 plazas federales y 554 de nuevo ingreso que abrirá el gobierno veracruzano. Del total, mil 289, la mayoría (923) será de plazas iniciales, mientras que 366 se destinarán a regularizar a profesores que realizan interinatos o sólo cuentan con algunas horas frente a grupo.
Este examen, según lo informado por Arredondo, estará a cargo de la dirección de Evaluación de Políticas Públicas de la SEP y, hasta el cierre del proceso de inscripción, se registraron más de 19 mil solicitudes de jóvenes maestros para participar en este proceso. El examen se aplicará, como en el resto del país, el próximo 11 de agosto.
Este lunes, el secretario Arredondo tomó protesta de ley a los integrantes del comité estatal de seguimiento del concurso nacional para el otorgamiento de plazas docentes y anunció que entre los más de 19 mil inscritos, 6 por ciento corresponden a la totalidad de egresados de instituciones formadoras de docentes, tanto públicas como privadas. El 94 por ciento restante es de profesionistas formados en universidades en carreras como educación, pedagogía, ciencias, entre otras.

Bachilleres, instalados en la depre
Veracruz se ubica como uno de los estados con mayores índices de depresión entre sus jóvenes bachilleres. La primera Encuesta Nacional Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de Educación Media Superior, que solicitó la SEP al Instituto Nacional de Salud Pública, revela que uno de cada dos jóvenes de bachillerato en México manifiesta estados depresivos: los jóvenes se sienten solos, tristes y rechazados por la gente.
Las entidades con mayores índices de depresión entre su población juvenil son Veracruz, con 60.6 por ciento; Puebla, con 60.3; el estado de México, con 60 por ciento, y Oaxaca, con 59.4 por ciento. Este padecimiento hizo que en el último año 13% estuviera a punto de quitarse la vida y casi 9% de ellos intentara suicidarse. Por fortuna, en este último indicador no figuran los veracruzanos, como sí sucede con los estados de Oaxaca, Tabasco, Morelos, San Luis Potosí, Durango, Guerrero, Tlaxcala, Jalisco, Chihuahua y el Distrito Federal.
En la encuesta aplicada a poco más de 13 mil jóvenes de entre 15 y 19 años, se halló que la violencia, el consumo de drogas, la portación de armas y el suicidio son parte de su vida escolar, y las más afectadas son las mujeres. De hecho, más de la mitad de los jóvenes encuestados confesaron estar tristes y creer que su vida es un fracaso; a ello se suman otros síntomas: sentirse solos y falta de apetito.
Parecieran datos que sólo alimentan nuestro pesimismo, pero así como se combaten otros detonantes de una salud precaria en nuestros jóvenes, como los malos hábitos alimenticios que conducen a la obesidad y a padecimientos cardiovasculares y de otras índoles, y como el sedentarismo, la drogadicción, el alcoholismo y el tabaquismo, algo se debe hacer para brindar ayuda psicológica a nuestros jóvenes.

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