Claudia Guerrero
Entre lo utópico y lo verdadero
Triste en verdad es dar este comentario... La muerte del líder de campesinos de San Pedro Soteapam, Ramiro Guillén Tapia, quien fallece a consecuencia de inmolarse con gasolina, frente a la Plaza Lerdo, en la capital del estado y quien era reconocido por sus gestiones en pro de los derechos de los indígenas, sobre añejos problemas agrarios. En verdad, queridos lectores, la que aquí escribe, estuvo en el momento en que este hombre se prende fuego, ante la mirada atónita de curiosos y extraños. No comprendemos este suceso, pues no hay explicación lógica ni justificación, para prenderse fuego, aún por los demonios y frustraciones que tenía Guillén Tapia, además de los gritos y llantos de los campesinos desesperados, al no comprender tal determinación de su líder. Ahora, esta nota y fotografías que han dado la vuelta al mundo, en el cual, se habla de ser ya nombrado mártir de los derechos de los campesinos, y pierde su razón de ser, pues al entregar los dos millones de pesos por parte del Gobernador Fidel Herrera, la cofradía y ambiciones de todo ser humano, salen a la luz, al pelearse por la distribución de los dineros, como puntualmente nos comentó el campesino Reynaldo Hernández, quien aseguró que hasta los machetes ya salieron a relucir, haciendo a un lado el por qué de esta lucha y en vano la muerte de Guillén Tapia, por quien tendrán recursos, que desde hace 14 años, ni soñaban tener.
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