domingo, 8 de marzo de 2009

¡Echarse un taco!

Salvador Muñoz
Los Políticos

Pudiéramos decir que la tortilla es el alimento más democrático del país. Ricos, pobres, blancos o morenos, cristianos y ateos, perredistas o priistas, panistas o convergentes, todos tienen que ver con este producto del maíz.
Ya sea como chilaquiles, totopos o en su versión más socorrida, el taco, este alimento tiene que estar en las mesas de mexicanos a como dé lugar.
Según los que saben, el maíz en su modalidad de tortilla, puede ser consumido 23 veces más que el arroz (aquí nada de que “copelas o cuellos”); nueve veces más que el frijol (porque puede haber “fresas” a los que se les olvide el inglés pero a un taco no le hacen feo) y tres veces más que el trigo (aunque Servitje nos sature de porquería y media de su osito Bimbo).
Sí señores, el maíz tiene algo de mágico porque igual lo podemos consumir en forma de un rico atolito de masa o un rico pozole; o como tamalitos o en forma de picadas (albureros, ¡abstenerse!)… es tan mágico que los burros se comen el olote y si le sale hongo a la mazorca, ¡igual nos lo comemos en un rico huitlacoche con cebollita y chile serrano picado!
Y quizás es la tortilla la más hermosa de las hijas del maíz… ojo: no confundirla con los “hijos de su maiz”.
De la tortilla se deriva el plato por excelencia del mexicano: El taco.
Acepciones y definiciones tiene muchas el taco pero el escritor Jorge Ibargüengoitia no podría haberlo dicho mejor:
“Quiero inventar algo que al mismo tiempo sea plato, cuchara, servilletas y mantel –ha de haberse dicho el inventor en el origen del proceso– que no sea necesario lavar y que sin embargo dé a quien lo está usando la seguridad de que lo que va a ponerse en la boca no ha pasado nunca antes por otros labios. Algo que se consuma al usarse, de tal manera que al terminar el banquete, sin necesidad de que nadie recoja nada, no quede en las mesas rastro de que ahí se ha probado un bocado”.
El taco es el alimento por excelencia del mexicano, porque nadie desprecia un rico taco de frijolitos; si las condiciones se prestan, pues un taquito de bistec o salsa de huevo y en el peor de los casos, para engañar a la tripa, quién no se ha echado un sabroso taco (con tortilla recién salida del comal) con tantita sal (para los niños) o con una salsa macha (¡pa’ los hombres!).
Hoy, es decir este lunes, asociaciones de tortilleros (ojo: ¡no tortilleras!) y nixtamaleros de Veracruz y Boca del Río amenazaron con un incremento al precio del kilo de tortilla que podría alcanzar los 12.50 pesos.
Los motivos van desde el aumento al diesel a la ausencia de subsidio o hasta la competencia desleal que significan las tiendas comerciales como La Comercial, Wal-Mart o Chedraui donde el consumidor puede encontrar el kilo a menos de cinco pesos (dicen las señoras que a 4.50 lo encuentran en “la familia está de acuerdo”) lo que va en detrimento del bolsillo de las tortillerías de colonia donde el kilo está desde siete hasta ocho pesos.
Por supuesto: La familia prefiere ahorrarse de dos a cuatro pesitos comprando en dichas tiendas comerciales.
Por ejemplo, a una cuadra de mi casa, la tortillería optó mejor por cerrar lo que me obliga a bajar cuatro cuadras para poder comprar medio kilito de tortillas.
Ante la amenaza de subir el precio, Fidel Herrera Beltrán desmintió que vaya a registrarse un incremento en el precio de la tortilla en la zona de Veracruz-Boca del Río.
Para “Superchava” Manzur, el posible aumento es en igual proporción a la falta de capacidad del Gobierno Federal por dar mejores condiciones de vida a las familias mexicanas que han soportado el alza a precios de otros productos como energía eléctrica y combustibles. Incluso hasta urgió al Gobierno Federal a que actúe de inmediato y aplique estrategias que en verdad den soluciones y basta de pactos anticrisis que no solucionan nada.
A ciencia cierta es difícil que el grueso de la población entienda los motivos de las asociaciones de tortilleros y nixtamaleros para querer subir el precio del kilo de la tortilla pero es más fácil que encuentre a un responsable de darse esto: el gobierno federal... y si no, que recuerde Felipe Calderón la vez que paseó por el puerto jarocho y le reclamaron el aumento al precio de la tortilla.
El reclamo del pueblo es sencillo y no entiende más razones que la panza y el bolsillo: ¡No incrementos a la tortilla!
Ojalá y sólo haya sido una llamarada de petate la amenaza de los tortilleros y el precio se mantenga porque si no, el único taco que se podrán echar los jarochos y boqueños sería con la “Superchava” de “Superchava” Manzur… ¡un taco de ojo!
Algunos taquitos:
Los de Sabrina: Tacos de chicharrón…
Los de Tonicho Márquez: Tacos de cabeza… de lata.
Los de Banorte: Tacos sudados… luego le explico.
Los de Ricardo Ahued: Tacos árabes.
Los de Uscanga Escobar: Tacos de escamoles… es que son huevos de hormiga.
Los de Samuel Aguirre, el de Antorcha Campesina: Tacos de jumil… que es una chinche.
Los favoritos de Silvia Domínguez: ¡Burritas!
Y agregue sus favoritos.

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