jueves, 12 de marzo de 2009

Forbes y “el sueño mexicano”

Salvador Muñoz
Los Políticos

Ser millonario quizás sea el sueño de todo mexicano que no esté incluido en la lista de Forbes.
Por eso muchos apuestan a jugar en la Lotería, en el Melate, Pronósticos o cualquier juego azaroso que brinde la posibilidad de simplemente dejar de trabajar para el resto de tu vida.
A poco no recuerda, cuando niño, para pensar en ser rico uno decía “quiero ser” doctor, arquitecto, ingeniero…
Si se quiere vivir en la justa medianía que demandaba Benito Juárez, entonces hay que buscar un buen “hueso”, una buena “palanca” para “trabajar” en Gobierno o tener un “daddy” que te mantenga mientras que uno hace como que trabaja.
Pero si se siente la urgente necesidad de “salir de jodido”, de acabar con las miserias de cada día, de no tener que preocuparte por la “papa” para los chavos (Pedro Infante lo plasmó muy bien en “Necesito dinero”), no extrañe entonces que surja ese deseo desde lo más profundo del alma que obliga a la gente a decir: “¡Quiero ser narco!”
No es porque nuestra gente sea mala o quiera ser mala… simplemente a veces siente demasiada presión por parte de una injusticia social que contempla desde que amanece hasta que anochece… como cuando está en la parada de autobús viendo su reloj a cada rato, esperando no llegar tarde al trabajo y ve cómo pasan vehículos, unos bonitos, otros más o menos y quizás unos feos… pero carros que él no tiene.
El hecho de que tenga que tomar taza de café tras taza de café para ocultar el hambre porque no puede, como el “recomendado” pedir un desayuno, comida o cena todos los días porque el sueldo no le alcanza.
Además, tiene que guardar para el camión porque nadie vive por su jodida colonia para que le dieran el “raid”.
Sus hijos con zapatos viejos, con ropa regalada, con mirada de hambre de tener lo que no se tiene simplemente empuja a veces al cerebro en pensar: “Quiero ser narco”.
Cierto, “serlo” no te garantiza una riqueza como la de Carlos Slim pero da la sensación de algo que ningún hombre se negaría a tener: poder.
Y es que quien tiene poder de cierta forma impone respeto… o miedo.
¿Estoy haciendo una apología del narco? No creo…
Tampoco creo en la apología contemplada en cantidad de corridos como la de “El Jefe de Jefe”… no dejan de ser canciones que invitan a reflexionar y en el peor de los casos a soñar… nada más… no se puede culpar a “Los Tigres del Norte” de reflejar una realidad que es a los ojos del mundo conocida.
El hecho de que “El Chapo” Guzmán aparezca en la lista de Forbes de ninguna manera es una apología… más bien sería una burla para las autoridades de México…
Porque, realmente, no debe sorprendernos que aparezca El Chapo en esa lista cuando allí incluye a Emilio Azcárraga Jean y no hay mucha diferencia, porque si bien, las drogas que “supuestamente” distribuye el Chapo idiotizan a la gente ¿no hacen más daño los programas del Tigrillo a un mayor número de mexicanos?
Además, “El Chapo” simplemente es producto del “Sueño Mexicano” en este país de crisis, donde demuestra que un hombre, sin necesidad de grandes estudios ni maestrías, puede hacer una fortuna de la nada sólo con el simple deseo expresado: “¡Quiero ser narco!”
Otra cosa: El dinero simplemente rompe barreras elitistas. El Chapo sencillamente está a la altura de Azcárraga Jean y en una de ésas, hasta podría llevarse de “a cuartas” con Carlos Slim, lo que me recuerda un poco ese chiste de la diferencia entre rico y pobre.
Rico con pistola: El senador Monreal precavido.
Pobre con pistola: Policía.
Rico con manicura: Elton John.
Pobre con manicura : Nemesio Domínguez
Rico con alas: Miguel Alemán
Pobre con alas: JR
Rico en prostíbulo: Hijo de funcionario
Pobre en prostíbulo: El mesero
Rico leyendo el periódico: Chedraui viendo cómo salió su publicidad
Pobre leyendo el periódico: Viendo las ofertas del día en Chedraui

Simplemente el “American Dream” es adaptado a las condiciones que se prestan a nuestro país para tener nuestro propio “Sueño Mexicano”… sí… y usted de seguro lo habrá oído en algún amigo, en algún vecino o en usted mismo: “¡Quiero ser narco!” y no por eso se hace una apología al oficio que lo puede, en un momento dado, ubicar en el lugar 701 con mil millones de dólares en la Lista de Forbes.
¿Quién dijo que el crimen no paga? ¡y paga muy bien!

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