viernes, 6 de marzo de 2009

Pagan justos por pecadores

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Hace unos días, mi amigo Omar Piña, conductor del noticiario de 7 a 9 Noticias, me ponía el reto de crear esta columna, con base a algún refrán. La situación no es sencilla y ojalá esta propuesta del periodista sea tomada por otros colegas, como desafío particular, porque sí cuesta trabajo.
Y en torno al dicho popular con el que cabeceo El Marcaje de esta semana, quiero hablar en torno a cómo han afectado las decisiones gubernamentales al deporte del puerto de Veracruz.
Y es que no todo es ponerle cualquier cantidad de millones de pesos en los Tiburones Rojos, los Rojos del Águila y Halcones Rojos (qué casualidad, todos son rojos), sino que la falta de compromiso en varias áreas le han partido el alma al elemento más importante del deporte profesional en el puerto: el aficionado. Ése que ya no quiere creer, pero que en un escondido rincón aún tienen fe en sus colores.
Pero qué bonito fue escuchar al gobernador Fidel Herrera Beltrán decir que antes de despedirse regresará la Primera División a la entidad. De verdad que me emocionó oírlo a escasos minutos de ver descendidos a los escualos, hace ya casi un año. Espero que no haya sido un error incluir a Eduardo Césarman y Memo Lara en la administración del club, que no todo quede en buenas intenciones y se llegue a los hechos.
Hace unos meses la razón no estuvo del lado de los dirigentes y esferas gubernamentales, porque los Tiburones Rojos ni a la liguilla clasificaron. En el presente torneo ahí la llevan, pero el estadio Luis de la Fuente sigue sin ser esa aduana infranqueable del futbol mexicano. No lo digo yo, ahí están lo resultados. Cualquiera ya puede sacar un punto de “El Pirata”.
El Águila, lleva mucho tiempo que da tumbos. Alguna que otra clasificación a postemporada y hasta ahí. Nada más. El año pasado armaron un trabuco y un fracaso, que más pareció osote y que le puso a José Antonio Mansur en la cuerda floja con su gestión como presidente. A ver en la venidera campaña cómo les va.
Y para rematar unos Halcones Rojos que tenían un gran equipo y que se derrumbaron en el momento menos oportuno, cuando estaban en la antesala de ir por la final sureña de a Liga Nacional de Baloncesto Profesional contra el acérrimo rival, Xalapa.
En fin, en el puerto el aficionado está harto de que les vendan espejitos, pero de algún modo ya hay resignación en algunos de ellos y si asisten a los estadios, parques o gimnasios, es esperanzados a que una luz caiga sobre los equipos jarochos y resurjan.
Tal vez la maldición sea por vestir en color rojo, porque en Xalapa y Córdoba, con el azul y el verde de sus Halcones, en el baloncesto profesional, les ha ido mejor. No es un servidor quien lo afirma, sino los números y campeonatos. Ahí están los Halcones Azules, que ya van por otra estrella más para su escudo y son los actuales subcampeones continentales.
Hasta la vista

fhernandez1980@gmail.com

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